Rafael Alarte del Campo. Ayora, Valencia. 

Técnico en emergencias sanitarias, su afición por la literatura le lleva a escribir y en el año 2012 publica Paseando entre relatos. Asiste al taller de escritura de la Universidad Popular de Almansa, donde se forma como escritor. Su relato Náufragos, incluido en el libro Volveré para contarlo (2018), es galardonado con el primer premio en el IX Certamen Literario de la Asociación de Viudas Nuestra Señora de la Candelaria y con el microrrelato Tempestad es finalista del V Certamen Maratón de Microrrelatos de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios, Clave. En 2022 publica el noir La penitencia de los inocentes. La obra que aquí se presenta es su segunda novela.

Leer primeras páginas

Háblanos un poco de ti.

          Me llamo Rafael Alarte, soy tan sencillo como lo puedas ser tú y tengo la suerte de no poder aburrirme nunca, no solo por mi faceta de escritor, que se lleva mucho del tiempo libre que me deja el trabajo, sino por ser un lector empedernido y un gran aficionado a la música y al cine. Tengo que decir que soy bastante clásico. El sentido del humor me acompaña en cada momento y a veces se desata cuando no debe, lo que achaco al carácter pasional que me mueve; podría decirse que soy un bicho raro, pero… ¿quién no lo es? Sé aprovechar el tiempo y escurrir cada minuto de la vida; es una pena las pocas horas de las que dispone el día para ofrecernos y no poder poner una queja. Soy capaz de valorar todo lo bueno que me rodea incluso si estoy acostumbrado a verlo o tenerlo. Puedo encontrar el silencio cuando es necesario y apartarme de lo que me estorba sin esfuerzo, lo que me hace pensar que soy un privilegiado. Soy tolerante y no me gusta nada la mala educación.  

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Un asunto muy complicado?

          Ante todo, conforme está de convulso el mundo, sería un crimen aburrir al lector (no se lo merece), y aunque este lance sea un asunto muy complicado, creo que salgo airoso. Para esto me he servido de unos variopintos personajes que actuarán al límite de sus posibilidades para alcanzar su objetivo, para eso los he despojado de inocencia. ¿Quiere esto decir que todos son culpables? Sí, casi todos.

          Trato de abordar la trama con sinceridad, zarandeando al lector con contantes giros (lo que yo como lector deseo y agradezco). Nunca hago trampa y en todo momento muestro el camino de la historia, lo que no es obstáculo para generar suspense, o tal vez esa sea la causa; todo esto hará al lector conectar sin la menor oposición.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

          Hay varios y todos van a ser del gusto de la mayoría de los lectores, pero creo que el principal es la pasión con la que trato esta novela.

          Le añado la agilidad necesaria para que el lector aborde los párrafos sin dilación, se inmiscuya en la historia sin darse cuenta y no pueda dejar de leer hasta la última página. Lo salteo con humor cuando corresponde; siempre con respeto y tratando a los personajes como se merecen.

          Creo que su fuerza radica en las sorpresas que el lector va a encontrar en cada página y en la facilidad con la que será conducido por diferentes géneros, ya que al humor, que he mencionado antes, se añade el suspense y la intriga que requiere un relato negro como este por donde navegan los inquilinos de esta novela.

¿Cómo se te ocurrió esta historia?

          Repasando unos relatos cortos que tenía guardados en un cajón, encontré uno que me sugirió el comienzo para una novela y enseguida me puse a ello. Cuando comencé a desarrollarla me olvidé de todo y solo me propuse un objetivo: quise pasármelo bien. La verdad es que lo conseguí y creo que si yo lo logré quien la lea también lo hará.

¿Antes de empezar la novela tenías definidos a los personajes que la iban a protagonizar?

          Algunos sí y pude manejarlos durante todo el proceso, pero aparecieron otros de manera espontánea y decidieron revelarse y hacerse un hueco hasta el punto de que no me quedó más remedio que dejarlos hacer su santa voluntad. Estos lograron sorprenderme y les estaré siempre agradecido, ya que llenaron de alma la novela. Creo que he sabido mostrar la complejidad que destilan sus comportamientos.   

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

          Ascendente. De constante aprendizaje. Me satisface mirar hacia atrás y ver la evolución, tanto en las historias como en la manera de contarlas. Creo que se va definiendo mi estilo.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

          Acabo de terminar Holly de Stephen King, que fue un regalo de cumpleaños.

          Como todo lector tengo mis preferencias y procuro alternar escritores actuales con clásicos. Hay algunos que los releo para deleitarme con su escritura, por poner algún ejemplo citaré a: Medardo Fraile y Jorge Luis Borges.

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

          Sí, continúo escribiendo y llevo entre manos otra novela, pero a la vez no dejo de escribir relatos; me da satisfacción hacerlo y me desgasta menos. Con los relatos puedo tomarme un respiro entre uno y otro, lo que la novela no me permite. Al final será el transcurrir de los días, o las musas, que no siempre están cuando las necesitas, quien decida por lo que decantarme.

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