Miguel Rivera

 

Portada del libro El retrato del depredador de Miguel Rivera. Editorial Adarve, Editoriales españolasNací a finales de la década de los ochenta en España, donde he residido toda mi vida.

He tenido la suerte de verme influenciado no solo por la literatura, sino por todo tipo de medios, incluyendo el cine, los videojuegos, la animación japonesa y derivados, así como la música. He viajado a Portugal, Francia y especialmente a Japón en muchas ocasiones.

Siempre he sido una persona más bien introvertida, con un mundo interior nutrido y desarrollado a causa de la gran cantidad de obras de todo tipo que consumía. La idea de escribir una novela se me plantó en la mente ya en la adolescencia, aunque no terminó por dar fruto hasta muchos años después.

Carátula del videojuego Final Fantasy VII

Aficiones: De todas las que tengo y he tenido, los videojuegos son probablemente la que más me ha marcado, al igual que a muchos de mi generación. Desde luego, tuvieron la mayor influencia en mi infancia. Crecí con Sonic el Erizo y la Megadrive, y más adelante, a principios de mi adolescencia, me encontré fascinado con juegos de rol japoneses como Chrono Trigger y Final Fantasy VII, que estimularon mi imaginación e influenciaron mis propias obras más adelante.

La animación japonesa fue algo que descubrí temprano, gracias a series como Slayers (Reena y Gaudy en España), Rurouni Kenshin (El Guerrero Samurai) y Tekkaman Blade (Teknoman)entre otras. Años después, descubrí muchas más, incluyendo Neon Genesis Evangelion, mi favorita.

La música es algo que llegó a mi vida un poco más tarde, más o menos a los diecinueve años. Me enamoré del heavy metal, así como de algunas de sus corrientes más extremas y nunca he mirado atrás. No me cabe duda de que la agresividad y oscuridad de la música ha tenido un efecto en mi mundo interior y por ende en mi obra. Llegué incluso a empezar a aprender a tocar el bajo eléctrico, pero lo dejé al darme cuenta de que mis talentos apuntaban a otra parte.

Esto es algo que sorprende a mucha gente, pero lo cierto es que nunca he sido un lector muy ávido. Cuando era niño, leí algún que otro libro, aunque la primera saga que me enganchó fue, como a muchos de mi generación, Harry Potter. Aun así, dudo que me haya influenciado, más allá de hacerme apreciar la expresión «espetar», que uso a menudo al escribir.

Rasgo más sobresaliente de mi personalidad: Me han dicho que soy creativo, analítico y resiliente. Yo añadiría introvertido y un poco granuja. Nunca me ha apasionado hablar de mí mismo como persona, así que confío en el juicio de aquellos que me observan.

Portada del libro Entrevista con el vampiro de Anne Rice. Editorial Adarve, Editoriales actuales de EspañaPor qué decidí ser escritor: Sé exactamente cuándo pensé por primera vez en escribir una novela: cuando, a los catorce años, leí Entrevista con el Vampiro de Anne Rice. Pensándolo bien ahora, era demasiado joven para leer una obra así, pero había un ejemplar en la biblioteca de clase que siempre me llevaba a casa, y estimuló mi imaginación como pocas obras lo han hecho nunca.

Hay una parte en especial de la novela en la que los protagonistas viven en la Nueva Orleans de principio del Siglo XIX que me cautivó. La prosa es elegante y evocadora, y la vida de los personajes, elegante y malvada. Me hizo pensar «yo quiero escribir algo como esto». Así surgió la idea que acabaría convirtiéndose en El Retrato del Depredador tantos años después.

Mis primeros intentos reales de contar una historia, por sorprendente que parezca, tuvieron la forma de videojuegos amateur creados con un programa llamado RPG Maker. Experimenté y durante siete años empecé varios proyectos que nunca llegaron a su conclusión. Al final me di cuenta de que el diseño de juegos no era lo mío y de que nunca podría crear algo totalmente original, ya que al no ser ni artista visual ni músico, tenía que usar recursos de otros. Mi única opción para crear una obra completamente mía era escribir una novela.

Hubo varios intentos que se quedaron en nada, hasta que, a mediados del 2016 y sintiéndome inspirado al leer Pandora de Anne Rice, empecé a escribir notas y a poner en orden ideas para mi libro. Llegué incluso a desarrollar resúmenes de varios capítulos. Por fin, el 31 de diciembre del mismo año empecé a escribir El Retrato del Depredador y no paré hasta el 31 de marzo del 2017. La obra estaba terminada.

Por supuesto, la revisé muchas veces y cambié cosas. Más adelante empecé a ponerme en contacto con agencias y a mandar el manuscrito, hasta que por fin la buena gente de Agencia Literaria URBEM me hizo caso, y me pusieron en contacto con Editorial Adarve para publicar mi novela.

Fotografía de Fiodor Dostoievski. Editorial Adarve, Editoriales de España

Fiodor Dostoievski

Mis autores preferidos y por qué: Como ya he explicado, no soy el lector más ávido del mundo, y más que autores preferidos tengo obras preferidas: Lestat el Vampiro de Anne Rice, 1984 de George Orwell y Memorias del Subsuelo de Fyodor Dostoievski son algunas de mis favoritas. La influencia de Anne Rice es considerable, ya que las primeras obras de la saga Crónicas Vampíricas me motivaron a escribir, y de allí saqué mi idea de los vampiros. También se me pegó un poco la tendencia a la prosa púrpura, aunque a la hora de escribir, mi impaciencia como lector me obliga a agilizar el texto.Aun así, de vez en cuando me gusta dar descripciones detalladas y cargadas. Sin pasarse, claro.

Y aunque no se trata de novelas convencionales, sino de novelas «visuales», debo destacar Saya no Uta del fantástico Gen Urobuchi, con su historia de amor trágica y espeluznante, así como Steins; Gate de Chiyomaru Shikura; Naotaka Hayashi, Shimokura Vio y Tanizaki Ouka. No me cabe duda de que las conspiraciones y aires megalómanos del protagonista me han influenciado. Hay otras obras que me inspiraron, pero es secreto.

Mi obra favorita de otro autor: Si en lo que se refiere a novelas tradicionales tuviera que quedarme solo con una, me quedaría con Lestat el Vampiro de Anne Rice. Entrevista con el Vampiro tiene un lugar especial en mi corazón, pero la segunda entrega de la saga está mejor pensada y escrita en todos los sentidos, por no mencionar que la historia es mucho más épica y ambiciosa. Además, el hecho de que parte de la historia tenga lugar en los años ochenta en EEUU, con cantantes de rock satánicos, me pone una sonrisa en la cara.

Mi obra favorita de las que he escrito: Lo cierto es que, en este momento, tengo dos obras escritas: El Retrato del Depredador y Resonancia de las Almas, que es la secuela directa y que con suerte verá la luz algún día también. La segunda muestra, creo yo, una mayor madurez y ambición. Si tuviera que elegir entre las dos, elegiría Resonancia.

Mi estilo literario: Todo lo que he escrito hasta ahora encaja en el género de thriller, romance, misterio y vampiros. En mi segunda novela, el enfoque apunta más a la ciencia ficción, pero en esencia es lo mismo. Intento que mis novelas sean rápidas y emocionantes, con giros de trama frecuentes y que, al mismo tiempo, tengan una textura rica y lenguaje expresivo y sensual, que traten temas filosóficos que me resulten interesantes.

Una cita de un autor que me gusta: «Una vez que has vislumbrado incluso la fracción más pequeña de la verdadera y horrible cara del mundo, no tienes más remedio que mirar con terror mientras el velo continúa retrocediendo centímetro a centímetro».

Gen Urobuchi

Obra en la que me encuentro trabajando en la actualidad: Ahora mismo me encuentro en el largo y laborioso proceso de sentar las bases de la tercera entrega de la saga que comenzó con El Retrato del Depredador.

Aficiones actuales: Escuchar música y leer, principalmente. Lo cierto es que estoy dedicando más tiempo hoy en día a la lectura, y los libros electrónicos facilitan el proceso. He dejado los videojuegos algo aparcados en los últimos años. Y por supuesto, planear historias y escribirlas.

Algo sobre mi manera de entender este mundo: Lo cierto es que, en mi experiencia personal, el mundo es un lugar caracterizado principalmente por el sufrimiento. Ojalá pudiera decir lo contrario, pero uno no puede basar su filosofía en algo que no le parece cierto y sincero, y para mí, que la vida es sufrimiento es lo más cierto que hay. Habiendo dicho eso, no me considero nihilista ni mucho menos. Para mí, tratar de llevar el sufrimiento de la vida con dignidad, intentar sobreponerse a él y ser lo mejor que puedas ser en todos los ámbitos es lo que le da sentido a la vida.

Mis proyectos inmediatos: Continuar escribiendo novelas, tratando de que lleguen a cuanta más gente mejor, y seguir desarrollando mi otra actividad profesional.

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