María Cucurella

 

María Cucurella La lágrima del pájaro azul. Editorial Adarve, Editoriales de EspañaTengo 38 años y resido en Mantua (Italia), una ciudad maravillosa por su belleza y su tradición cultural, pero también difícil por su frío y su niebla en invierno, o por sus mosquitos y su calor en verano. La ciudad se encuentra en el corazón del río Mincio (un afluente del Po) en la Pianura Padana. Estoy felizmente casada con la vida, con el viento, con las nubes, con los árboles, los mares, los ríos y las montañas; casada con todos mis verdaderos amigos. Y también con mi propia oscuridad, que aprendo a abrazar un poco cada día. La literatura es el lugar donde poder dar rienda suelta a mi sombra, lo cual es una gran suerte: enfrentarte con tus propios fantasmas te ayuda a que interfieran menos en tu vida real.

Nací en Barcelona y la presencia del mar ha sido desde siempre muy importante para mí. Me encanta viajar y aprender idiomas, pero lo que más me gusta es viajar con la imaginación. Los libros me han acompañado desde niña y cultivo la pasión por la escritura desde los once o doce años, más o menos. Pasaba tardes enteras encerrada en un altillo de mi cuarto o en las golfas de casa de mis padres, leyendo novelas y cuentos, en vez de hacer los deberes de la escuela. Durante aquellos años y a lo largo de mi adolescencia leí a Michael Ende, a Edgar Allan Poe, Melville, Hemingway, Stevenson, Stocker, Cervantes, Cortázar, Borges, Wilde, Ana Frank, Baudelaire, H. G. Wells y tantos otros… También llegaron años difíciles y oscuros, que me alejaron de mi pasión por la escritura y los libros, pero durante los que también aprendí mucho.  Estudié Humanidades en la UPF de Barcelona, pero durante los años de universidad leí casi exclusivamente ensayo. He traducido diversos libros de filosofía, pero ahora siento de nuevo la necesidad de leer novelas y cuentos, regresar a la ficción. Dos autores a los que he leído poco y mal y a quien quisiera leer mucho y bien son Dante y Proust. En Mantua vivo de forma sencilla. Doy clases de lengua castellana en una academia y estoy realizando prácticas como Musicoterapeuta en el Hospital Sant’Orsola de Bologna. La música, especialmente la guitarra y el canto, es otra de las pasiones que cultivo.

Vistas de Mantua

Aficiones: Me encanta todo lo que tenga que ver con el contacto con la naturaleza: caminar, correr al aire libre, navegar (cuando se puede), nadar, ir en bici y si fuera posible también volaría (quizá un día me decida, aunque de momento lo hago desde la silla). No hay nada que me guste más en el mundo como tener un poco de tiempo libre para dejarme llevar según sople el viento, cuando los diversos compromisos raramente lo permiten. Amo el silencio y la soledad. Pero también la buena música y la buena compañía. Y una chimenea encendida.

Rasgo más sobresaliente de mi personalidad: No tengo ni idea de cuál sea el rasgo más sobresaliente de mi personalidad. Eso creo que habría que preguntárselo a mis amigos. Aunque diría que quizá la indecisión.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritora: No he decidido ser escritora. Hace años y años que llevo conmigo siempre una libreta y un bolígrafo a todas partes y cuando, después de tiempos difíciles, aterricé en Mantua casi por azar y por fin pude disponer de un poco de tiempo y espacio, una buena amiga me animó a escribir (algo que nunca antes había conseguido hacer con regularidad, a pesar de desearlo desde hacía tiempo y haberlo intentado otras veces). Así que un día escribí una página, al día siguiente otra, y así hasta que llegué al final de El pájaro de la lágrima azul, que nunca supe con antelación como sería. Antes había escrito otra novela corta, pero era muy mala. Aunque siempre he ido escribiendo pequeños poemas, textos breves o relatos.

Lo único que puedo decir de mi poca experiencia como escritora, es que la escritura es probablemente el único ámbito donde realmente siento que no soy sustituible. Soy consciente de que tantísimos otros escritores lo hacen mucho mejor que yo, pero también soy consciente de que nadie más que yo, puede decir lo que yo tengo que decir de la misma manera en que yo puedo hacerlo. Es el único ámbito donde siento que mi subjetividad puede realizarse plenamente. Y eso para mí no tiene precio. Es imprescindible.

Milan Kundera (1929 – ) novelista, escritor de cuentos cortos, dramaturgo, ensayista y poeta checo

Autores preferidos y por qué: A esta pregunta no puedo responder… Son demasiados los autores que me gustan y que me han influido (algunos los he citado más arriba), y cada uno me ha sido necesario y fundamental en un momento preciso. Si tengo que nombrar algunas influencias concretas de El pájaro de la lágrima azul, citaría a Milan Kundera, a Cervantes, a Oscar Wilde, a Haruki Murakami, a Pablo d’Ors, a Rosa Montero, que son los autores que casualmente leía mientras lo escribí, esta última por recomendación de una amiga.

Pero debo mucho también a algunas de las clases de literatura y de filosofía recibidas durante mis años de estudio en la universidad y también a otras disciplinas fuera de la literatura. Por ejemplo, El pájaro de la lágrima azul no sería posible sin la inspiración de Ezio Bosso, un director de orquesta y compositor de Turín que ha sido fundamental para la escritura de este libro, aunque el personaje del compositor que aparece en mi novela no pretende en modo alguno ser un retrato literal. Pero está presente su música de fondo, su espíritu, y alguna de sus ideas sobre música, aunque no todo lo que se dice en la novela relacionado con la música (y que en realidad no es mucho) coincide con su modo de entenderla.

Mi obra favorita de otro autor: No puedo. Son demasiadas. Todo depende del momento en que se lee, de la necesidad que se tiene en aquel momento. Hace no mucho leí El último encuentro, de Sandor Márai, que me parece una obra magistral. Pero digo esta, entre infinitas otras, porque la he leído hace poco.

Mi obra favorita de las que has escrito: Tampoco aquí puedo decir nada. Las obras son como los hijos, todas diferentes y únicas, pero a todas las amas y a ratos las odias por igual… Quizá de aquí a algunos años lo vea de modo distinto. Pero hace relativamente poco que escribo: necesito tomar distancia.

Mi estilo literario: Aquí sí que puedo decir que me siento particularmente atraída por toda obra de ficción que oscile entre lo real y lo fantástico. Es sin duda el tema que más me apasiona en literatura, lo que ya desde niña me perseguía obsesivamente, desde que leí La historia interminable. ¿Es posible trascender las fronteras de la realidad? ¿Es más real lo que vemos, o lo que existe en nuestra imaginación? Toda novela o cuento o lo que sea que toque remotamente ese tema y lo haga mínimamente bien, me interesa. Creo que es el tema de la literatura por excelencia. Por eso el Quijote es tan extraordinario… Aunque sea uno de esos libros de los que todos sabemos muchas cosas pero que pocos han leído realmente. Yo misma no lo he leído nunca de principio a fin.

Una cita de un autor que me gusta: La primera que me viene a la mente, y que creo que contiene una gran sabiduría: «La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver», de Octavio Paz, aunque no recuerdo dónde lo dice.

Portada del libro El pájaro de la lágrima azul de María Cucurella. Editorial Adarve, Editoriales de EspañaObra en la que me encuentro trabajando en la actualidad: Tengo una novela a la mitad, ambientada en Mantua, pero creo que me va a llevar tiempo, porque no me acaba de convencer. Y relatos. Adoro escribir relatos.

Algo sobre mi manera de entender este mundo: Creo que el mundo es un lugar de aprendizaje, y que en realidad hay muy pocas cosas (pero capaces de transformar por completo la vida de las personas) que realmente importa aprender. Pero eso cada uno tiene que descubrirlo por sí mismo.

Miss proyectos inmediatos: Seguir haciendo con constancia lo que llevo haciendo en los últimos años: escuchar las frases o capturar las imágenes que resuenan dentro de mí y que luego desencadenan una novela o un cuento. Cantar, tocar y aprender cada vez mejor cómo funciona el universo de la música. Dar cada vez más espacio en mi vida a la Musicoterapia como una actividad profesional. Y, la más importante de todas: conocerme mejor a mí misma y a las personas que me acompañan en el camino de la vida.

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