Bernat Roig

 

Bernat Roig Como casi forncar. Editorial Adarve, Publicar un libroActualmente vivo en Edimburgo, capital de Escocia, desde hace más de tres años y sigo sumando. A pesar del frío y ese viento gélido que se siente como si te arrancaran la piel de la cara, la tierra natal del monstruo Ness nunca falla en sacarme un ¡guau! a diario. Uno de mis muchos recuerdos inolvidables aquí es en el Café Arriba, situado en el pueblo costero de Portree, Isla de Skye, escribiendo con vistas privilegiadas del pequeño puerto, con sus casitas coloridas y su pescado frito.

Por cierto, mi DNI pone que tengo 28 años, pero en realidad tengo 20 desde hace 8 años. Y quien diga lo contrario es un mentiroso. Quizás eso explique por qué sigo soltero. Dedicarme en cuerpo y alma a mi sueño de convertirme en escritor profesional requiere de muchos sacrificios, y el tiempo para dedicar a otros es uno de ellos. O quizás solo cumplo con el estereotipo de que los escritores somos tímidos. Juzga tú mismo.

Nací en Ripoll. Mis padres no me bautizaron, por lo que los otros niños del colegio me miraban raro. De hecho siempre fui un poco especial. Un poquito cabezón, por lo que me gustaba dar cabezazos contra las paredes y el suelo. Pero ahora soy normal, lo juro.

Siempre disfruté mucho con la Historia, pero me dejé fascinar por el glamour de la vida del detective privado, con su gabardina y los informes en sobres de papel para sus clientes. Decidí estudiar Criminología y, aunque la carrera me gustaba, nunca terminé de experimentar ese cosquilleo en el estómago que te dice ¡esto es para lo que has nacido!

Panorámica de Edimburgo

Mi etapa en el extranjero empezó con un Erasmus en Vilnius, Lituania, y cuando desafortunadamente la buena vida del estudiante terminó, me mudé a Londres, aunque allí nunca terminé de sentirme en casa como ahora sí me siento en Edimburgo. Hace poco terminé cursos de escritura creativa, Literatura e Historia en la Universidad de Edimburgo, mientras sigo trabajo para New Europe Sandemans, donde ofrecemos tours gratis para los turistas.

Aficiones:

Como todo escritor, me gusta leer, no solo para aprender de otros u obtener inspiración, pero también para desconectar y relajarme. Aunque mi afición favorita fuera del mundo de las letras es ¡bailar! Cuando vine a Edimburgo empecé a tomar clases de bachata y salsa, y no pasa una semana, de hecho casi no pasa casi un día, sin que me ponga mis zapatos de baile y me deje llevar por el marchoso y adictivo ritmo latino.

También me gusta viajar, visitar un sitio nuevo cada año, preferiblemente un lugar con historia, aunque de vez en cuando no te digo que no a relajarme en la playa con una cerveza bien fría, sin ninguna preocupación en el mundo salvo comer y no ponerme rojo como una gamba.

Rasgo más sobresaliente de mi personalidad:

Mi rasgo más llamativo, o al menos eso es lo que dicen mi familia y amigos, es mi perseverancia al luchar por aquello en lo que creo. Aunque quizás suavizan para no decirme claramente que soy tozudo como una mula, y así no hacerme llorar. Creo que nuestra mayor fuerza y nuestro talón de Aquiles son dos caras de la misma moneda, por lo que del mismo modo que la tenacidad me ayuda a enfocarme y no rendirme jamás, muchas veces se vuelve en mi contra y me obceca, haciendo que pierda de vista otras cosas que son tan o más importantes como cumplir un sueño.

Por qué decidí ser escritor:

Cuando era pequeño disfrutaba mucho leyendo, esa cualidad la he heredado de mi madre, aunque nunca imaginé que terminaría escribiendo yo también. Siempre soñé que me convertiría en jugador de básquet, arqueólogo, policía o soldado, pero todo cambió de forma inesperada cuando Pere Berga, un buen amigo mío en mi etapa en Londres, y quien se ha convertido en Coach Profesional, me ayudó a encontrar mi vocación. Siempre me ha planteado qué legado quiero dejar, cómo mi granito de arena puede contribuir a mejorar el mundo. Y así descubrí que la forma ideal de hacerlo era escribiendo un libro. Así nació mi primera novela, Como casi fornicar.

Con una pizca de suerte y con mucha disciplina de mi parte, mis libros serán una herencia digna para la siguiente generación. Deseo motivarles, hacerles pensar, llorar, reír y sentirse comprendidos, del mismo modo que tantos autores me han hecho sentir comprendido a mí. Me gusta pensar que a pesar de haber fallecido, nunca nos abandonan realmente ya que nos siguen hablando a través de sus libros.

León Tolstói (1828-1910), fue un novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.​

Autores preferidos y por qué:

Me gustan mucho los escritores rusos, en particular Tolstoi y Dostoyevski. De hecho me encantan muchos clásicos. Drácula de Bram Stoker tiene una de mis escenas favoritas. ¿Cómo olvidar el escalofriante momento en que Drácula se pone a andar tan tranquilamente por la pared de su castillo?

Svetlana Alexandrovna Alexievich, por su libro Voces de Chernóbil, el libro más conmovedor que he leído hasta la fecha. Desde que he empezado a interesarme por la ficción histórica me ha enganchado muchísimo la saga Sajones, Vikingos Y Normandos de Bernard Cornwell. Y en cuanto a historia pura y dura, me quedo con Anthony Beevor, historiador militar especializado en la segunda guerra mundial, y también las biografías sobre los Romanov de Robert K. Massie.

A veces el mejor maestro es el dolor, ya que sin duda los libros que han contribuido más a mi desarrollo han sido esos anónimos (simplemente son demasiados para nombrarlos) que tantas veces se hacen interminables, pero cuyo estilo, tan distinto a lo que me gusta o a lo que estoy acostumbrado, contribuye con creces a pulir mi técnica y a expandir mis horizontes.

Mi obra favorita de otro autor:

Sin duda me quedo con Anna Karenina de Leon Tolstoi, por varias razones. Primero, porque alguien dijo una vez que cualquier escritor puede escribir sobre un personaje de su mismo sexo, pero que un escritor de calidad crea personajes creíbles del sexo opuesto. Y Anna Karenina, aunque no es ni de lejos mi personaje favorito, es muy real. De hecho, todos los personajes de Tolstoi son increíblemente realistas. De alguna forma, cada uno de ellos, por muy secundarios que sean o por poco diálogo que tengan, poseen un detalle único, algo especial y característico que les da personalidad e historia propia.

Mi obra favorita de las que he escrito:

De momento solo tengo a Como casi fornicar, y aunque siempre guardará un lugar especial en mi corazón por ser la primera, es demasiado temprano para asegurar que futuras obras no la desbancaran del podio. Pero como dijo un amigo mío: la primera novela contiene aquello sobre lo que necesitas escribir. Y una vez te has quitado ese peso de encima, te permites disfrutar más con la segunda, ser más ambicioso. Mientras que la tercera es una obra de arte. Aún no he llegado allí, pero ahora que estoy trabajando en mi segunda, puedo asegurar que de momento mi amigo no se equivoca.

Mi estilo literario:

Como casi fornicar podría clasificarse como realismo sucio. Charles Bukowski, el maestro absoluto de este estilo, fue mi principal referente literario en mis inicios. Y aunque mi novela contiene más elementos ficticios que sus obras, el estilo desenfadado, el humor autocrítico, la honestidad y la forma atrevida de narrar las escenas sexuales, son las armas características del realismo sucio: ¡Drogas, sexo y rock ’n’roll!

De hecho fue la simplicidad del realismo sucio lo que me atrajo al principio. Cuando voy a bailar siempre me fijo en el mejor bailarín de la sala y pienso: nunca voy a lograr bailar así. Del mismo modo, cuando me leía un clásico, pensaba: nunca voy a lograr escribir así. Aún no sabía que es bueno mirar atrás de vez en cuando, y sentirme orgulloso de lo mucho que he avanzado y crecido.

Bukowski me dio el empujoncito que necesitaba. Me enseñó que la literatura tiene muchas caras, que no hay un estilo superior al resto, por muchas palabras peculiares o florituras que adornen las páginas. Con Bukowski aprendí que escribir es como cantar, que hay muchos tipos de música y hay un público para cada uno.

Una cita de un autor que me gusta:

No soy muy ducho recordando frases célebres, o sea que la primera que me ha venido a la mente tendrá que valer. Es de Friedrich Nietzsche: Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los «cómos».

Obra en la que me encuentro trabajando en la actualidad:

Es ficción histórica. Tratará sobre los Rus, un grupo de Vikingos que se estableció en Rusia, Bielorrusia y Ucrania, terminando por unificar las tribus eslavas del área y forjando un reino conocido como Rus de Kiev. De hecho, son estos quienes dan nombre a Rusia, y mi libro revolverá alrededor de la relación entre los dos personajes principales, Hrorik y Helgi, quienes son considerados los fundadores de este reino.

Siempre me han fascinado los vikingos y la historia de Rusia, y al descubrir que estaban tan íntimamente relacionados me sentí como Howard Carter al encontrar la tumba intacta de Tutankamón. Me di cuenta de que quería compartirlo y darlo a conocer al mundo, y así se convirtió en una misión personal. De hecho, esta será la primera parte de una trilogía, la cual seguirá las aventuras de los hijos y nietos de Hrorik y Helgi, todos ellos personajes históricos con raíces escandinavas, y protagonistas de eventos transcendentales en la historia europea.

Algo sobre mi manera de entender este mundo:

Como os habréis dado cuenta a estas alturas, soy un friki de la historia, porque esta tiene mil lecciones para darnos. Nunca debemos dejar de aprender porque la vida nunca deja de darnos lecciones. Una de las frases que repito más, para colmo de la gente que me conoce, es esa famosa que dice: Aquellos que no aprenden historia están condenados a repetir los errores del pasado.

Y aquellos que aprenden historia están condenados a ver cómo aquellos que no la aprenden, repiten los errores del pasado. Y así uno contempla con impotencia cómo los patrones dañinos que se han repetido a lo largo de la historia, se repiten una vez más cuando parecía que ya habíamos aprendido la lección.

Aun así, me siento muy afortunado de vivir en un momento y época en la que tantos de nosotros no hemos conocido la miseria de la guerra, en la que no nos vemos azotados por hambrunas, peste, o sufrimos persecución debido a nuestras creencias. O quizás es más correcto decir que debería sentirme afortunado más a menudo.

Mis proyectos inmediatos:

Pues como he mencionado antes, la trilogía sobre los Rus me mantendrá bastante ocupado. No obstante, de cara al siguiente año, me gustaría irme a vivir una temporada a Rusia y Ucrania, no solo para trabajar en mis libros, sino también para practicar mi ruso y empezar una nueva aventura en un lugar desconocido. Nuestros ancestros raramente veían otro sitio que el pueblo donde nacían y morían, así que pretendo aprovechar el lujazo que es poder viajar a cualquier rincón del mundo.

También me gustaría aprender a tocar el piano, aprender a navegar con velero, conducir un trineo de perros, conseguir la licencia de paracaidista y atender a una boda en Polonia, entre muchos otros. Y todo ello sin dejar de bailar bachata y practicar ya que, como dijo mi amigo Nietzsche, la vida sin música sería un error.

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