Isabel Álvarez Nieto

Nunca pensé dedicarme a la literatura. Me encanta leer desde niña, pero hasta las redacciones del cole me costaba escribir. Me plantaba ante un folio en blanco y así se quedaba, o escribía algo de lo que me avergonzaba inmediatamente y rompía la hoja. Tres veces comencé un diario y otras tres desistí: mi adolescencia se negaba a dejar huella por escrito.

Más adelante me di cuenta de que no tenía nada que decir y que era inútil escribir hasta que encontrara algo que aportar. Entretanto sí que escribí muchas palabras en los formularios, informes y textos que me exigía el trabajo de oficina. Palabras aburridas y repetitivas a las que cada vez cogía más manía.

Con el tiempo tuve una hija. Nunca le ha gustado leer, desde pequeña lo dejó muy claro y, para colmo, las lecturas que le mandaban en el cole eran muchas y tediosas, lo que no facilitaba la cosa. Y ahí fue cuando me di cuenta de que sí tenía algo que contar y era precisamente a los niños. Me impuse la tarea de escribir historias infantiles que fueran fáciles de leer hasta para aquellos a quienes no les gustara la lectura. Y desde entonces, hace ya unos cuantos años, me dedico a la literatura infantil.

Pero las cosas nunca vienen solas, así que me embarqué también en la publicación de un blog infantil y un canal de YouTube. El proyecto, Cuentitis Aguda, también está destinado a familias y a educadores. Y es que me di cuenta de que empatizaba muy bien con los niños y podía contarles de otra manera (más entretenida, creo yo) cosas que tienen que aprender en el cole o en la vida. La web contiene distintos apartados: manualidades, ciencia (incluidos experimentos) para niños, iniciación a la informática, un espacio sobre naturaleza, otro sobre libros, trucos para clase y también un rincón para los mayores. Pero la idea inicial fue utilizar esta página (www.cuentitisaguda.com) como plataforma para dar a conocer las historias que escribo, presentadas en forma de audio cuentos. Os invito a que la visitéis, seguro que encontráis cosas muy interesantes.

Un poco más de información sobre mí: mis aficiones principales son muy sencillas, leer y pasear. Me gusta vivir cerca de la naturaleza porque me hace sentir bien y me ayuda a reflexionar y hasta a escribir mis libros. Me encanta pasar tiempo con mis amigos pero también tengo la necesidad de estar sola muy a menudo. Yo creo que el silencio es necesario y más enriquecedor que las palabras más sabias.

Disfruto tanto con la lectura infantil como con la de adultos. La buena literatura no tiene edad. Si tuviera que elegir algún autor de LIJ me quedaría con dos ingleses: Roald Dahl (Las brujas, Matilda) y David Walliams (La dentista demonio, La abuela gánster), porque mezclan a la perfección un sentido del humor delirante con dramas reales como la enfermedad o la muerte. Me parece fascinante cómo sus libros no necesitan esquivar temas espinosos, no tratan a los niños como seres frágiles a los que se debe ocultar información, sino que apelan directamente a su inteligencia y el resultado está ahí: una colección de superéxitos de ventas más que merecidos. En cuanto a los autores en habla castellana, admiro por razones parecidas al español Roberto Aliaga (Entresombras y el circo ambulante, Cómo arreglar un libro mojado). En cuanto a la literatura para adultos me encantan Rosa Montero, Almudena Grandes o Vargas Llosa, entre otros muchos.

¿Y obras preferidas? Mil. Pero voy a decir algunas que me marcaron en distintos momentos y que son las primeras que me vienen a la mente: David Copperfield, El nombre de la Rosa, Los miserables, La casa de los espíritus y Alicia en el País de las Maravillas. Voy a destacar esta última porque me parece una mezcla de ingenio, inteligencia y acumulación de elementos sorprendentes que dan como resultado una paradójica muestra casi surrealista en la época victoriana.

Pero hay muchísimos más libros que me han deslumbrado. Creo que los libros son legados (unos diminutos otros inabarcables) que ayudan a andar por la vida. Uno de los autores que nos dejó alguno de los más extraordinarios fue Miguel de Cervantes, quien escribió a propósito de ello:

En algún lugar de un libro hay una frase esperándonos para dar sentido a la existencia.

Si tuviera que elegir una de mis obras lo tendría difícil. La primera porque es como el «primer hijo», la segunda porque me demostró que podía escribir, la tercera por lo bien que me lo pasé escribiéndola, la cuarta porque me lo pasé todavía mejor y es el primer libro que me han publicado, la quinta porque se trata de una esencia muy concentrada en un pequeño cuento y las demás porque consiguen que me sienta bien escribiendo y esté razonablemente satisfecha de lo que hago. Pero hay que decir un nombre, así que Nina y el misterio de Santapaciencia, que es el que me ha traído hasta aquí. Trata de una niña decidida e impulsiva que embarca a sus amigos en la aventura de descubrir qué ha pasado con su profesora (la mejor del mundo, según toda la clase), que de un día para otro ha desaparecido del colegio. Líos y risas con las ocurrencias de Nina y compañía.

Actualmente estoy trabajando en un libro de fantasía que habla de la aventura que debemos emprender para encontrarnos a nosotros mismos. Aunque pueda sonar un poco profundo para tratarse de literatura infantil es un tema que ya se ha abordado en cuentos como El patito feo o Pinocho. Trata de un grupo de seres mágicos (entre ellos una bruja, un gigante, tres hadas y tres enanos) a punto de pasar a la edad adulta. Por esa razón son enviados a un castillo en ruinas rodeado por un bosque, donde tendrán que pasar una prueba consistente en encontrar al rey del bosque y pedirle los objetos mágicos que les permitirán convertirse en adultos en el mundo de Fantasía. Está siendo un poco trabajoso, porque aparecen muchos personajes con motivaciones y caracteres distintos, pero es un reto muy bonito y enriquecedor. El proyecto literario más grande que he acometido hasta ahora.

Creo que es muy importante proponerse retos en la vida. Los míos son humildes: pequeñas obras infantiles que espero puedan entretener y ayudar a quienes las lean. Quedarse en el sofá viendo la tele no es una opción. Es una lástima, pero la zona de confort (tan confortable ella) es una trampa que nos impide avanzar y cuando me toque mirar atrás para ver lo que he hecho en la vida me gustaría pensar que, al menos, lo he intentado. He trabajado en la administración, he dado clase y dirigido algún proyecto formativo, pero prefiero el frustrante síndrome del folio en blanco y, por supuesto, la euforia de un momento de inspiración a un empleo convencional, aunque eso me perjudique en muchos aspectos. Tengo la esperanza de que todo este esfuerzo me lleve a buen puerto y, algún día, pueda vivir de la escritura.

En la actualidad estoy a punto de publicar mi segundo libro: Nina y el rizo de la suerte. Saldrá en marzo de este año, 2021. Me hace mucha ilusión que otra de mis obras vea la luz, porque es la oportunidad de que llegue a algún niño, a alguna niña, a quien haga sonreír o aprender algo interesante. En él Nina, la protagonista de otro de mis cuentos, que ya está publicado y del que os hablé antes, tiene una «pelotera» muy gorda con otro niño de clase, porque no se ponen de acuerdo en algo crucial: ¿Son más listos los niños o las niñas? Con mucho sentido del humor y unas gotas de «teoría» extraídas del temario de ciencias de primaria, Nina tendrá que colaborar con su peor enemigo si quiere aprobar la asignatura. Espero que os guste tanto como Nina y el misterio de Santapaciencia.

 

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