Alberto Juan Barrientos Rigol.
La Habana, 1965. 
Abogado, ex militar y escritor cubano radicado en Canadá. Luego de servir algunos años como oficial en los servicios de Guardacostas y la Policía Antidrogas, obtuvo un diplomado en Marketing del Turismo e inició su labor en esta especialidad. Fue ejecutivo comercial de diferentes corporaciones, representándolas en ferias internacionales. También fue agente de viajes. Actualmente trabaja en el sector social. Articulista de internet y columnista del Boletín Línea Uno, ha publicado Los rehenes del poder (Ed. Oblicuas, 2021) y Los guerreros de Saturno (Amazon KDP, 2021).

Leer primeras páginas

Háblanos un poco de ti

 Bueno, soy cubano, nací y crecí en Cuba, en el seno de una familia que podría catalogar como privilegiada. En 2009 logré emigrar a Canadá, un proyecto que había tenido en mente por casi quince años. Fue un momento crucial en mi vida, porque prácticamente tuve que aprender a vivir de nuevo. Adaptarme a una democracia, cuando no tienes esa experiencia previa, lleva su tiempo. Y no solo eso, también está el proceso de adaptarse a una nueva cultura, en este caso la anglosajona, que es tan diferente a la latina. Poco después de emigrar, opté por la ciudadanía canadiense. Tengo dos hijos adultos que también viven aquí, y ahora tengo la dicha de ser abuelo de una nieta.

En cuanto a mi vida profesional, te cuento que siendo muy joven fui militar. Me especialicé primero en la protección de costas, en los medios navales, y luego como oficial antidrogas, en el enfrentamiento al narcotráfico internacional. Durante esa época estudié Derecho y me gradué como abogado. Al regresar a la vida civil, descubrí el mundo del turismo y la mercadotecnia, que por aquel entonces empezaban a desarrollarse en Cuba. Me formé en esas áreas y trabajé en el sector durante veinte años. Llegué incluso a tener mi propia agencia de viajes online, lo que me permitió conocer a personas de muchas culturas. Pero luego llegó la pandemia de COVID-19 y, como a tantos otros negocios, nos afectó severamente y tuvimos que cerrar.

A raíz de ese cambio, me reinventé una vez más: estudié Servicios Comunitarios y ahora soy trabajador social.

He viajado bastante, tanto por Europa como por el Caribe y Norteamérica, unas veces por trabajo y otras como turista. Viajar siempre ha sido una de mis pasiones, porque disfruto explorar culturas distintas. Además, soy un ávido lector de temas históricos y políticos, lo que me permitió durante un tiempo escribir artículos de ese corte para una revista digital aquí en Canadá.

En cuanto a mis gustos personales, te cuento que prefiero la música de los ochenta, tanto en inglés como en español. Desde joven he practicado deportes de combate, natación y actividades más extremas como el buceo y el paracaidismo. Soy una persona que disfruta más el mundo espiritual que el material. También disfruto mucho escribir, una afición que desarrollé desde hace más de diez años. Soy una persona pragmática y analítica, trato de aprender de mis errores y vivir el presente pensando en el futuro. El pasado no lo puedes cambiar. He vivido una vida intensa, y el balance hasta ahora es positivo, puedo decir que he sido y soy una persona feliz.

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de La maldición de Cipango?

Esta novela es una saga. Es la historia de una familia cubana que, por diez generaciones, entre 1762 y 1933, ha sido partícipe y testigo de los acontecimientos históricos más importantes de la isla. Y todo comienza con un inmigrante irlandés que es oficial de la Marina española, y que pelea en la batalla del castillo del Morro durante el sitio inglés, a mediados del siglo XVIII. A partir de ese hecho se desencadena una historia en la que hay aventuras, amores, traiciones, lucha por la supervivencia, guerras, revoluciones, momentos felices y momentos dramáticos.   

En la narración, a través de los personajes, se relata la historia de la isla de Cuba durante tres siglos. Hay descripciones de ambientes muy variados, que incluyen el paisaje urbano y rural, la arquitectura, la psicología social, la política, el lenguaje y las costumbres de cada época. También se describe el comportamiento de los humanos en situaciones extremas, y el rol de las ideologías y la cultura en la conformación de una sociedad, de una nación.

En esta novela hay una mezcla de ficción y realidad, pero es difícil determinar el límite entre ambas porque se describen hechos históricos, absolutamente reales, en los cuales se insertaron personajes ficticios. Y estos últimos comparten sus roles con figuras reconocidas de la historia local.  

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

En la fidelidad a la realidad histórica y social. Como decía anteriormente, los eventos cardinales descritos son todos reales; aunque haya “colado” a mis personajes ficticios en ellos. Algunos de estos acontecimientos los estudié en la literatura testimonial disponible, incluso en archivos.  Otros los conocí a través de notas originales de los participantes, que están en mi poder. Y en algunos casos, los detalles me los trasmitieron los propios protagonistas, porque pude conocerlos y conversar con algunos de ellos.  Podría citarte un par de ejemplos. Las descripciones de la vida en campaña de los insurrectos cubanos del siglo XIX, se nutrieron de las páginas del diario de guerra de mi tatarabuelo, que fue coronel del Ejército Libertador en la guerra de 1896.  Y la vida de acción y rebeldía del personaje principal, enfrentado a una dictadura en 1930, está basada casi totalmente en el testimonio de mi abuelo, uno de los revolucionarios cubanos más connotados de esa época. La fuerza de la verdad histórica casi siempre supera la imaginación de un autor. Con ese ingrediente, solo te hace falta dar un buen toque de humanismo a los personajes, hacerlos creíbles, reales, de carne y hueso. Mis personajes son así, fuera de los arquetipos. Son humanos imperfectos, que a veces dudan, que se cuestionan sus acciones. Ese trasfondo realista es el mejor complemento, porque hacer vivir al lector el momento o el hecho como si estuviera dentro de este. 

¿Qué quieres transmitir a través de este libro?

Primero que nada quiero acercar a los lectores a la singularidad de la idiosincrasia y la historia cubanas. Quiero trasmitir la idea de cómo la geografía, la genética y la política moldearon esa nación.

Es un país que, a pesar de ser pequeño físicamente, se convirtió en el epicentro de grandes acontecimientos. Y no solo los acontecimientos que se relatan en el libro, sino otros ocurridos con posterioridad.

Es la última colonia española en las Américas, por tanto esa corona la va a defender con la uñas y los dientes. Es el escenario de la primera guerra imperialista de la era moderna. Es una mezcla de españoles, africanos y chinos, tres culturas que se entrelazan durante varios siglos, hasta que llega el componente final; la modernidad estadounidense, la nueva potencia extranjera que va a dominar política y económicamente a la república recién fundada.    

Todo esto conformó la idiosincrasia y la cultura cubanas. Y aunque el libro termina en 1933, describe la génesis de lo que encontramos hoy allí: una sociedad que no puede desprenderse de los extremismos y la violencia. De ahí el título: La maldición de Cipango.   

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?

Yo diría que esa trayectoria va más a allá de las publicaciones. Porque se puede ser escritor sin haber publicado.  

Si lo miras así, mi trayectoria comenzó hace más de veinte años, cuando escribí un poco de poesía. En esa época también escribí algunos cuentos. Pero por muchas razones, nunca llegué a publicarlos.

Después, hará unos diez años, me lo tomé más en serio y comencé a escribir novelas. Por la influencia de mi background, obviamente, eran novelas que combinaban la historia, el trabajo policial y el espionaje. Se podrían catalogar como Thriller histórico.

Ya más recientemente, autopubliqué una de estas obras en Amazon: “Los guerreros de Saturno”, y me sorprendió la respuesta del público. Se trata de una novela policial que transcurre en Cuba y que viaja retrospectivamente a los años cincuenta. Después, en el 2020 publiqué otra novela policiaca en España, “Los rehenes del poder”. Aquí también se mezclan la historia, la política y la investigación policial. Y ahora, finalmente, estoy publicando “La maldición de Cipango”, que es puramente histórica y resultado de mi participación en el X Concurso Hispania. Entre unas y otras, escribí veintisiete artículos de corte sociopolítico para una revista digital que se dirigía a la comunidad hispana en Canadá. Como puedes ver, ha sido un camino largo, y si tengo que ser sincero, diría que estoy más cerca de la arrancada que de la meta.  

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

“El Italiano”, de Arturo Pérez Reverte. Lo elegí, en primer lugar, porque he leído a este autor y me gusta mucho. Además de su maestría dentro del genero policial, tiene un talento especial para narrar hechos históricos de forma novelada. Pero sobre todo quería leerlo porque entendí que relataba hechos de la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva poco habitual. El héroe no era un militar de los aliados, de los “buenos”, sino uno del Eje, un buzo de combate de la Italia fascista.  

 También imaginé que sería muy interesante leer detalles del combate submarino de la época, con la tecnología de entonces. Y Reverte no me defraudó, narró los acontecimientos con tanta precisión, que pareciera haber sido él mismo un hombre rana en los años cuarenta. Como siempre, los personajes rellenan la historia con su humanismo, y la descripción del contexto social y político es excelente. Es una gran novela.  

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Tengo varios. Pero el más importante es escribir la segunda parte de esta saga, de la “Maldición de Cipango”. Será una novela histórica que comenzará en 1933 con la caída de la dictadura de turno en Cuba, y terminará en 1968 con la consolidación del modelo comunista-estalinista en la isla. Y obviamente los personajes serán los descendientes de aquellos que aparecen en el primer relato.

Como esta saga es una recreación de la historia de mi propia familia, pienso escribir después una tercera parte que comience en 1969 y llegue hasta nuestros días. En esta última voy a incorporar mis vivencias personales. El cierre de la narración va a ser el drama sociopolítico de mi generación, que vive inmersa en un proceso de emigración masiva y difícil.

También me gustaría, mientras continuo escribiendo la serie de “Cipango”, publicar otras tres novelas policiales – o debiera decir Noir – que terminé hace ya algún tiempo.    

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies