Residente en mis raíces durante cuarenta y siete años, no quiero estar en otro lugar, siempre con los míos; padres, hermanas, esposo e hijos.

Estudié música y crecí en mi barrio con mis amigos, muy feliz. Seguí el impulso de mis pasiones; la música y escribir. Una me dio vida, la otra las ganas de seguir viviendo. Conforme crecía apuntaba en una libreta vieja mis impulsos, sentimientos, y cuál fue mi sorpresa que lo escribía de una forma inverosímil para mi edad. Supongo que, al ser mi primer libro de cabecera Rimas y Leyendas de Gustavo A. Bécquer, influenció mucho.

Otra gran novela revelada en mi niñez fue Los Miserables, marcó un antes y un después en mi relación con las personas y en la forma de ver el mundo. Empecé entonces a escribir más adulta, más sosegada, más madura. Porque de niños creemos tener muchas vidas, pero la vida comienza cuando te das cuenta que solo tienes una.

En mi libro Rimas y relatos para un día mejor encontrareis esa dosis de niñez, adolescencia, madurez; por eso es para todas las edades. Es aquella libreta vieja que ha salido del cajón.

Siempre llena de proyectos, estoy terminando una novela de misterio, empezó de casualidad y verá la luz próximamente.

Como dijo Mario de Andrade, «mi alma tiene prisa», pero comeré mi paquete de dulces despacio, saboreando.

Quiero rodearme de gente que sepa tocar el corazón de las personas, mi meta en esta vida es llegar al final satisfecha y en paz con mis seres queridos y con mi pepito grillo (conciencia).

Hoy día tengo todo lo que necesito, me siento satisfecha y feliz. Los proyectos de vida han sido superados y los profesionales, gracias a Editorial Adarve, han sido posibles.

Como ya he dicho, soy inquieta, tengo prisa; seguiré escribiendo porque así me siento feliz y seguiré amando la vida con lo que me dé.

Realmente mi proyecto más cercano es ser abuela y pretendo pasar por este camino muy feliz y agradecida siempre por todas esas personas que tuve y tengo a mi lado.