Nace en Tenerife, donde reside actualmente. Licenciada en Filosofía, cursó estudios parciales de Antropología Cultural y Filología Hispánica. Escribe diarios, cuentos, poemas y prosa poética desde la infancia. Además de la obra que aquí se presenta, hasta el momento ha publicado Historia de unas alas y otros escritos (Ediciones Oblicuas, 2018). Esto no es un libro de Arte es una obra inédita a la espera de edición y en estos momentos trabaja en otra obra, mayoritariamente epistolar, titulada Existencia fragmentaria. Aunque ha destruido muchos de sus escritos, en los últimos años ha decidido dar a conocer algunos de sus textos.

LEER PRIMEROS CAPÍTULOS

Háblanos un poco de ti

Nací y vivo en Tenerife, en una ciudad tranquila y muy cerca del casco histórico. Nunca fui mujer de mundo y no me agradan las grandes urbes para vivir.

Me entretiene cuidar orquídeas y otras plantas, leer –especialmente sobre Arte y poemarios-, estar con la gente que quiero (siempre se agradece una buena compañía) y sobre todo, escribir. La tarea escribana es vital, irrenunciable y casi terapéutica. Es el mejor modo que conozco de ocupar el tiempo libre y de plasmar mis reflexiones y mi capacidad creativa.

Siempre he tenido animales porque siempre los hubo en la familia desde mi infancia. Actualmente tengo una gata blanca y amarilla que aparece en algunos escritos de Mañana no seré otra. En todos mis libros suele haber textos sobre los animales y la naturaleza. De hecho, estuve residiendo por años en el campo, rodeada de árboles, animales y prados.

Soy licenciada en Filosofía y realicé estudios parciales de Antropología Cultural y Filología Hispánica. No uso Facebook, Instagram ni otras redes sociales.

¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Mañana no seré otra?

Para empezar, en su portada se halla un óleo sobre lienzo de una de mis hermanas que dedica su ocio a la pintura. Ella firma sus cuadros como MiNonanonita. Cuando la Editorial Adarve decidió publicar el libro, les sugerí que este cuadro podía ser una portada idónea y les pareció correcto.

En su interior, el libro presenta (Partes I y II) textos y reflexiones sobre la familia, las instituciones, el amor, los animales y la naturaleza, los viajes, la problemática social circundante, el lado existencialista de la vida humana… La tercera parte la constituye un Epistolario donde brilla la amistad en medio de temáticas variadas, preocupaciones personales y socioculturales. La muerte, como un tránsito que atañe a todo humán, aparece varias veces en la obra. Agradezco a la Editorial Adarve que a última hora me haya permitido incluir un escrito, in memoriam, sobre una querida hermana mía que falleció antes de poder leer este libro, que  va dedicado a ella.

La obra termina con dos textos sobre Emily Dickinson. El primero, acerca de lo que ella poetizó sobre el Teide – a pesar de que jamás visitó mi isla-; a la vez que  repasa algunos aspectos curiosos de su vida. Y el segundo, nos muestra diversos avatares que hicieron de la Monotropa uniflora la flor preferida de Emily, una flor que fue crucial en su vida.

¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?

Quizá en que expresa una visión femenina y no del todo usual de observación de la vida y la muerte, de los procesos humanos, del amor como motor fundamental y del entorno social. Considero que, como decía Houellebecq en un poema, “el amor resuelve todos los problemas”. Y, añado, los que no puede resolver, los suaviza en parte.

Vivimos en una sociedad alienada donde los humanos somos ante todo hijos de la carencia. No solo carencias materiales, que también, sino que además nadamos en una carencia global enorme, en un sistema en el que priman los postulados del darwinismo social y donde las gentes introyectamos sus premisas en mayor o menos medida: lucha despiadada por la existencia, rivalidad, competencia, productividad esclavista, actividad frenética, jerarquías sociales asumidas, prejuicios, supremacías, maniqueísmos, estereotipos… Frente a todo ello, surge en el libro un cierto intento por recuperar el concepto oriental de “compasión”, y por observar la importancia de la empatía y la amistad. Yo soy solo un gusano feo, una persona ruin; me atrevo a afirmar parafraseando a Teresa de Cepeda. Ella hacía todo lo posible por pasar algún día de ser gusano a mariposa: esa era la finalidad de su vida. Es ese cambio interno, un proceso que es capaz de obrar un gusano y que para nosotros es tan arduo. Un nuevo estado de cosas, individual y colectivo, que se abre a nuestros pies y que no vemos.

Todo lo anterior se expresa en la obra con un lenguaje sencillo y emotivo. Recurriendo alguna vez a poetas, filósofos, a la experiencia propia y ajena, a las relaciones con la otredad, a la naturaleza y los animales, a la introspección….

¿Cómo describirías tu trayectoria de escritora desde la primera publicación hasta esta última?

Empecé a escribir a los ocho años en un diario que me regaló mi abuela, así que lo primero que escribí en mi vida fueron diarios, algo que ha seguido siendo una constante en mis escritos y libros, tanto en los publicados, como en los destruidos. Digo “destruidos” porque me he desecho de muchos de ellos (obras completas o textos sueltos) porque tras ser escritos ya no eran de mi agrado o se convertían en lo que llamo “medicina caducada”. Esos diarios contienen variadas reflexiones y están inmersos en una cierta metafísica y en mi particular “dioptría” para observar el derredor desde que era una niña.

A los 11 escribí mi primer poema, dedicado a una de mis bisabuelas. Más o menos a esa edad o algo antes, me acostumbré también a mandar cartas en verano a mis amigas del colegio. Y sigo enviando cartas hoy en día, ya sea por correo electrónico u ordinario,  Telegram o Wahtsapp. En ocasiones las redacto pero no las envío, aunque las dejo archivadas igualmente.

Siempre había tenido una cierta fobia a dar a leer mis textos a desconocidos, hasta que en 2018 decidí hacerlo y publiqué Historia de unas alas y otros escritos en Ediciones Oblicuas de Barcelona.

Además de Mañana no seré otra, tengo escrito un tomo inédito de unas 400 páginas titulado Esto no es un libro de Arte. En él se dan cita más de 80 obras de arte con comentarios, reflexiones, diarios, poemas alusivos de autores diversos y escritos directa o tangencialmente relacionados con cada obra, con su autor/a o con la experiencia propia o ajena.

Actualmente redacto otro libro con el que llevo unos años, titulado Existencia fragmentaria, de carácter fundamentalmente epistolar.

¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?

Realmente no lo elegí, sino que me lo regaló una amiga pensando que me gustaría leerlo -y acertó-. Se trata de una recreación sobre la vida de Circe, escrita por Madeline Miller. Siempre me agradó el personaje homérico de Circe. A la par, he releído estos días Mil mañanas, de Mary Oliver, un poemario lleno de amor por la naturaleza y los animales, un libro de una sensibilidad extraordinaria.

Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?

Encontrar editor/a para mi obra Esto no es un libro de Arte —aunque no es algo que me urge—, y seguir escribiendo el volumen que tengo entre manos desde hace años que, como expresé más arriba, es de carácter básicamente epistolar.

Continuar con la tarea escribana como he hecho desde niña, se publiquen o no mis textos. Escribir es lo que importa y hoy por hoy es mi ocupación fundamental más allá de los imperativos obvios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies