Roberto Lombardero autor del libro Cuando se levante la niebla. Editorial Adarve, editoriales que aceptan manuscritosResido en Bruselas, ciudad en la que nací. Mis padres formaron parte de la gran oleada migratoria de los años sesenta. Se fueron de España, como miles y miles de españoles, en busca de una vida mejor. Por lo tanto yo fui (y soy) hijo de emigrantes, “emigrante de segunda generación” como se dice por aquí. Siempre he vivido en Bruselas, manteniendo, eso sí, unos lazos muy estrechos con la cultura y la tierra de mis padres (Asturias y Galicia). Tengo 53 años, casado y con dos hijos, también nacidos en Bruselas.

La primera parte de mi vida, la viví en Saint-Gilles, un barrio obrero de Bruselas en el que los españoles llegaron a ser mayoritarios, allá por los años 70-80. Pese a haber nacido en Bélgica, no aprendí a hablar francés hasta que empecé la escuela primaria con 6 años. Parece mentira pero así fue. De hecho el primer año de primaria lo tuve que repetir por no tener un nivel de lengua suficiente. Esta anécdota demuestra hasta qué punto los españoles de Saint-Gilles vivíamos en un mundo cerrado, en lo que entonces se llamaba “la pequeña España”.

Claro está, acabé por aprender el francés, lengua que hoy practico igual o más que el castellano y, al terminar la enseñanza segundaria, decidí estudiar traducción (francés-español-inglés) en una universidad belga. Trabajé un tiempo (poco) de traductor pero muy pronto empecé a dar clases de inglés, español y francés. Llevo más de 20 años dedicándome a la docencia. Ahora, y desde hace ya unos cuantos años, soy profesor de ELE (Español Lengua Extranjera) en dos escuelas, una academia para adultos (el equivalente a las Escuelas Oficiales de Idiomas en España) y una escuela de turismo (enseñanza de nivel universitario). Me encanta mi trabajo. Me encanta transmitir una lengua y una cultura tan rica y maravillosa como la nuestra. Creo que cuando vives en el extranjero valoras tu lengua y cultura de origen de una manera especial, diferente.

En cuanto a la escritura, no tengo mucho que contar. Escribo desde mi adolescencia y nunca he dejado de hacerlo. Pero nunca me atreví a dar el paso hacia la publicación. Quizás porque me parecía imposible o difícil o inútil. Por lo tanto tengo un montón de textos manuscritos desparramados por todas partes, perdidos en cajones y armarios.

Sin embargo, hace unos tres años mandé una novela breve que había escrito en francés a una pequeña Editorial bruselense “por si las moscas…” y resulta que, al día siguiente, recibí una respuesta positiva. Unos meses más tarde me habían publicado mi primera obra (“Ombres et Lumières”, Ed Lamiroy).

Entonces me animé y mandé otro manuscrito que tenía “en espera” a un concurso literario (Premio Hispania de Novela Histórica). No lo gané pero quedé finalista y la segunda respuesta positiva no tardó en llegar. En el mes de diciembre 21, la Editorial Adarve publicó mi primera novela en español: “cuando se levanta la niebla” que está ahora a la venta. Es una novela histórica ambientada en la Asturias revolucionaria del octubre 34 que también trata otros temas como la emigración o el deber de memoria.

Aficiones: Una de mis principales aficiones es, lógicamente, la literatura. Leer y escribir… una auténtica pasión, una historia de amor (y desamor) desde siempre.

Entre todos los géneros literarios, tengo una predilección por la novela histórica en general y la española en particular. Pero también leo ficción, poesía, ensayos, cuentos. Eso va por períodos. En cuanto a la escritura, lo que más hago son cuentos breves (o largos). Antes me gustaba escribir poesía pero ya no. La novela “Cuando se levanta la niebla” publicada por Adarve es mi primera novela y mi primer gran trabajo.

Me encanta también la historia. Lamento no haber estudiado historia en la Universidad. Quizás un proyecto para cuando me jubile… nunca es tarde, si la dicha es buena… Leo muchos ensayos que tratan de temas históricos. Y veo documentales,muchos documentales sobre todos los períodos históricos.

Me apasiona también el senderismo, la montaña. Me encanta. La belleza salvaje de los Picos de Europa por ejemplo. Todos los años hago rutas por la zona oriental de Asturias. Entrar en contacto con la naturaleza, subir a un pico y, tras un esfuerzo físico intenso, poder disfrutar de una vista panorámica… hay pocas cosas tan bonitas (para mí).

Sin embargo, no todo es naturaleza, también me gusta visitar ciudades, conocer su historia, sus monumentos emblemáticos.

Otras aficiones: la cerveza belga (con moderación), el fútbol (soy aficionado del equipo de mi barrio : Union Saint-Gilloise que este año va primero en la clasificación), la bicicleta ( el modo de transporte ideal para desplazarse por Bruselas cuando hay atascos) y muchas más…

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: No me gusta hablar de mi personalidad. Tengo defectos y cualidades como todo el mundo. Pero prefiero que la gente que me conoce los descubra y, si le da la gana, los comente. Lo único que puedo decir con seguridad y en lo que todos mis conocidos están de acuerdo es mi falta de ambición. Odio el poder. Odio tener que ejercer cualquier tipo de poder sobre otras personas y que otras personas tengan cualquier tipo de poder sobre mí. No me gusta estar ni arriba ni abajo, no quiero ser ni menos ni más que nadie. Siempre me ha costado respetar las jerarquías. ¿Es un defecto? ¿Es una cualidad? Dejo la pregunta abierta y que cada cual la conteste según sus principios…

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Antes de contestar esta pregunta, es necesario responder a otra: ¿qué quiere decir “ser escritor”? ¿Qué significa y qué implica?

Si el escritor es una persona que escribe, entonces sí, soy escritor. Si un escritor es una persona que escribe y que es leído, entonces soy un escritor pero novato, principiante y pequeño, muy pequeño. Si un escritor es una persona que vive de lo que escribe, de sus obras, entonces, obviamente, no soy escritor y creo que nunca lo seré. Yo vivo de mi trabajo que es la docencia. La escritura es un pasatiempos. Bueno, en realidad, algo más: una afición y una pasión. Pero un trabajo, no.

Por lo tanto me gustaría modificar un poco la pregunta que sería la siguiente: ¿por qué decidiste escribir? ¿Por qué decidiste pasar horas y horas delante de un ordenador tecleando desenfrenadamente en vez de salir a tomar el sol o una cerveza con los amigos? No tengo una respuesta única a esta pregunta, tengo varias y todas son importantes.

Primero escribir es para mí una droga. Es un estupefaciente en venta libre (de hecho gratis) sin consecuencias nefastas para la salud, que puedes consumir sin necesidad de salir de noche en busca de un camello y jugártela con la policía. Nada de eso. Y sin embargo tiene el mismo efecto: permite evadirse del mundo real para entrar en otro de ficción, permite olvidar el tiempo de un viaje las penas, los dolores, la amargura de la vida. Y cuando tomas una dosis importante del fármaco de la escritura puedes incluso llegar a sentirte igual al Dios, creador del mundo. Es embriagador el poder que te da esta sustancia lícita: el poder de cambiar la historia, de crear o matar un personaje o de enamorarte de él y protegerlo o de odiarlo y castigarlo por ambicioso, prepotente o simplemente imbécil. Los drogadictos literarios, los que algún día sucumbieron y probaron la droga de la escritura entienden lo que explico.

Otra razón por la cual decidí escribir es el amor que tengo por la lengua, por las palabras, por las frases, por las historias. Es un placer (quizás masoquista) bregar con las palabras. Encontrar la expresión exacta, el adjetivo idóneo, la palabra que mejor suena, el giro más bonito, la metáfora más poética. En una palabra: me apasiona el acto literario. El camino forma parte del viaje. Así mismo, la lid que lleva a cabo el escritor con su propia historia es tan bonita como el resultado final, o más… No sé si se me entienden. Me enorgullece el libro, el objeto físico, pero siempre echaré de menos el acto de creación.

Soldados de Salamina

Autores preferidos y por qué: Tengo varios autores preferidos. Pero, sin lugar a dudas, de la lista destacan dos: Javier Cercas y Arturo Pérez Reverte.

Javier Cercas por las temáticas que trata y la manera genial que tiene de mezclar pasado y presente sin frenar ni perjudicar el relato. Me encanta la manera que tiene de contar varias historias en una sola. Está muy claro en “Anatomía de un Instante” y en su gran novela “Soldados de Salamina”, para mí una de las mejores que se han escrito en español. También soy un gran admirador de Pérez Reverte pero por otro motivo. Lo que me impresiona de este novelista es el trabajo de investigación que realiza antes de escribir sus novelas históricas. Su amor por el detalle, como dice. En la serie del Capitán Alatriste o en su penúltima novela “Línea de fuego” no deja nada al azar: las vestimentas, las herramientas, las armas, las descripciones de paisajes o monumentos,… todo ha sido estudiado, analizado y descrito con una precisión quirúrgica para que la historia, los personajes, el ambiente, sean verosímiles.

Pero hay muchos otros autores que me gustan: Asensi, Aramburu, Atxaga, Mendoza, Posteguillo,… para citar solo algunos españoles. Pero también los clásicos franceses. De joven leí la obra completa (o casi) de Emile Zola y la poesía de Charles Baudelaire. Mis gustos literarios y mis autores favoritos han ido evolucionando con los años: Franz Kafka, García Márquez, Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway, Jorge Luís Borges, Dostoievski, Julio Cortázar,… la lista es infinita.

Tu obra favorita de otro autor: No hablaré de los grandes clásicos como El Quijote que me impresionó la primera vez que lo leí y que he vuelto a leer tres veces.

Creo que la novela (contemporánea) que más me gustó fue “Soldados de Salamina” de Javier Cercas. Esta novela lo tiene todo (para mí). Las temáticas son interesantes (el deber de memoria, el perdón) y también la ambientación histórica, la psicología de los personajes, el estilo (entre novela de investigación policíaca y novela histórica), la forma del relato, la manera que tiene de mezclar pasado y presente, vamos… una novela de primera.

Tu obra favorita de las que has escrito: En español solo he escrito una novela: “Cuando se levanta la niebla”. Es una obra ambientada en la Asturias revolucionaria del octubre 34. La novela tiene una doble vertiente; de hecho son dos historias (la del nieto y la del abuelo) que se entrecruzan, se combinan y se completan para acabar en un mismo final. La primera cuenta la historia del nieto, hijo de emigrantes, nacido y criado en Bélgica, que, un poco por casualidad, parte en busca de un personaje misterioso. La segunda, contada en tercera persona, narra los hechos históricos acaecidos en Asturias en 1934 a través de la historia del abuelo que participó en la famosa Revolución de Ochobre, la de los mineros asturianos.

La novela parte de un enigma que se irá dilucidando poco a poco, página tras página. El lector, guiado por los dos protagonistas, el nieto y el abuelo, acabará encontrando la respuesta a la pregunta inicial en las últimas páginas del relato. Para el nieto la investigación se convertirá en un viaje iniciático hacia sus orígenes.

Creo que el ingrediente principal de la novela es la importancia de hacer memoria, la necesidad de recuperarla, protegerla y transmitirla a las nuevas generaciones… en otras palabras, luchar contra el olvido que es como una segunda muerte.

Tu estilo literario: Solo he escrito dos libros.

El primero es una novela breve en francés, una obra de ficción en la que trato problemáticas sociales modernas tales como las condiciones laborales, la drogadicción, la deshumanización de las grandes urbes, la soledad…

Mi segunda obra es “Cuando se levanta la niebla”, novela histórica ambientada en la Asturias revolucionaria del 34.

Es difícil hablar de un “estilo literario” cuando solo tienes dos novelas escritas y, además, tan diferentes. Lo único que tienen en común son algunas temáticas típicas de la literatura social.

Una cita de un autor que te gusteLa cita de Saramago que he puesto en la primera página del libro : “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos”. Creo que cuadra perfectamente con el tema de mi novela y con la intención que tenía al escribirla: hacer memoria.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: He empezado a documentarme sobre el tema de mi próxima novela: la emigración de los españoles a Bélgica en los años sesenta. Pero no me gusta hablar de proyectos hasta que estén bien avanzados, es decir, hasta que sean algo más que proyectos.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: ¡Qué pregunta más complicada! Creo que la visión que uno tiene del mundo depende de la edad. Y de otras cosas (si tienes hijos o no, si tienes dinero o no, si tienes salud o no). Pero sobre todo de la edad. No vemos de la misma manera el mundo ni el papel que desempeñamos en él cuando tenemos veinte, cincuenta u ochenta años. De joven era mucho más optimista que ahora. Hoy soy más bien pesimista con el devenir de nuestro planeta. El cambio climático, la crisis económica general y permanente, el confinamiento que sufrimos durante dos años, la situación política en general tanto a nivel nacional como internacional y ahora la guerra en Ucrania… No veo muchos motivos para sentirme feliz y optimista. Por eso, quizás, me refugio de vez en cuando en la literatura.

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