En un rincón hundido en la memoria colectiva, la gente se enfrentó al acecho de una banda de traficantes de órganos. Raptos. Restos humanos aparecen en los basureros. Pacientes adinerados reciben órganos sustraídos a los presos en un lujoso hospital imposible de rastrear por la policía. Los asesinos son liderados por un médico hechicero experto en cirugías. Una histeria se difunde como humo al viento en una especie de sentencia definitiva. La misma muerte se queja de la tragedia, pues ahora solo tiene tiempo para recoger con pala las montañas de cadáveres que depositan en la eternidad, sin derecho a levantarse tarde o a divertirse sanamente, hasta que algo más allá del raciocinio humano decide intervenir desde su trono de huestes inmortales. ¿Quién le habría dicho al veterano policía que el operativo más grandioso de su vida le estaría esperando al final del subterráneo? Llamado a comandar el ejército más estrambótico del cosmos, Alexander Ceciliano: un auténtico cazador de hampones despojado de su placa policial, acepta el reto en honor a sus firmes convicciones. Ángeles y demonios enfrentados bajo tierra en un duelo crucial con distintos fines: evitar que se rompa el hechizo; rescatar víctimas con vida en medio del infierno.
Pilar Cerdas nace en San José, Costa Rica en 1965 y trabaja en diversas alternativas de cuido infantil, tanto gubernamentales como en ONGS de su país. Inicia su experiencia literaria en los talleres de Francisco Zúñiga y del Círculo de Escritores costarricenses. En 2009 publica su primera obra, Prisioneros de la penumbra, con la que conquista a un buen número de lectores, al construir sus temas de denuncia social de una forma divertida e interesante; capaz de atraer la atención del público lector de diferente edad, posición económica y cultural. Como autora, su mayor satisfacción es saberse leída por personas que representan el mayor reto para cualquier escritor: satisfacer el gusto de quienes no son aficionados a la lectura.