Nací el 17 de octubre de 1965. Vivo en uno de los países más pequeños, pero inmensamente hermosos del mundo: mi amada Costa Rica. Crecí con mi mamá, un hermano, mi tía y una abuelita materna que me contaba siempre historias de fantasmas. Tuve una infancia rodeada de cariño, dificultades, carencias materiales, y la amistad de muchos vecinos con quienes jugaba al aire libre, incluso bajo la lluvia.
En medio de las carencias materiales de mi infancia, surgió una autoestima, una fuerza extra: un regalo de Dios, pues Él nunca desampara a quien compite consigo mismo para concretar metas y hazañas. Y en lo personal, eso mismo significó concluir mis estudios de bachillerato de secundaria, aunque tuviera que pedir materiales y libros prestados.
Recuerdo que desde muy pequeña leía y releía los libros de cuentos con tal concentración, que me sumergía rápidamente en esos mundos ficticios de una forma casi mágica, como si lograra desconectarme de mi propio mundo para entrar en otros donde mi tristeza se vestía de colores tibios y aterciopelados. ¡Cómo me divertía redactando cartas e inventando historias en hojas de cuaderno, que luego conservaba con cuidado en una caja de galletas!
Me casé, tuve una hija y mi profesión fue ser mamá a tiempo completo. Uno de mis mayores éxitos fue darle a ella una formación educativa y espiritual muy distinta a la que yo recibí. Hoy en día es una profesional exitosa.
Mis ganas de escribir nunca murieron. Se fortalecían aún más con el paso de los años, hasta que un día decidí quitarme el delantal de ama de casa, y darme la oportunidad de asistir a dos talleres literarios donde recibí la guía necesaria para ser una escritora autodidacta.
Pronto comprendí que para tomarse en serio un oficio tan respetable e indiscutiblemente difícil como este, se requieren dos ingredientes básicos y destinados a no divorciarse nunca: talento y conocimiento. Y este último no se adquiere entre lecturas débiles ni esporádicas. ¡No! Practicar el mismo método aprendido desde niña, era mi mejor opción. Algo parecido a lo que hace un buzo antes de sumergirse bajo el agua: ponerse su traje de buceo para entrar en otros mundos de exquisitas variedades submarinas, en la contemplación del legítimo arte y embeleso donde verdaderamente se es feliz fluyendo en un fuego inicial que invita a pintar tu página en blanco, tu propia imaginación y vena artística siendo liberadas e instruidas para caminar a solas, con pasos firmes, sobre lo sublime, entre la multitud de hojas escritas con tu propio triunfo y firma impresa. Entonces sí, después de tanto insomnio y de tirar los miedos, es hora de derramar los destellos del talento sobre la obra nacida al terminar de escudriñar cada joya literaria que ha llegado hasta mis manos. Esa rica variedad de estilos y géneros literarios que finalmente me llevaron a vivir y a publicar mi primer libro de cuentos: Prisioneros de la penumbra: editado en una de las más exigentes editoriales del gobierno. Y la primera edición se vendió en pocos meses. Luego la editorial reimprimió la obra y se vendió en las principales librerías del país.
Yo seguí muy contenta leyendo, ensayando técnicas y diversos estilos literarios que contribuyeran en la producción de mi novela: Intruso en el infierno.
Pasaron los años, y no pude seguir escribiendo a tiempo completo porque empecé a trabajar en varias ONG de cuido infantil, y también en albergues para menores del Estado. Mi ciclo en ellas terminó y tuve la tranquilidad y el tiempo necesario para terminar y publicar mi obra en Editorial Adarve.
Aficiones: Soy aficionada a la lectura. Escribir es mejor. Mientras lo hago, el reloj puede marcar ocho horas consecutivas, y yo sin darme cuenta, llena de felicidad creando y perfeccionando párrafos. También me gusta el cine: películas de drama, cómicas y de suspenso; caminar al aire libre, sembrar, motivar a las personas a no rendirse, y apreciar todo lo valioso que tenemos cuando nos desconectarnos de los pensamientos negativos.
Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Me considero una persona aguerrida que no se rinde fácilmente. No temo ser diferente a los demás, ni decir la verdad, aunque no cuente con ningún apoyo. Repruebo las injusticias cometidas contra personas indefensas: especialmente el maltrato infantil y el de otros seres inocentes que solo saben dar amor. Soy resiliente, empática y con bastante sentido del humor.
Cuéntanos por qué decidiste ser escritor/a: Escribo estrictamente para ser feliz y satisfacer al público con un buen mensaje en una historia entretenida y bien escrita. Crear un perfil psicológico de un personaje que parezca tan creíble como para identificarse con mis lectores, eso significa para mí un verdadero triunfo.
Autores preferidos y por qué: El estilo de prosa poética de Virginia Woolf me cautivó cuando empecé a leer su impresionante obra literaria Las olas. Siempre sentí que quizá esta muestra de fragmentaciones líricas fuera concebida más en el espíritu de la autora, que en su vasto intelecto.
Esta técnica literaria del monólogo, o discurso interno, aplicada en la obra de Virginia Woolf, y en la de otros extraordinarios autores que he leído, es una de mis preferidas por el reto que significa crear palabras bien hilvanadas sobre diálogos sin barreras, depurados de repeticiones propensas a cansar al lector. Construir semejante libertad ficticia, no es nada fácil, pero es la manera más convincente de acercarse a la máxima pureza del personaje; mucho mejor que describir sus acciones, es convertirse en una parte vital de sus sentimientos e intenciones, pues el autor debe interpretar su mejor actuación para introducirse en la mente de ese desconocido que él mismo creó, y deberá ser convincente ante la opinión de los lectores.
Tu obra favorita de otro autor: El árbol del hombre, de Patrick White. Una verdadera obra de arte. Me enganchó desde el principio por tratarse de una historia familiar que incluía magistrales descripciones de la naturaleza. Aunque ninguno se compara con las letras vivas del mejor libro: La Biblia.
Tu obra favorita de las que has escrito: Mi novela: Intruso en el infierno, siempre ocupará un lugar de privilegio en mis recuerdos. Encierra un clamor que creció dentro de mí pidiendo auxilio a nombre de todos los enfermos que podrían prolongar sus vidas mediante la donación de órganos. ¿Por qué negar algo que salvará vidas y no se puede aprovechar de otra manera?
Tu estilo literario: Lo mío es la literatura de denuncia social: cuentos y novelas con temas realistas que me facilitan levantar la voz de los que quieren ser oídos, pero callan.
Una cita de un autor que te guste: Hay verdadera sabiduría encerrada en una frase del famoso autor Hermann Hesse:
“Matamos a cada paso, no solo en guerras, disturbios y ejecuciones. Matamos cuando cerramos los ojos ante la pobreza, el sufrimiento y la vergüenza. De la misma manera, toda falta de respeto por la vida, todo el coraje, la indiferencia, todo desprecio no es otra cosa que matar. “
Algo sobre tu manera de entender este mundo: El mundo es un misterio lleno de pruebas y oportunidades donde la vida se multiplica sabiamente, sin malas intenciones, hasta que algo ocurre y los vivientes intenta destruirse entre sí.
Una gran tragedia para una mente saludable es creer que todo existe únicamente por casualidad, sin ningún propósito real diseñado en una fortaleza que dirige el universo entero. Cada alma en sí es un mundo aparte y necesitado de entenderse a sí mismo, antes de entender a un mundo que puede ser interpretado erróneamente. Lo valioso, único e imprescindible es ese campo de defensa interno creado por nosotros mismos para desechar lo que nos contamina y multiplicar los beneficios propios y ajenos con sabiduría.
Tus proyectos inmediatos: Actualmente continúo escribiendo y esforzándome optimistamente en la promoción de mi novela: “Intruso en el infierno”, con la cual aspiro a ser leída por un buen número de lectores amantes de la acción, del género policiaco, prosa poética, fantasía, inframundo. Todo esto aderezado con un mensaje de denuncia social tan valioso para la humanidad, como lo es conservar la vida mediante la donación de órganos.
Mi próximo proyecto literario es terminar de escribir mi novela y publicar para ofrecerle a los lectores una obra descarnada sobre maltrato infantil que logre tocar las fibras más sensibles de cualquier adulto que tenga a cargo el cuido de un menor de edad, llámese padres o madres de sangre, o adoptivos, parientes, educadores, instituciones privadas y gubernamentales.
En lo personal, la prioridad es cuidar mi salud con una buena dosis de paz mental y espiritual, amor a mi familia, optimismo, comida sana, dormir bien y buscar en la vida motivos para sonreír y agradecer.