Nicholas Avedon, autor del libro Un reino feliz. Editorial Adarve, editoriales que aceptan manuscritosNací en Madrid hace cuarenta y seis años, pero mis raíces están en La Rioja, una tierra donde he vivido intensamente. Resido en Madrid pero sé que no será para siempre. Tengo una familia, una perra, un gato y varias guitarras.

Aficiones: Desde niño me apasionaron los ordenadores y las novelas de ciencia ficción. Con los años he ido coleccionando aficiones, desde el boxeo que practiqué durante muchos años, hasta la esgrima. Durante algunos años me dediqué a la fotografía, aunque la mayor parte de mi vida profesional está relacionada con el mundo empresarial y el diseño de software.

Me gusta el vino, cantar y contar historias. Me gusta soñar, y sobre todo, vivir.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Si algo me define es la curiosidad y la perseverancia. Como buen capricornio, tardo en subir, pero termino por llegar donde quiero. Soy prudente, fiel y con los pies en la tierra aunque me pase el día mirando a la cima. La gente piensa que soy distante, pero solo es una máscara, cuesta conocerme y a menudo la gente me juzga demasiado rápido y se suele equivocar.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: No elegí escribir, lo hice por necesidad. En mi caso, de muy joven, ansiaba imaginar nuevos mundos, nuevas sensaciones, crear historias. Más adulto, me sirvió para escapar y sobre todo para poder expresarme con libertad (de ahí que me esconda tras un pseudónimo). Escribir es un placer muy personal, que me permite crear, sentir y viajar sin límite en la piel de otros. Mi fantasía constante es vivir mil vidas, y eso hago. El primer relato que recuerdo que alguien leyera, lo escribí cuando tenía catorce años. Curiosamente ella era escritora, y su aprobación me sirvió para tener fe en mí mismo, cosa muy necesaria a esa edad.

Autores preferidos y por qué: De joven Emilio Salgari me enseñó que soñar es un acto natural. De adolescente, Asimov me hizo visitar el futuro y desear explorarlo. Tuve una adolescencia bastante inusual donde me aferré a la distopía con Huxley y Orwell, aderezado con Nietzsche. Luego descubrí a Robert Silverberg y “Muero por dentro”, mi libro favorito de ciencia ficción que lanzó a la C/F de cabeza, redescubriendo autores clásicos como Pohl y terminando con Philip K. Dick que me hizo romper la barrera del género. Ahí descubrí otro tipo de literatura en mayúsculas: Kerouac, Bukowski, Bolaño, Updike… Ya más adulto exploré los clásicos, de los cuales Tolstoi siempre será mi favorito, junto con Vargas Llosa. Finalmente llegaron los autores contemporáneos que han marcado mi estilo: Umbral, Houellebecq, John Irving o Welsh son algunos de mis favoritos. Sigo descubriendo autores clásicos y modernos cada año. Todo está escrito, todo está aún por escribir y leer siempre será un refugio.

Tu obra favorita de otro autor: Elegir una sola obra es difícil e injusto. Una obra literaria, como una canción, tiene su momento y lugar. Pero si tuviera que destacar una seria “Ampliación del campo de batalla” de Houellebecq. Esa obra me caló tan profundo que me hizo cambiar mi visión de muchas cosas.

Tu obra favorita de las que has escrito: Mi cuento favorito está aún sin publicar, es una historia de amor corta y triste que habla de ángeles caídos. Espero publicarlo en un recopilatorio de relatos más adelante. De mis tres novelas, mi favorita es “Lágrimas negras de Brin”, una verdadera salvajada literaria que mezcla géneros, personajes y épocas. Un autor normal la hubiera escrito en tres novelas independientes, yo lo junté todo en una obra de 500 páginas. Son varias historias de amor entremezcladas entre géneros, universos y personajes diferentes. Todavía sueño con ella y sus personajes siguen vivos en mí y eso que ya han pasado varios años desde que la escribí.

 Tu estilo literario: Mi estilo no depende de géneros, aunque me muevo cómodo en el drama y la distopía. Todas mis historias tienen algo de melancolía y amor. En todas hay sueños y personajes valientes que luchan por lo que creen, y en todas, se presenta algo fascinante como historia de fondo, aunque engaña, porque la verdadera historia sucede en el interior de los personajes. Me gustan las sorpresas y procuro que la poesía aparezca de vez en cuando sin que se note, como un invitado mudo.

Una cita de un autor que te guste: “Cuando estás en la calle es cuando te das cuenta de que todo tiene dueño”, de Charles Bukowski.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: “Hijos de Brin” es una novela independiente, pero que forma parte del mismo universo que inicié con mi primera novela: “11,4 sueños luz”. Transcurre en el siglo XXIII y va a ser mi novela con más acción y más finales felices de todas mis novelas. Me lo he ganado después de la última distopía que escribí, “Un reino feliz”, que me dejó muy tocado.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: La vida puede ser algo maravillosa, pero hay que saber buscar la maravilla y cultivar el hábito de soñar. El tiempo que vivimos es escaso y ser egoísta a veces es una virtud, a veces un castigo y a veces necesario. La única cosa que tengo claro, es algo que dijo Juan Goytisolo: el día que se muera la pasión es mejor morir.

Tus proyectos inmediatos: Me gustaría componer mis propias canciones para poder cantarlas a alguien especial, quiero vivir una segunda vida, aprender otro idioma y seguir descubriendo dónde me lleva el destino. Por supuesto, seguir escribiendo es parte de ello, lo mismo que seguir mirando al cielo y esperar a una estrella fugaz.

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