CUESTIONES DE MI BIOGRAFÍA: Resido en Mérida desde hace 22 años pero en realidad, toda mi infancia, mi juventud, mi época de aprendizaje, en que me cultive, tanto a nivel literario como vital, lo desarrollé en Talavera de la Reina. Por lo tanto, tengo el corazón partío, como dice Alejandro Sanz.
¿Qué ciudad amo más? Voy a sonar un poco rancio, pero allí donde haya un ordenador y tiempo para escribir, esa es mi ciudad. Algo cosmopolita, en cierto modo. (Rancio, porque me paso en día en la habitación, eso está claro, como el comentario sugiere)
Como estoy alucinado y soy un poco niño en esto de escribir, en mi vida he ido dando tumbos, como cualquier persona que se precie de ser persona. Pero los frikis como yo dan muchos más tumbos. ¿Podría haberme dedicado algo de más sustancia, que me diera más dinero, y no a la inutilidad ésta de escribir? Pues sí, pero ser friki no me deja.
DAR CLASES: Ejercí durante ocho años como profesor de Instituto, porque para eso soy licenciade en Filología Hispánica, (así, con mayúsculas y todo) pero… vuelvo a sonar friki: no me gustan los niños. Y los adolescentes menos. Me los comería- De hecho, estuve a punto de comerme alguno. “¡Pero qué tío más despreciable!”, dirán ustedes. Sí, algo. Eso decían mis alumnos y, sin embargo, no se hace una idea de lo qué significa aguantar esa jauría a diario.
No, en serio, pensé que era una labor muy sacrificada y muy difícil. Y no me equivocaba. No me daba tiempo para escribir, pese a la fama que tienen los profesores de contar con mucho tiempo libre. No es real. Si eres un profesor, no digo ya bueno, simplemente preocupado por lo que haces, tienes que dedicarle todas las horas del día. La cabeza no te da para otra cosa.
Admiro a los profesores. De lengua y literatura, sobre todo, los más desgraciados. Porque hoy, lo que no da dinero, no se lleva. Y la “lengua y literatura” “no sirve para nada”. Eso también lo decían mis alumnos y cuando la clientela está en contra, no se puede trabajar.
EN JUSTICIA DE REBOTE: Y como mi prioridad era escribir y necesitaba una “cosa” del Estado que me dejara “la cabeza” libre por las tardes, me apunté a eso de las oposiciones a agente judicial, que nunca saqué y, desde hace 20 años trabajo en el Ministerio de Justicia, como interino. Un trabajo que tiene que ver conmigo como la vida de una gamba tiene que ver con el macramé, pero aquí estoy.
Como ven, unas veces obligado, otra equivocándome y otras acertando a partes iguales he ido dando tumbos. Y siempre con la duda de si lo haces bien o no.
EN EL TERRENO LITERARIO: Menos mal que en el terreno literario he tenido suerte. Algo. Porque he ganado premios más o menos importantes: el Buero Vallejo de Teatro, un par de premios literarios menores, con edición correspondiente, e incluso el premio joven de la UCM en 1999 y he sido finalista del Ateneo de Sevilla y el Azorín de Alicante. De modo que sí, puedo decir que, en muchas ocasiones, he acertado.
O he tenido suerte, vaya usted a saber. Pero dedicarme a lo literario supone emplear mucho tiempo de tu vida, si lo quieres hacer bien, y eso no me ha permitido progresar en otros terrenos. Sobre todo, laborales.
OTRAS AFICIONES. EL TEATRO: También he acertado en mi trayectoria teatral. He sido director y actor de teatro en un grupo de aficionados. El Candil, de Talavera de la Reina, se llama. Con varios premios a lo largo de toda España durante 10 años, de 2000 al 2010. Demasiada tarea.
Decía Pavarotti que uno no se puede sentar en dos sillas a la vez. Él era director de orquesta y cantante de ópera y tuvo que elegir, porque no tenía tiempo para ambos oficios. Lo valoré y me decidí centrarme en mi carrera literaria.
Como ven, toda mi trayectoria vital, dando tumbos.
MI OTRA AFICIÓN, LOS AUDIOLIBROS: Lo cierto es que todo lo relacionado con la narrativa para mí es una prioridad. Si se fijan, la dirección teatral también tiene que ver con la narrativa.
Se trata de poner una narración en pie, con actores, escenas y escenarios. Pero como lo tuve que dejar porque el tiempo no me daba y lo teatral me sigue tirando, tuve la idea de subir a YouTube clásicos que había estudiado en mi carrera universitaria. Si visitas a mi canal de Ivoox, YouTube y ahora también en Spotify, podrás valorar la calidad los audiolibros.
También subo poemas y cuentos de terror y fantásticos que me han gustado y son “teatralizables”. Sí, como me tira la cosa, lo teatralizo y así calmó mi vena dramática y de actor.
MI RASGO MÁS SOBRESALIENTE: Me dicen los que me rodean que estoy demasiado obsesionado con pasarme el día escribiendo o grabando audiolibros. Que no paro. Que no me tomo un descanso. Y es que no lo puedo evitar. Tengo ese fallo, soy un workalcoholic. Pero me niego a acudir al psicólogo a desintoxicarme. Porque me gusta. Ser un friki me hace feliz. Menos mal que mi mujer es una santa y me comprende.
En cuanto encuentro un rato, enciendo el ordenador. Así que no me hables cuando estoy en el proceso creativo, por qué no me entero de nada. Y me enfado si me vienes con una tontería ¿Has recogido el fregadero? ¿Has puesto la mesa? Como siempre estoy en proceso creativo… Una santa, ya digo.
LOS CULPABLES, MIS AUTORES FAVORITOS: Pero la culpa no lo tengo yo. La tienen John dos Passos, Manuel Vicent y los innumerables autores y poetas que leído y cuyos cantos de sirena me han conducido hasta estas rocas, donde se ha producido el naufragio. Donde estoy como pez en el agua.
La metáfora, la capacidad que tiene la metáfora para profundizar en el alma humana, de encontrar, a través de la imagen sugerida, aquello que no se puede decir, lo inefable, siempre me ha llamado la atención. Me parece que es un modo de acceder a una parte del mundo que nos vemos, que solo se puede “ver” a través de la poesía y de la literatura en general. En eso, Manuel Vicent es un genio, así como otros autores que cuentan a través de un suceso, de un hecho cotidiano, lo que se ve y lo que no se ve.
En parte lo poético y en parte lo psicológico me llama a la atención de la narrativa, más que la poesía.
MI GÉNERO FAVORITO: A través de una historia, de un cuento, se puede investigar el alma humana. Pero a veces hay que contar lo que ves directamente, porque tiene muchos matices y el ensayo es un género que suelo cultivar, como medio de indagar en con más claridad en esa alma humana, y en las relaciones sociales a las que estamos abocados.
Me gusta la psicología y el ensayo, así como la narrativa de tal modo que no puedo destacar un género en concreto. Nada de lo que es narrativa me es ajeno.
MI PÁGINA WEB: De ahí surge la idea de crear un blog donde subo estos artículos de ensayo. En ellos investigo sobre el alma humana, la psicología y las relaciones sociales y sus matices, que a veces pueden pasarnos desapercibidos. Todo lo humano me interesa.
Para dar a conocer mis investigaciones en este campo, he creado este blog donde también analizó la técnica literaria que se emplea en libros, en cine.
No paro, estoy todo el día en el tajo. Es mi obsesión, pero me niego, me niego a ir al psicólogo para que me cure. Es mi locura. Y una santa… Mi mujer es una santa. Se lo digo yo a ustedes, que lo es.
POR QUÉ ME DECIDÍ A SER ESCRITOR: Me resultaría difícil nombrar una sola obra que no me haya gustado. Me han gustado muchas, sino casi todas.
Si puedo nombrar aquellas que me han marcado y han constituido el origen de por qué soy escritor. “Relato de un náufrago”, de Gabriel García Márquez, me marcó en su día. Se dice de esa obra que te marea cuando la lees. Que logra dar esa sensación de hallarse en el mar, a bordo de una barca… y de comerse una gaviota a mordiscos, eso también. Las sensaciones físicas y también las psicológicas expuestas en aquella novela, en aquel momento, me marcaron, trazaron un rumbo en mi trayectoria literaria.
MI ESTILO: Desde entonces pretendo reflejar, no solamente lo que veo, sino como lo siento, y lo que se ve por detrás. Pienso que una novela debe tener esos tres elementos para constituirse en una buena novela. Contar lo que “es”. Contar lo que se siente. Intentar que el lector reciba la sensación de estar viviéndolo, sintiéndolo. Y encontrar matices que no se perciban a simple vista y que el escritor sea capaz de desvelarlos al lector. Si se consiguen esas tres cosas en una sola frase, en un buen párrafo, en una buena novela, se está escribiendo algo que vale la pena.
Mi estilo consiste en eso y lo reflejo en cualquier género que trato. No me gusta reducirme a un solo género. Cada historia exige un género distinto, cada idea que se me ocurre te “pide” un camino, una forma diferente de afrontarlo: novela, teatro, ensayo… Tienes que obedecer tu instinto si quieres que la cosa salga bien. Pero estos tres elementos, mientras sean fáciles de desarrollar en cada idea que se me ocurre, doy por válido el género.
La metáfora, la selección de palabras la palabra justa, juega mucho en esta tarea.
UNA CITA QUE ME GUSTA: La frase que más me ha gustado de las que he oído no se la escuché a ningún escritor, ni las leí en ninguna novela o libro de poemas. Es una frase de la madre Teresa de Calcuta que dijo algo así como que nuestra labor en este mundo es como una gota de agua en el mar. Pero no es una frase perfecta. Pensando en ella, referida a nuestra pequeña aportación para cambiar este gran mundo, quise darle un vuelco. Vi en ella otra relación que se podía establecer. Vi en esa gota de agua que cae al mar un símbolo de la vida humana, pequeña, diminuta, individual, frente al inmenso océano de los millones de vidas humanas que pasan por este planeta durante millones de años. Y esa gota de agua se pierde, se difumina, desaparece, se extingue, pero colabora en llenar el mar. Por eso mi web se llama blog literario lluvia en el mar.
MI MEJOR OBRA: Pensando en mi mejor obra, pienso qué Talbora. Es una novela histórica sobre mi familia, una familia que se remonta a principios del siglo XX y que me costó mucho trabajo escribir. Fue premio Rafael Ceballos en el año 2008 y está llena de personajes. Es una novela colectiva, hoy descatalogada. Pero todas las obras que escrito tienen su gracia, cada una en su estilo. Sueñomatografía es un alarde de metáforas e imágenes ingeniosas alrededor del mundo del cine que, aunque no tiene tanta enjundia, pienso que puede sorprender a los que, como yo, les guste disfrutar de la literatura en estado puro.
¿QUÉ NARICES ESTOY ESCRIBIENDO AHORA?: Y como no puedo dejar de escribir, porque soy un culo inquieto, acabo de terminar una novela corta, con la que pienso participar en el Storytelling de Amazon de este año. Fue un desafío que me propuse. Una novela rápida. Nunca había escrito una novela rápida y me interesaba poner en práctica esta forma de escribir. Y estoy contento con el resultado.
Tiene cierto aire juvenil y se remonta a hace medio millón de años. Cuenta la vida de unos lobos que atacan un redil. Aprovecho esta aventura para establecer un debate sobre ciertos asuntos de actualidad que el lector puede identificar y con los que sentirse relacionado. La comencé en el mes de junio de este año y la he acabado en julio. Una novela escrita en dos meses de ciento y pico páginas. Estoy contento. A ver si tengo suerte.
PROYECTOS FUTUROS: Pero, de inmediato, retomaré de nuevo mi proyecto de novela rural, sobre un caso real ocurrido en Cuenca en el siglo XIX y que estoy a punto de terminar. La he dejado interrumpida porque se me cruzó el proyecto la novela sobre los lobos y no he podido resistirme.
Y es que la literatura es un vicio. Te asaltan las sirenas, se multiplican, te desvían de tu ruta, te descentran y te vuelven a centrar otra vez, pero no te dejan.
MI MANERA DE ENTENDER ESTE INGRATO MUNDO: Por desgracia, este mundo es muy complicado y difícil. No todo es escribir. Tienes que relacionarte. A un autor desconocido, solo sus amigos le leen. Y ni siquiera le leen. Le compran, pero no le leen. Adquieren tu libro, pero como nadie es profeta en su tierra, desconfían de tu calidad. Y más si no son lectores, como suele ser habitual.
El gran problema de nuestra sociedad es que hay demasiada oferta que nos abruma y no sabemos qué es lo mejor para nosotros. No se distingue lo malo de lo bueno. Todo vale lo mismo. Juzgamos por la fama del autor.
Incluso sabiendo que es lo mejor, lo despreciamos por aquello que nos resulta más fácil. Creemos que lo malo es lo bueno. Creemos que lo bueno no lo es. Estamos desorientados.
No siempre buscamos lo mejor. Buscamos lo más fácil. Lo más fácil e inservible, a veces. Encontramos en YouTube una conferencia sobre un tema interesante, incluso de una conferencia breve y sencilla, y no lo consideramos. Ni nos acercamos a ella a comprobarlo. Seguimos buscando y nos paramos en el cotilleo de un reality. Es a lo que estamos habituados. Contra esto tiene que luchar el escritor de calidad. Contra la pereza de la gente, que muchas veces no es solo pereza. Implica prejuicios.
Y luego está lo que se llama “sencillez” que en realidad es “simplicidad”.
Ser escritor de calidad implica ser algo más que “sencillo. Porque hay más contenido en un escritor de calidad que una simple historia. El que busca la historia sin más, si más “mandangas”, bien porque no tiene tiempo, porque tiene pereza o porque “no llega”, desprecia a los escritores de calidad u obliga al escritor a prescindir de la calidad.
Son hábitos, en una sociedad moderna que corre a toda prisa, donde llegamos siempre tarde donde nunca pasa nada, como diría Serrat.
VENDER LITERATURA: El drama consiste en que se vende solo a los conocidos, que no suelen leerte. La mayoría de los millones de títulos que sacan cada mes al mercado, se valen de ventas entre amigos, porque se trata de autores desconocidos todos ellos. Eso supone que, si no tienes amigos, no vendes. Y si eres un friki que no te relacionas, tampoco vendes. Porque gran parte de la tarea literaria consiste en hacer relaciones humanas. Y es todo un arte, esto de las relaciones humanas. Muy distinto a escribir. Por tanto, el buen escritor es el que escribe y se relaciona y no el buen escritor a secas, aunque sea mejor. Es así.
LA LABOR DE EDITORIAL ADARVE: Editorial Adarve vive de publicar libros, como cualquier editorial. Así que, cuantos más títulos publique, más gana.
La venta de esos libros también son sus ganancias, y también le interesa que el autor venda cuantos más ejemplares mejor, de cada título. Sabe que un autor desconocido no vende si no se mueve en las redes sociales. Y como al autor también le interesa, Adarve le incita a darse publicidad en su entorno y en los actos de presentación, al tiempo que la editorial también se pone la tarea.
Vender y ser leído son objetivos comunes. Parece un acuerdo justo.
Pero, aún así, no exento de dificultades. Autor y editor se diferencian en prioridades. Al autor le interesa que le lean, al editor vender. Pero si no vende, no lee.
La editorial sabe que ser leído y gustar supone que el autor puede decidirse a publicar otro título más, y eso le conviene. En definitiva, feedback mutuo.
Editorial Adarve ha de atender a muchos autores y muchos títulos a la vez y para eso necesita un gran equipo que se ocupe de cada uno de los autores y de los títulos. La dificultad estriba en mantener un feedback con el autor a lo largo del tiempo.
El autor hace lo que puede desde su entorno y sus redes sociales bastante precarias. Adarve tiene “codificadas” sus estrategias. Pero son demasiados títulos y el márketing no da.
Quizá lo que le falta a la editorial Adarve es mantener con más frecuencia ese feedback con el autor, señalando los errores que comete en su labor personal de marketing de su propia obra, reorientándole para lo haga mejor, puesto que es un neófito en este terreno y se halla perdido. Y si limitados son los medios de la editorial, mucho más limitados los de un particular.
Gran parte de esta información podría referirse a informar sobre datos objetivos de las ventas, según van produciéndose, mensualmente o bimensualmente, para que el autor se mantenga activo y tenga una idea cierta de “cómo va la cosa” en ese aspecto.
Para promocionar su propia obra debe conocer los resultados reales que dicho marketing precario está consiguiendo… o no consiguiendo y que acciones hay que tomar al respecto.
De igual manera, saber que está haciendo la editorial por él. Saber cómo funcionan las redes sociales y de qué modo de la editorial. Twitter, Instagram y Facebook influyen en la venta del producto. En todo ello el autor está bastante desatendido.
El autor desconoce qué forma tiene editorial Adarve de promociona su obra, a tiempo real, mes a mes.
El autor no siempre conoce la forma en que Adarve se está moviendo. Aunque mensualmente se reciben noticias sobre novedades o Repost, estos Repost y novedades se limitan a algunos títulos en concreto, (probablemente de autores que saben promocionarse) puesto que las publicaciones antiguas quedan atrás, en parte porque autor desconoce cómo tiene que moverse y como tiene que restructurar su modo de volver a anunciarse o de provocar la venta de su obra.
Una mal que, como toda buena empresa española privada que se precie, sufre: mucho trabajo, pocos medios, necesaria producción desorbitada que les sobrepasa, marketing precario. Todo se deja en manos del autor que, pobrecito mío, no entiende de vender y su éxito depende de la habilidad que tenga en este terreno. Porque un escritor no entiende de vender. Entiende de escribir.