Cuando en la España de finales del siglo XVIII las ideas ilustradas llegadas de Francia y las retrógradas, auspicio de la Inquisición, ni ver se podían, tendría lugar mi trayecto por Aragón que sobrepasado sería. Yo, Beltrán de Rueda —de cuna humilde dentro del condado de Aranda—, ni por un momento imaginaba trato con los prohombres de la época: Pignatelli, Goya, Jovellanos, Normante, Amar de Borbón, Jordán de Asso y hasta el propio rey Carlos III. Entretanto, Irene, un amor del todo entregado… Mas ser súbdito del conde de Aranda me contraería muchos peligros, harto crecimiento y hasta descubrir un atolladero criminal en el palacio de Aranda de Épila, de dificultoso discernir: un misterio que no vale con proclamar si no va acompañado con desenmascarar…

Pedro J. López Correas, Zaragoza, 1961. Licenciado en Historia Medieval y Moderna por la Universidad de Zaragoza, desarrolla su investigación en el Bajo Jalón y Valdejalón, lo que da lugar a sus primeras publicaciones. A instancias de diferentes instituciones, y tras investigar aspectos relacionados con el X conde de Aranda, culmina diferentes estudios sobre su testamento y sus memorias. Se convierte así en el gran promulgador de dicha figura histórica, responsable de ensayos históricos como La huella del conde de Aranda en Aragón (2002) o 1794. El destierro del conde de Aranda: Sus memorias (2013). Actualmente colabora en la sección de Historia de diferentes medios, que compagina con la creación de novela histórica: La traición de Rueda (2018) o El príncipe de Rueda (2021), ambientadas en la Alta Edad Media de Aragón, han sido sus dos primeras obras. 

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