En 1965, Albert Constant regresa, desganado, a Martinica, consciente de la inutilidad de la investigación que se ha comprometido a emprender, hostigado por su esposa. No le interesa la venganza; ya saldó sus cuentas con el prefecto que intentó asesinarlo en el 50, en el patio de la Prefectura de Fort-de-France. Le salvó entonces la vida una misteriosa llamada telefónica. A sus ojos está resuelto su problema personal, aunque todavía quedan algunas incógnitas que renuncia a dilucidar, convencido de la opacidad del mundo que lo rodea. En resumen, no cree en la posibilidad de nuevas revelaciones y se siente ridículo haciendo de detective de pacotilla, tras tantos años ausente de la isla. Los descubrimientos vertiginosos que irá consiguiendo, para gran asombro suyo, sobre su propio caso y el de otro compañero comunista, asesinado en circunstancias misteriosas, lo dejarán sin aliento. Una lucha sin tregua por la verdad y contra la impunidad lo enfrentará entonces, junto a su entrañable amigo Ozana, a una maquiavélica pareja: Clarysse Lambert, una criolla manipuladora, y Málaga, su enigmático jardinero andaluz.
Todo ello dentro del marco falsamente bucólico de una plantación tropical.
Maryse Renaud nace en Martinica, Antillas francesas, y reside, más tarde, en París y Poitiers. Fue catedrática de Literatura Hispano-americana en la Universidad de Poitiers y responsable del Seminario de Literatura Latinoamericana del Centre de Recherches Latino-Américaines. Hasta el momento, ha publicado el libro de cuentos En abril, infancias mil y dos novelas: El cuaderno granate (2009) y La mano en el canal (2012) con Ediciones Corregidor (Buenos Aires). Bajo el sello editorial Verbum (Madrid) salieron otras dos novelas: Junglas (2014) y Relato de ceniza (2016), elegido por la novelista argentina María Rosa Lojo entre los mejores libros del año 2016.