Resido en Murcia, localidad en la que nací, en abril de 1940. En ella me casé en 1962.
Mi niñez y adolescencia coincidieron con la etapa más dura de la posguerra. El pactado silencio de la familia se convirtió en un muro infranqueable que lo único que pretendía conseguir era mantenernos en la ignorancia de los horrores sufridos por ellos durante la Guerra Civil.
Aunque no se daban cuenta, sus invisibles lágrimas por los parientes desaparecidos durante la contienda iban formando mi carácter y despertando las ansias por comprender y asumir algo tan irracional como la lucha entre hermanos.
Los estudios se iban aplazando para ayudar en el taller de costura de casa hasta el día de mi boda. A partir de entonces mi vida estuvo enfocada en el hogar y la crianza de mis seis hijos. De esta maravillosa dedicación nació mi etapa poética.
Aficiones: La pintura y la cerámica.
Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: La sencillez y la capacidad de reflexión e interiorización de las emociones.
Cuéntanos por qué decidiste ser escritora: La decisión la tomé después de acabar la carrera de Filología Hispánica en la Universidad de Murcia en 2011.
Con los estudios había conseguido alcanzar la preparación necesaria para intentarlo. La poesía inspirada en las poderosas emociones de la maternidad, con el paso del tiempo, fue dejando un poso emocional muy profundo, además de ayudarme a canalizar la imaginación.
El inicio fue inseguro y tímido. Lentamente fui liberándome de los miedos y entregándome a una tarea que me tiene atrapada en sus redes.
Autores preferidos y por qué: Federico García Lorca y Antonio Machado, como poetas que me han hecho vibrar de emoción, y Almudena Grandes (con quien comparto, entre otras cosas, su admiración por Galdós), por su compromiso social y su valentía a la hora de abordar la, por muchos desconocida, historia de España.
Tu obra favorita de otro autor: La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón porque es una obra maravillosa que reúne todos los requisitos para ser un relato que te arrastra hasta el final con una prosa descriptiva fabulosa.
Tu obra favorita de las que has escrito: Todas tienen algo especial que las distingue y las complementa con las otras. Cada una me ha hecho vivir su historia como propia: La dama del acantilado, una auténtica leyenda viva cuya huella está grabada en la Quinta de Guadalupe de Colombres; Las cenizas del alba (que verá la luz en breve, también en Adarve), con sus personajes marcados por la tragedia y la soledad en una peligrosa y angustiosa odisea; e Isabela (aún inédita), una tierna novela que nos introduce en la extraña realidad de una niña muy especial, un personaje del cual me ha costado alejarme.
Tu estilo literario: Creo que la prosa poética, la intriga y la intensidad emocional son los pilares donde descansa mi narrativa.
Una cita de un autor que te guste: “Cada libro, cada volumen que ves aquí, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de aquellos que lo leyeron, vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien baja los ojos a sus páginas, su espíritu crece y se fortalece” (Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento).
Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Las alas del viento, una novela dividida en dos partes: una intriga policíaca que recorre la América de la década de 1950, y, años después, la búsqueda del amor perdido a la que se lanza un septuagenario que regresa al Viejo Mundo.
Algo sobre tu manera de entender este mundo: Solo podemos entender este mundo sintiéndonos parte de la naturaleza. Como ella, estamos determinados por el tiempo y las circunstancias que nos toquen vivir en él. Es una forma de no perder la esperanza ante una realidad que nos desborda y en ocasiones nos horroriza.
Tus proyectos inmediatos: Acabar Las alas del viento y, posiblemente, retomar la poesía.