Manuel A. Sanabria

 

Manuel A Sanabria autor del libro Yeshua un muchacho de Nazaret. Editorial Adarve, Editoriales de EspañaNací hace más de medio siglo en Aliste, una comarca de la provincia de Zamora, pero recalé de muy joven en Galicia y aquí me quedé, enamorado de su gente, su paisaje y del Atlántico. Vivo en Santiago de Compostela, donde hice mis estudios de Psicología y Teología. Me dedico a la enseñanza, actividad en la que llevo toda la vida laboral, dando clases, diseñando programas de prevención de drogas y, más recientemente, impartiendo clases online en la Universidad Liber Quaré para alumnos hispanoamericanos.

Soy amante de la naturaleza y del buen café de bar acompañado por una agradable charla o por el periódico del día. La lectura es mi compañera en las horas muertas y en las que consigo escatimar de mis obligaciones. Con la lectura viajo en el tiempo, reconstruyo hechos e imagino lugares que nunca pisaré. Aunque para relajarme y sentir los latidos de la naturaleza recurro a la bici, por la que siento verdadera pasión y me considero buen aficionado. Todas las semanas, si el tiempo lo permite, me interno por carreteras y caminos hacia lugares maravillosos que me llenan de admiración y sosiego. Con la cabeza sobre el manillar contemplo, reflexiono y, sobre todo, disfruto. Cuando llega el verano, reservo una semana para hacer el Camino de Santiago en bici y, si mi hijo me acompaña, la satisfacción se agranda.

De mi personalidad diré que intento ser sencillo, cercano y accesible, más que nada porque siempre he admirado a las personas que son así. De manera que procuro seguir esa estela y sentirme satisfecho conmigo mismo. En algunos aspectos creo que soy algo precavido e incluso un poco tímido. Me gustan y empatizo fácilmente con las personas claras, abiertas y sinceras que dicen lo que piensan y expresan lo que sienten con naturalidad. También soy una persona reflexiva, especialmente en momentos de soledad que procuro tener, pues aprovecho para ordenar ideas, orientar inquietudes, tomar decisiones y organizar trabajos. Creo que así encuentro la confianza y seguridad que necesito para lo que quiero hacer, que al fin tiende a ser aquello que te gusta.

Editorial Adarve, Publicar un libro

Castillo de Alba en Aliste

¿Y para qué escribo? Bueno, no puedo definirme como escritor, ya me gustaría, pero tengo poca andadura; solamente soy un aprendiz que disfruta escribiendo. Sin embargo, mis inicios en este mundillo vienen de lejos. Comencé escribiendo pequeñas historias a nivel familiar, aunque también tengo un libro sobre adolescentes, artículos y capítulos de literatura científica en revistas. La verdad que todo eso me ayudó mucho, pues el reto es expresar ideas de manera clara y precisa para que todo el mundo lo pudiera entender. Con el tiempo, ese empeño contagió mi manera de expresarme y poco a poco me fue saliendo de manera más espontánea y natural.

En esta tarea de escribir admiro a Miguel Delibes. Me gusta su estilo sencillo, natural, matizado y enriquecido con la palabra exacta, que enseguida te absorbe y, poco a poco, en tu mente comienzan a dibujarse paisajes, senderos y rostros más visuales que literarios. Para mí es un referente, pues en él veo cumplido lo que uno se debe marcar a la hora de escribir: ser ameno, sencillo, preciso y evocador. Esto es genial.

También me gusta la novela histórica y el estilo de Santiago Posteguillo, su libro sobre la emperatriz Julia me tuvo un mes en ávida tensión hace no tanto. También leo cosas de historia, filosofía y ensayo. El Homo sapiens y, más aún, Homo deus del escritor israelí Yuval Noah Hariri han calado hondo en mí. Me ha llamado poderosamente la atención la enorme capacidad de este autor para simplificar y sacar conclusiones fundamentadas en ingentes cantidades de datos. Hacía tiempo que un libro no me impactaba tanto, ni me hacía pensar deteniendo la lectura. Sí, Homo deus se merece ser uno de mis libros favoritos más recientes.

Miguel Delibes. Editorial Adarve, Publicar un libro

Miguel Delibes (1920-2010) fue un escritor español y miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, ocupando la silla «e».

Cuando escribo me siento muy cómodo en el encuadre de la novela histórica. Sospecho que, por ser profesor, uno tiene la obsesión de hacerse comprensible y la novela histórica también tiene esa finalidad, recreando un pasado con naturalidad y acierto, como si fuera un presente para el lector, pues lo cotidiano y cercano resulta más comprensible e impactante.

Ante la pregunta sobre una obra favorita mía ¿qué decir? Bueno, en este caso voy a lo seguro y lo tengo fácil, es Yeshua, un muchacho de Nazaret. Pues, aunque no es mi primera publicación, sí es mi primera obra literaria. Como autor estoy orgulloso, pues supuso un reto importante escribir esta novela. Además, a mucha gente le ha gustado y ha sido reconocida con un premio literario en Estados Unidos. Así que no puedo pedir más.

En cuanto a planes de futuro…, no sé. En este caso me apunto a la filosofía del «Cholo» Simeone, eso partido a partido. Ahora estoy trabajando en dos proyectos. Cuando uno me satura, lo dejo y salto al otro. Son cuentos e historias que tienen como trasfondo el drama de la España vacía, un modo de vivir y una cultura ancestral que se nos está yendo como el agua en una cesta de mimbres. Se van a volatilizar leyendas, historias, manera de ver el mundo y de vivir que se han conservado en tradición oral, pero de ahora en adelante no será igual. Ha sido una cultura muy particular, llena de riquezas, matices, cantos y palabras que se disipa a cuenta gotas en cada pueblo o rincón que pierde un vecino más. Me propongo hacer algo en este sentido.

En este contexto me gustaría resaltar una cita de Miguel Delibes que puede servir de homenaje a toda esa cultura de la España rural decadente y venida a menos. Decía el escritor vallisoletano: «Si el cielo de Castilla es alto será porque lo habrán levantado los campesinos de tanto mirarlo». Pues eso mismo pienso yo, y ya que costó tantos sudores levantar ese cielo, no dejemos que se desplome sobre nuestras cabezas por pasividad y falta de apoyos.

Y del mundo y la vida, ¿qué decir? La vida me parece maravillosa, me considero afortunado por la oportunidad dePortada del libro Yeshua un muchacho de Nazaret de Manuel A Sanabria. Editorial Adarve, Publicar un libro configurar una existencia humana más con mi cuerpo, mi vida y mi historia. Soy optimista en la visión sobre el mundo y el hombre, admiro la naturaleza por su autonomía y capacidad de autogestión. Lo que sucede en la mente me parece casi un milagro. Cada vez estoy más seguro de que todo lo que se puede imaginar se puede llegar a hacer. Esa relación entre imaginación y realidad me fascina y cautiva. Intuyo algo de misterio en todo esto sin alcanzar a descifrar con nitidez, pero lejos de inquietarme me atrae. Es cierto que tenemos problemas como especie, pero a la vez poseemos esa increíble herramienta para situarlos en el camino de la solución. Creo que la educación puede jugar un importante papel para cambiar conciencias, especialmente en lo que respecta al medio natural y aprovechamiento de recursos, pues vivimos como si fuéramos los últimos inquilinos del planeta. Creo que tenemos que diseñar un futuro más abierto y esperanzador para los que vienen detrás. En este sentido que haya jóvenes que han saltado ante la pasividad y dejadez de los adultos me parece alentador y lo aplaudo.

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