En un pueblo de la provincia de Segovia, los segadores que trabajan en la finca de un miembro de la alta sociedad cometen un acto vil y atroz. Luego, un joven vecino los ataca con una hoz y mata a uno de ellos. Se ha propuestos castigarlos, acabar con todos, porque no cree en la justicia. Los segadores abandonan el campo y huyen por el monte. El potentado, ofendido, se queja a la Dirección General de Seguridad, en la que tiene poderosos valedores. Para complacerlo, sus contactos consiguen que la Guardia Civil mande al pueblo a un joven teniente especializado en investigación criminal. Se organiza una persecución a través de varias regiones del país, lo que permite ver la España rural de 1930. El campo español, poco mecanizado, no es competitivo. Entre el campesinado pobre, la mujer es, a menudo, víctima del amo y de su propia familia.
Justo Chueca nace en 1948 en Alagón, Zaragoza, y estudia en Creil, Francia, donde se forma como técnico de fabricación mecánica. En 1967 regresa a Zaragoza y ejerce de técnico de organización. En 1986 se diploma como profesor de E.G.B., especialidad en Lengua Española y Francesa, por la Universidad de Zaragoza. Más tarde, forma adultos en estas áreas. En la actualidad colabora con revistas culturales, donde ha publicado algunos relatos. Esta es su primera novela.