Julián Delgado autor del libro Memoria de retaguardia. Editorial Adarve, editoriales que aceptan manuscritosNací en la Guerra Civil, vivo en Palma de Mallorca, antes lo hice en Barcelona durante cuarenta años. Estoy casado y tengo un hijo de mi anterior matrimonio y dos nietos.

En 1957 ingresé en la Academia General Militar y a final de 1961 salí de teniente de Caballería destinado al Sahara, en una unidad de La Legión. Allí pasé cuatro años haciendo patrullas protegiendo la frontera Norte, la mayoría del tiempo en la zona de Mahbes de Escaiquima, en el ángulo fronterizo hispano- argelino – mauritano -marroquí. Tuve oportunidad de aprender muchas cosas en contacto con aquella naturaleza extrema y aquél grupo humano tan heterogéneo y singular, que eran los legionarios y también los saharauis.  En 1966 fui destinado a la Policía de Barcelona, donde tuve oportunidad de compatibilizar mi trabajo con el estudio  las carreras de Psicología y Derecho, sucesivamente. En 1974, con once compañeros más, fundamos la Unión Militar Democrática, organización que participó clandestinamente en la lucha por la democracia, por lo que me hicieron un Tribunal de Honor, me expedientaron, me dejaron sin destino y acabaron por mandarme a Inca (Mallorca). Ya con la democracia fui destinado a Bilbao (78/79) a la Policía Nacional de comandante; fueron años muy duros donde vi caer a varios compañeros teniendo problemas en organizar los funerales porque se negaban los sacerdotes en prestar sus iglesias y sus oficios. En 1982 me nombraron jefe de la Guardia Urbana de Barcelona. Durante cuatro años fui profesor en la Universidad de Barcelona de un master sobre Seguridad Pública y asistí a distintos países con el Cárter Centre de EEUU para colaborar en la formación y organización delas respectivas Policías (Etiopía, Panamá, Colombia…). Ya jubilado, con la Universidad estuve en distintos países latinoamericanos colaborando con correspondientes policías como consultor de seguridad.

Mi vocación literaria viene de lejos, pero hasta que no me jubilé no pude desarrollarla más que en libros técnicos de seguridad, colaboración en la redacción de leyes y cosas parecidas que se elaboran en un leguaje administrativo lo más antagónico de la literatura. También di rienda suelta en mi actividad como escritor en mis andanzas de la UMD, colaborando a formar el cuerpo doctrinal de la organización. Solo después de jubilarme me pude sumergir en las aguas de las emociones, los sentimientos, la imaginación, la ficción. He colaborado con distintos medios de comunicación publicando artículos relacionados con la actualidad política (llevo once años como colaborador fijo del Última Hora de Mallorca)  y he publicado diez libros entre novela y ensayo.

Aficiones: Hay dos deportes que he practicado como profesional: el paracaidismo (hice el curso militar) y la equitación, sobre todo este último, pues estuve destinado en la policía en la unidad montada.  De muy joven mi deporte fue el balón mano, me llegó a fichar el Atlético de Madrid, pero fue el año que ingresé en la Academia Militar y no pude incorporarme. Me gusta viajar, leer, relacionarme con amigos, el cine y sobre todo el teatro, mis abuelos fueron unos excelentes actores y si me hubiera tocado vivir unas circunstancias más normales, posiblemente hubiera sido un actor.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Al juzgarse a sí mismo es fácil caer en dar una versión positiva que alague nuestra vanidad o, por el contrario, ser excesivo exigente con nosotros mismos. Creo que soy una persona que tiene confianza en sí mismo, creativo, con dotes de mando, me entrego a mi trabajo, tengo un espíritu crítico muy desarrollado, soy extrovertido, positivo, optimista, responsable, disciplinado tolerante. También soy impaciente, algo arrogante y manipulador, orgullosos y muy exigente.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: El ambiente cultural que viví en mi juventud no era favorable para cultivar las artes y las letras. Bastante teníamos con ir aprobando los estudios y sobrevivir. En la Academia de Caballería en Valladolid se me ocurrió escribir un cuento en que mezclaba mis dos amores de entonces: la novia y el potro que nos asignaban cerril a principio de curso y, al final, debíamos salir con él a un concurso hípico. Se lo enseñé a mi mejor amigo entre mis compañeros, para que me diera su opinión, pues esas debilidades no encajaban nada en los valores y ambiente en que vivíamos. Pues bien, no llegó a leer medio folio cuando lo echó con desprecio sobre la mesa y me dijo: “Esto es una chorrada”. Fue un jarro de agua fría que me alejó de lo que podía haber sido un principio de una vida literaria. Como he dicho, mi profesión absorbió esa inclinación y no pude dedicarme a la escritura hasta que no me jubilé. Y lo hice con entusiasmo, pues ya he publicado mi décimo libro no técnico, trabajo que me enriquece y me obliga a leer mucho, sobre todo en las novelas históricas.

Autores preferidos y por qué: Pérez Galdós por su novela realista y sus Episodios Nacionales; Miguel Delibes por su perspectiva irónica frente a la pequeña burguesía y la alusión a los excesos y violencia de la vida urbana; Javier Marías por la perfección técnica con que elabora sus novelas; Edgar Morin por ser un agente político independiente, sociólogo de la contemporaneidad, creador del denominado «Pensamiento complejo”, y Javier Cercas, por su sencillez en sus novelas llenas de talento. No hay nadie en concreto que haya influido en mi manera de escribir, deben haber sido varios y en distintos momentos.

Tu obra favorita de otro autor: Como ensayo, “El hombre y la muerte” de Edgar Morin, porque introduce la ruptura más radical y definitiva entre el hombre y el animal. Como novela me resulta difícil elegir una entre tantas obras literarias maestras; me voy a inclinar por la que me impactó por ser una magnífica novela, “Soldados de Salamina” llena de virtudes empezando por su original planteamiento.

Tu obra favorita de las que has escrito: “Morir por el Sahara”, novela histórica que trata sobre la descolonización por España de aquél Territorio.

Tu estilo literario: Últimamente me he inclinado por la novela histórica.  Pienso que dentro de la literatura, la novela histórica tiene una especial relevancia por ser una conexión entre historiografía y narrativa, acercando a los lectores a una época pasada (y real) que no han vivido. Dentro de la literatura, la novela histórica tiene una especial relevancia por ser una conexión entre historiografía y narrativa, acercando a los lectores a una época pasada (y real) que no han vivido. La misión principal de la novela histórica es ofrecer una visión verosímil de los ambientes, tipos y paisajes de una época histórica  de forma que aparezca una cosmovisión realista e incluso costumbrista de su sistema de valores y creencias.

Una cita de un autor que te guste: Bertrand Russell: la historia del mundo es la suma, de aquello que hubiera sido evitable.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Una novela cónica sobre El Procés

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Si eres capaz de entender la muerte, serás capaz de entender la vida

Tus proyectos inmediatos: Mi proyecto es seguir escribiendo hasta que mis facultades me lo permitan. En lo personal quisiera que esta última fase de mi vida no tenga que soportar sobresaltos, que pueda seguir viviendo la vida con intensidad suficiente, facilitando la de los que me rodean en la medida de mis posibilidades y que no se me desvanezca la capacidad de amar.

 

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