Noventa y ocho días de confinamiento podrían parecer poco tiempo en el transcurso de una vida, pero la huella en la conciencia individual y colectiva puede marcar en lo más profundo a toda una generación. Los acontecimientos se suceden intensamente marcados por el tic-tac de un reloj vital que no se detiene. Es este un diario escrito en forma autobiográfica, donde se confronta la tragedia de la muerte con la alegría tras el resurgimiento de la vida. Todo ello en el contexto de una sociedad enfrentada a una crisis sanitaria sin precedentes que a su vez ha generado otra de carácter económico cuyas consecuencias últimas aún hoy están por descubrir, cambios sociales sin parangón en España desde la Guerra Civil y una convulsión política que, entre otras cosas, ha conseguido ahondar en la brecha abierta entre los dirigentes y sus representados. La muerte y la vida. En estas líneas se descubre el contraste entre los dos polos que marcan el devenir de la vida humana: el drama de una familia golpeada por el coronavirus frente a la esperanza y la ilusión ante la llegada de un nuevo ser.
Juan Julián Herraiz del Pozo nace en Sotos, Cuenca, en 1958. Tras una vida intensa dedicado a la enseñanza, dedica parte de su tiempo de jubilado a una de sus grandes pasiones: la creación literaria. Entre sus galardones, el Primer Premio de Poesía en las Jornadas Manriqueñas (2001), el Primer Premio de Poesía Luis Rius (2001) o el Segundo Premio de Cuento UNED (2002). Tras su primera novela, Barreras de posidonia (Ed. Alféizar, 2019), nos descubre ahora su faceta más íntima.