Soy granadino de procedencia y barcelonés de adopción, mis dos ciudades veneradas. Por el traslado de mi padre, que era militar, mi familia y yo llegamos a El Masnou, una villa junto al mar cercana a la ciudad condal hace más de cincuenta años y donde resido desde entonces. Estoy felizmente casado y con dos hijas que me han hecho abuelo de cinco preciosos nietos.

Durante mi adolescencia corrían años difíciles para el país y no me tocó otra que comenzar a trabajar muy joven para ayudar en la economía familiar y para costearme los estudios. Estudios que yo no escogí ya que fue mi padre quien me impuso la ingeniería técnica a pesar de mi vocación y deseo de estudiar historia y bellas artes.  Según me dijo mi padre: “debes de centrarte en carreras técnicas y económicas que son de provecho y tienen futuro y olvidarte de estudios que son para gente bohemia”. ¿En aquella época quien podía contradecir los designios del “pater familia” ?, yo no, desde luego, pero decidí que, aunque fuera a escondidas, no iba a renunciar a todo aquello que me seducía.

Estudiando y trabajando empecé a desarrollar mi vida profesional en el campo de la automoción. Como casi todos los jóvenes de mi época, lo siguiente era hacer el servicio militar, echarse novia y casarse. A los veinticinco años ya estaba casado y con mi primera hija.

Estuve desarrollando mi labor en varias empresas de marcas de prestigio. Como era persona emprendedora, muy activa y con don de mando, fui llevando a cabo mi profesión con éxito y reconocimiento, formando parte desde muy joven de la dirección de esas sociedades durante muchos años.

A pesar de mi éxito profesional, desde muy joven tuve muy claro que mi trabajo no era mi vocación y sabía qué cuestiones eran las que excitaban mi curiosidad.

Aficiones: De niño, en mi casa, había muy pocos libros y ninguno que me interesara, pero descubrí la biblioteca de mi pueblo. Aquello fue para mí como el que encuentra una mina de oro. Los estantes de aquella gran sala estaban repletos de volúmenes que me atraían como un imán. Con diez años comencé a frecuentarla cada tarde al salir de la escuela con la excusa de hacer las tareas. La señorita Helga, la bibliotecaria, dada mi edad, controlaba lo que leía, aunque yo, furtivamente, devoraba aquello libros censurados.

Nunca olvidaré cuando cayó en mis manos “Dioses, Tumbas y Sabios” de  C.W.Cerán, que leí cinco veces de un tirón. Aquel libro me hacía soñar con las aventuras de los intrépidos arqueólogos del pasado descubriendo Troya, Ninive  y las tumbas del Valle de lo Reyes. Ese fue el germen de mi pasión por la historia, la arqueología y en especial por la Egiptología. A esto le siguieron los clásicos: La Odisea, la Eneida, para conocer las fuentes de Grecia y Roma y a Howard Carter, Belzoni, Maspeero, Champollión, Cristiane Desroches y otros, sobre Egipto. A los catorce años esbocé una historia de Egipto que aún hoy me enternece y me sonroja. Más tarde me interesó la evolución del pensamiento humano y me sumergí en la filosofía. La historia de España, sus orígenes, la invasión musulmana peninsular y la reconquista. También llamaba poderosamente mi atención las conquistas del imperio romano centrándome y los siglos de la edad media. Muchos años más tarde cumplí mi aspiración y pude estudiar historia en la Universidad de Barcelona y tomar nociones de egiptología con el grupo Coursera en la UAB.

A esto hay que añadir que mi afición al dibujo y la pintura creció en mí de forma natural incluso antes de aprender a leer y escribir. Dibujaba y coloreaba cualquier motivo con mi caja de lápices Alpìno, mi bien más preciado de niño. De forma autodidacta con los años fui descubriendo las diversas técnicas de la pintura y como era atrevido. me lanzaba con lienzos de gran formato con temas arriesgados que una vez terminados regalaba. Descubrí la milenaria pintura bizantina y me encargaron pintar murales en dos iglesias que fui realizando los fines de semana con ayuda de mis amigos. Expuse mi obra en varias exposiciones con bastante éxito. Yo no tenía necesidad de vender mis cuadros, lo hacía para mostrar lo que hacía. Me ganaba bien la vida con mi trabajo y la pintura era una manera de expresarme y plasmar mi ansia creativa. Cada cuadro que vendía era como si me desprendiera de un hijo, prefería y aún lo hago, regalarlos a mis amigos. Mi pago lo tenía y lo tengo, con el placer que siento al pintar o dibujar. Más tarde me interesó el grabado en sus distintas técnicas: aguafuerte, linograbado, aguatinta, litograbado etc. lo que aprendí en el Centro de arte Sant Lluch. Como quería saber más sobre el arte en general, decidí estudiar Historia del Arte a través de la UNED.

Por otro lado, muy pronto nació en mí la afición a la escritura. Sentía la necesidad de explicar mis cosas, de plasmar sobre el papel las historias que me rondaban por la cabeza. Cuentos y relatos cortos fueron mis inicios en la escritura, también algunos poemas tanto en castellano como en catalán. Los fui acumulando durante años hasta que decidí mandar algunos a concursos literarios. Aún estoy sorprendido como varios fueron galardonados. Escribía por intuición y desconocía las técnicas literarias, por ello decidí asistir a la prestigiosa Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés, donde estuve cuatro años aprendiendo el oficio de escritor. Allí me incentivaron para que publicara libros de relatos y mi primera novela, una novela histórica que presente al premio Hispania de Novela Histórica y quedó finalista.

Cualquiera que lea este resumen de mis actividades se preguntará, y con razón, como he logrado llevar a cabo todas esas tareas durante tantos años compaginándolas con la familia y el trabajo y hasta yo mismo me sorprendo al verlo escrito. Cuando por fin pude dejar mi trabajo, fue como si me tocara la lotería. A partir de entonces todo el tiempo fue mío y me volqué en lo que quería en cuerpo y alma. Tengo que reconocer que la opinión que tienen mi familia y amigos sobre mí es que soy hiperactivo y que me atrevo a tocar cualquier tecla con bastante acierto, dicen que me comporto como un hombre del renacimiento que hacían de todo. Probablemente no les falte razón.

Rasgos más sobresaliente de tu personalidad: Analizar uno mismo su personalidad no es tarea fácil porque se corre el riesgo de ser parcial o dejar en el tintero muchas facetas que conforman nuestro temperamento y otras de las que no somos conscientes.  Aun así, aquí pongo algunas características de las que estoy seguro conforman mi carácter:

La curiosidad, esta ha sido, y es, el motor que ha movido mi vida. Desde mi infancia todo me interesa y me llama la atención. Además, cualquier nuevo descubrimiento me llevaba a leer, investigar o a practicar lo aprendido. No puedo remediarlo. La curiosidad me incita a buscar el fondo de las cosas, escrutar en las ideas, aplicar técnicas desconocidas por mí en el arte, escribir sobre lo que veo, sobre lo que siento y debo hacerlo porque mi cabeza es como una olla a presión que debe dejar salir y plasmar lo que bulle en ella.  Tengo confianza en lo que hago y pienso que si me empeño puedo lograr mis objetivos. Siempre tengo un proyecto o varios en marcha. No conozco el aburrimiento. Mi ambición no es nunca la económica, solo el saber.

Liderazgo: por mi manera de ser, desde muy joven fui líder en mi trabajo y en los grupos sociales en los que me movía. Curiosamente, estoy seguro de que ello viene dado por mi empeño en superar mi timidez. Sin que ningún psicólogo me lo recomendase puse en práctica como terapia el hablar en público, entablar conversaciones con grupos de gente desconocida y defender mis ideas. Para ello nada mejor que estar en asociaciones e incluso en algún partido político, aprender a mantener la atención de una asamblea o a atreverme a defender cuestiones con gente mucho más preparadas que yo.

Capacidad de reflexión: soy persona reflexiva a quien le gusta tener un criterio propio sobre cualquier tema, pero para ello busco información donde sea y aprendo de aquellos que son más inteligentes y están más preparados que yo. Cada día tengo más claro que solo soy un aprendiz y lo seré hasta el final de mis días.

Poca capacidad de aventura: no soy muy aventurero y no me gusta embarcarme en cuestiones que desconozco y que me hagan sentir inseguro. Vivo cerca del mar y me encanta navegar y disfrutar de él, pero me atemoriza porque es un lugar misterioso y desconocido Soy un hombre de tierra firme.

Impaciencia: este es uno de mis defectos. No sé estar parado. Las esperas se me hacen insufrible. Soy rápido haciendo las cosas y me cuesta adaptarme al ritmo más lento de otros, por eso en el trabajo imprimía un ritmo al que no todo el mundo se adaptaba. Lo mismo ocurre con mi familia en vez de frenar yo y ponerme a su ritmo, quiero que todos vayan a más velocidad, Cuando he viajado a lugares de Sudamérica me ponía de los nervios la calma de aquella gente. Reconozco que soy yo quien debería tomarse la vida con más sosiego y hago ese propósito muchas veces, pero pronto vuelvo a mi manera de ser.

No soy indiferente:  pienso que todo aquel que vive en una sociedad no debería permanecer indiferente a cuanto acontece. Me he implicado siempre de forma activa en aquellas causas que me han parecido justas, aunque muchas veces no haya salido bien parado. Aborrezco la injusticia, la hipocresía, el pasotismo y la intolerancia venga de donde venga. Para mí, la cualidad más importante del ser humano es la bondad.

La escritora Colleen McCullough

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Como en mis otras actividades, nunca tomé la decisión de ser escritor, pintor o historiador etc., estas cuestiones surgían en mí de forma natural como una necesidad y yo las ponía en práctica sin pensar que finalidad tenían ni que iba a hacer con ello.

Autores preferidos y por qué: Son muchos, aquí solo he puesto algunos.

Colleen MacCullough:  Porque su serie de novelas sobre Roma es rigurosa, magnífica.

C.W Ceram:  Su libro “Dioses tumbas y Sabios” es y será siempre una referencia para los amantes de la arqueología.

Frank Baer: Este autor alemán plasmó como nadie en su libro “El puente de Alcántara” la España del siglo XI.

Miguel Delibes: Pocos como él han escrito sobre el mundo rural castellano y por la pureza de la lengua que plasma en sus libros.

Margaritte Youcernar: Sus libros son un compendio de sabiduría.

Pérez Galdós: Porque creo que es el escritor más grande en lengua castellana después de Cervantes.

Tu obra favorita de otro autor: “Memorias de Adriano” de Margueritte Youcernar, es una gran obra y para mí la más importante novela histórica del siglo XX, en la que la autora hace un estudio riguroso y psicológico de este hombre enfrentado a su destino. Es uno de mis libros de cabecera.

Tu obra favorita de las que has escrito:  Sin duda mi novela histórica “Entre el hábito y la espada”. Me llevó cuatro años escribirla y creo que es una buena novela histórica.

Tu estilo literario: No sabría definirlo bien. Escribo ficción, pero en mis relatos y novelas siempre hay una parte que no lo es, o son hechos históricos o están basado en hechos vividos por mi o conocidos de primera mano. Creo que al final son thrillers con una parte psicológica y algo de misterio.

Una cita de un autor que te guste: “¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?” – Friedrich Nietsche.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: He terminado el borrador de una novela, “El pintor de la playa”, que ahora se encuentra en fase de repaso y corrección. También estoy preparando un libro de relatos.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Entiendo el mundo como un proyecto común en el que cada ser humano tiene un cometido que debe poner en práctica con las facultades con la que ha nacido para hacer un mundo mejor.  Y preguntarnos al final si lo dejamos, aunque sea una milésima, mejor de como lo encontramos y si no, al menos, no dejarlo pero en herencia a nuestros descendientes.

Tus proyectos inmediatos: Mi proyecto inmediato, en el que estoy trabajando, es terminar un cuaderno de viaje con los sketches a pluma y acuarela de mi reciente viaje a Egipto. Haré una pequeña edición solo para mis compañeros de viaje.