José María Sánchez. Periodista desde 2018 en la revista Manacor Comarcal, publica su primera novela, Despertar, memorias de un joven epiléptico, en febrero de 2022; una obra de tintes autobiográficos que relata la historia de un adolescente con epilepsia. La que aquí se presenta es su segunda novela. En ella, el escritor mallorquín nos aproxima a la realidad de su generación.

Portada del libro Esperando nada. Editorial Adarve, publicar un libro

Vivo en S´illot, un pueblecito costero del este de Mallorca, y tengo 31 años.

Nací en Palma de Mallorca en 1992, y siempre he vivido en la isla, aunque mis padres y mi hermano nacieron en Granada. Crecí en un pueblo con playa, todo ello sazonado con una serie de ingredientes que hicieron de mi infancia algo (casi) perfecto. Canciones de La Oreja de Van Gogh y Jarabe de Palo, libros de Manolito Gafotas y El pequeño Nicolás, capítulos de Los Serrano y Aquí no hay quien viva, jugadas de Zinedine Zidane… Como dije antes, una infancia en teoría perfecta, pero que se vio empañada por la epilepsia, enfermedad que me diagnosticaron cuando tenía nueve años. Esta enfermedad tuvo un peso importante en mi vida durante los años posteriores, ya en plena adolescencia, en la que lidié con ella de la mejor manera que pude. Sin duda, fueron unos años complicados que, posteriormente, también me sirvieron para dar el primer paso en mi carrera literaria.

Una vez que terminé el bachillerato, me matriculé en la carrera de Periodismo, no tanto por verdadera vocación periodística, sino más por mi afición por la lectura y la escritura. Fue en esos años de universidad cuando tomé conciencia de que necesitaba contar mi historia, hablar de esos años tenebrosos de mi adolescencia, de modo que al terminar la carrera, me puse con mi primer libro: Despertar, Memorias de un joven epiléptico. Una novela que preveía cortita y que acabó con más de 550 páginas, lo que obligó a la editorial a dividir el libro en dos tomos. Asimismo, mientras escribía mi primera novela, empecé a trabajar como periodista en una revista local, la misma en la que sigo ahora, escribiendo crónicas, entrevistas, noticias y reportajes de todo tipo.

El hecho de publicar mi primer libro me dio seguridad para dar un paso más, y así  intentar escribir ficción pura, para alejarme de una historia tan autobiográfica como había sido mi primera novela. De ahí surgió Esperando Nada, una novela que responde a esa necesidad de contar una historia vinculada a mi generación. Una novela que habla de temas generacionales como la precariedad laboral o la salud mental, pero que también trata temas más universales, como la soledad, la traición, las relaciones de pareja, la amistad o la muerte. Después de escribir Despertar y Esperando Nada, dos novelas con un alto contenido dramático y unos toques de comedia, decidí invertir la fórmula con mi siguiente libro. Esta novela, que preveo publicarla el próximo 2025, es una comedia romántica que he disfrutado mucho escribiendo, con muchas risas y momentos bonitos, y de la que prefiero no desvelar nada más.

Mis aficiones son muchas y variadas. La lectura, cómo no, es una de ellas, ya que me ha acompañado desde que era bien pequeño. Lo que más me gusta leer son cuentos, novelas y ensayos. En cuanto a géneros, me gustan más las historias cotidianas, esas historias del día a día que se dan en cualquier lugar y a cualquier hora. De hecho, con el cine y las series, otras de mis grandes aficiones, también me siento más atraído por el cine más apegado al mundo real, con esas historias donde la acción y la fantasía no son importantes, y lo que importa más es la psicología de los personajes, y como sobreviven en su día a día.

Como escritor, tampoco puedo olvidarme de la escritura como otra de mis grandes aficiones. Ya de adolescente empecé a escribir por mi cuenta. De hecho, durante varios años, desde los quince hasta los veinticuatro, llevé como una especie de diario en la que resumía un poco como habían mis últimos meses, o mi último año, y añadía algunas reflexiones sobre algunas cosas que me habían pasado o sobre hechos que sucedían en aquel momento. Esas hojas, por cierto, siguen en una carpeta que guardo desde hace años, junto con otro cuaderno con reflexiones y anécdotas más recientes. De todos modos, esto tras la carrera cambió, y lo que antes era un pasatiempo sin más, se ha convertido en algo más serio para mí.

Otra afición que me acompaña desde hace mucho tiempo es el fútbol. Jugué de los cinco a los catorce años a fútbol sala, pero más que practicarlo, lo que me gusta es verlo. Disfruto especialmente con los partidos de Champions League, o cuando se celebra una Eurocopa o un Mundial. Luego hay otras aficiones, como pasear, disfrutar de una buena comida o leer la prensa de los domingos. Me encanta pasearme por artículos y reportajes de temas que me interesan mucho (psicología, filosofía, cultura, política…) y leerlos con toda la tranquilidad que da un domingo.

Aunque tengo mis defectos como todo el mundo, si tuviera que destacar tres rasgos positivos de mi personalidad serían la constancia, la capacidad de observación y la facilidad para planificar y organizarme.

Aunque resulte raro esto que voy a decir, se podría decir que el momento justo en el que decidí ser escritor vino tras la publicación de mi primer libro. Después de muchos años escribiendo por mi cuenta y relatando en mi primera novela una historia muy personal que necesitaba contar, averigüé que podía (y necesitaba) contar más historias. Mi primera novela surgió más que nada de la necesidad de confesar algo íntimo, igual que todo lo que había escrito para mí hasta ese momento. En todos esos años, nunca me había planteado seriamente ser escritor, pero de alguna manera, el ver publicado mi primer libro, el disfrute de esa primera experiencia y darme cuenta que podía mejorar contando más y mejores historias, me hizo darme cuenta que Despertar, Memorias de un joven epiléptico no era más que el principio.

Reconozco que podría citar a diez o quince autores favoritos sin problema, pero para no eternizar un apartado que no debería ser muy extenso, he intentado hacer una selección lo más concisa y equilibrada posible. Por ello, he elegido a cuatro escritores. Anton Chéjov, Thomas Mann, Paul Auster y David Trueba. De Chéjov me quedo con su habilidad para penetrar en la mente de sus personajes y saberlo todo sobre ellos con apenas cuatro palabras. Respecto a Thomas Mann, la belleza y la elegancia de su escritura. De Paul Auster me encanta como juega con el papel del azar y del absurdo, y en cuanto a David Trueba, admiro su facilidad para escribir diálogos y generar verdad en todo lo que cuenta.

Dado que hay dos novelas que me gustan demasiado y no puedo elegir solo una, diré las dos. Son dos novelas que tienen todos los requisitos que yo pido a una buena historia. Entretener, emocionar y hacerte pensar. Hablo de Guerra y paz, de León Tolstói, y La montaña mágica, de Thomas Mann.

Con mis obras me pasa una cosa curiosa. Con cada libro que he escrito, mis sensaciones han sido siempre un poco más positivas que con la novela anterior. Esperando Nada, mi segundo libro, lo encuentro mejor que el primero, Despertar, y ahora me sucede lo mismo con mi tercera novela respecto a Esperando Nada. Supongo que es lo que tiene ir encontrando tu voz y practicar tu escritura, que poco a poco vas mejorando y sabes con más claridad lo que quieres contar, y sobre todo, como lo quieres contar.

Como se puede ver en mis dos primeros libros, y se verá también en el tercero, mí apuesta por la mezcla entre el drama y la comedia es lo que marca en gran parte mi estilo literario. Historias muy apegadas a la realidad cotidiana que son las que más me gustan, y con las que me siento más cómodo. Asimismo, creo que otras de las bases que sostienen mi estilo pasan por la abundancia de diálogos o la importancia de profundizar en la psicología de los personajes. De igual modo que no me gustan demasiado las descripciones de lugares o rostros, sí que doy mucha importancia a entrar en la mente de los personajes, ya bien sea con reflexiones internas o con diálogos. De este modo, sabes lo que piensan y sienten los personajes en cada momento, y es más fácil empatizar con ellos y el conjunto de la historia.

Una cita de un autor que te guste: «Un escritor es alguien para quien la escritura es más difícil de lo que es para otras personas» (Thomas Mann)

Ahora mismo estoy terminando de pulir mi tercera novela, para que una vez corregida del todo, pueda publicarse el próximo año. Por otro lado, este invierno ya me puse a escribir la cuarta novela, de la que apenas he escrito unas pocas páginas. Sobre este último trabajo prefiero no desvelar nada, ya que igualmente, aún falta mucho para su publicación.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Poco después de cumplir 31 años me di cuenta de algo… muy interesante. Desde los veinte a los treinta años, me han ocurrido dos cosas al mismo tiempo que han configurado gradualmente mi forma de ver el mundo. Esas dos cosas son la ausencia de crisis epilépticas, después de toda una década padeciéndolas, y todos los libros, películas y series que he disfrutado y me han marcado.

Mi última crisis fue en diciembre de 2012. Desde entonces, nada. Claro, esto al principio no le daba tanto valor, pero a medida que han ido pasando los años y las crisis no han vuelto a aparecer, con esto me he dado cuenta de lo genial que resulta estar bien de salud, tanto física como mentalmente. Asimismo, luego está el hecho de descubrir a Chéjov, a Carlos Saura, a Woody Allen, a Thomas Mann, a Scorsese, a Tolstói, a Dostoievski, a Billy Wilder. No eres el mismo cuando lees Guerra y Paz o La montaña mágica,de igual modo que no eres el mismo cuando ves A dos metros bajo tierra, Bojack Horseman o The Leftovers. Leer o ver semejantes historias han supuesto tanto para mi educación sentimental como el simple hecho de estar bien de salud y ser consciente de ello.

Pasar por estos dos procesos a lo largo de esta última década me ha ayudado a darme cuenta de la suerte de estar vivo, de igual modo que me ayuda a superar ese pesimismo intrínseco y esas inseguridades que arrastro desde mi adolescencia. Pasar por todo esto también me ha ayudado a no tomarme la vida tan en serio e intentar disfrutar de las muchas cosas buenas que depara estar vivo. Dicho de otro modo, pasar por todo esto al mismo tiempo me ha hecho darme cuenta de que vida solo hay una, y que hay que disfrutarla e intentar hacer lo que te guste, valorando siempre esos buenos momentos y ser mejor contigo mismo y con los demás.

Tus proyectos inmediatos: Por un lado, seguir trabajando para publicar mi tercera novela y seguir con la escritura de la cuarta, que no ha hecho más que comenzar. Más allá de mis proyectos literarios, también me gustaría consolidarme algo más en el terreno laboral, y por supuesto y lo más importante, seguir disfrutando de esa buena salud con la que resulta más fácil emprender cualquier proyecto, por largo y costoso que este sea.

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