José María Asensio

 

José María Asensio, autor de La cara oscura del bien. Editoriales de España, AdarveVivo de Mejorada del Campo, estoy felizmente casado, un hijo de mi anterior matrimonio y tengo 56 años.

Nací en Madrid el 9 de diciembre de 1961. Mi familia por parte de padre era de tradición castrense y al vivir bajo ese ambiente crecí dando importancia a cosas que en la actualidad están cada vez más en desuso: el honor, la palabra dada, la dignidad, la educación, el respeto a los mayores…

Como siempre me había gustado el deporte, al final acabé estudiando Periodismo en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. En este sentido puedo decir que mi carácter rebelde ante lo que consideraba injusticias con mis compañeros me truncó una prometedora carrera periodística. Trabajé y colaboré en los mejores medios deportivos: Marca, As, Canal Plus… y pese a cumplir de sobra con mis cometidos, fui cerrándome puertas por tener más idealismo del necesario. Pecados de juventud de los que he acabado aprendiendo.

Catedral de Justo Gallego en Mejorada del Campo

Circunstancias de la vida me hicieron cambiar de profesión y me dediqué durante unos años a temas inmobiliarios. Luego comenzaron pequeños problemas de salud, unidos a otros personales. Recuerdo que mi vida cambió de un modo radical cuando en poco más de quince días me separé y cerré mi negocio, perdiendo la poca viabilidad económica que hubiera podido tener y me operaron de corazón por primera vez. Fueron momentos muy duros en todos los aspectos, sobre todo en el emocional; casi no tenía fuerzas para seguir adelante. El vacío de no ver a mi hijo a diario, como hasta entonces lo había hecho, fue tan grande que jamás lo pude llenar.

Allí, en aquellos momentos de soledad, en casa de mi madre, delante de un futuro incierto, empecé a escribir La cara oscura del bien.

Luego la vida me brindó la oportunidad de conocer a la que hoy en día es mi mujer, mi compañera de camino y mi mejor amiga: Carmen. Gracias a ella pude seguir adelante. Tuve que reengancharme a la vida laboral donde me dejaron, lo hice como teleoperador. Aprendí a disfrutar de la vida en un oficio que ni de lejos era lo que podía haber deseado. Trabajaba doce horas al día, entre dos empresas, para poder cumplir con mis obligaciones paternas, con mis deudas del pasado y con un futuro ilusionante. Entre unas cosas y otras no tenía tiempo para escribir y como pensé que aquella novela no iba a llegar a nada, la aparqué, aunque siempre la recordaba con anhelo.

Pero las malditas arritmias siguieron haciendo de las suyas durante los siguientes años. Tuve que pasar por el quirófano unas cuantas veces más y llegué a estar muy cerca la muerte, tan cerca que me di cuenta que uno en esta vida debe hacer lo que quiere si eso no hace mal a nadie, que tus metas son tuyas y tienes que intentar alcanzarlas. En este sentido decidí terminar la novela y volver a dar rienda suelta a mi pasión por contar historias.

Tras pensarlo mucho, y después de tener casi terminada la segunda parte de esta historia, la presenté a varias editoriales que apostaban y apuestan por autores desconocidos. La mayor parte de ellas se mostraron interesadas en la obra, pero opté por Editorial Adarve para llevar el barco a puerto.

Ahora vivo con una pensión muy pequeña producto de mi incapacidad y soy feliz. Me encantaría ver más a mi hijo, pero he aprendido a valorar más la calidad que la cantidad. Mi mujer es maravillosa y además comparte conmigo la pasión por la escritura. Sinceramente, ella es una extraordinaria escritora de prosa poética, especializada en relatos cortos. Es, con diferencia, mejor escritora que yo. En mi caso pongo toda mi alma, pero no tengo el talento natural de ella, aunque en honor a la verdad creo que le supero en constancia.

Lo curioso de la vida es que la enfermedad, mi corazón cascado y maltratado por miles de arritmias, me ha permitido volver a soñar con escribir, que es lo más parecido a volver a sentirme periodista. Ahora un marcapasos se encarga de tenerme controlado y de poder soñar con realizar unos cuantos proyectos literarios que tengo en mente.

Mis aficiones: Tengo muchas aficiones, todas muy comunes. Me encanta viajar, la fotografía, salir con amigos, escaparme algún que otro fin de semana con mi mujer, pasear por las calles de un lugar nuevo… También me apasiona el cine, salir a cenar, ver deporte ya que ahora no puedo practicarlo… Lo que la economía de un pensionista no permite se suple con la imaginación.

Rasgo más sobresaliente de mi personalidad: Soy una persona muy cercana, aunque a primera vista sé que doy sensación de ser muy serio; ser tímido es lo que tiene. Soy bastante tranquilo, el periodismo me enseñó a aprender a escuchar a los demás y me gusta hacerlo. Creo en Dios, lo busco y algún día espero estar cerca de Él. También creo en la vida, especialmente en la de los no nacidos. Tengo un pensamiento bastante liberal, aunque como he dicho, estoy en contra del aborto, ya que me parece una aberración que las leyes puedan determinar cuándo el feto es un ser humano o un simple grupo de células. En cualquier caso, jamás intento prejuzgar a nadie por lo que hace. Respeto a todas las personas independientemente de su condición sexual, social o su lugar de procedencia. Creo que el ser humano debe ser libre de vivir en la sociedad que quiera al margen de donde haya nacido. Pero también creo que los inmigrantes deben respetar a las sociedades que les acogen sin querer modificarlas. El mundo debería ser un lugar abierto para las buenas personas.

Por qué decidí ser escritor: Vivimos en una sociedad en la que cada vez los valores que aprendí se pierden más y más, así que me gusta pensar que escribo para que algo de estos valores pueda perdurar a mi existencia y a la de mis descendientes.

Como sinceramente creo en lo que escribo, muchas veces he dicho a mi hijo y a mi mujer que no les daré una gran herencia en vida, pero que seré como Vincent Van Gogh y que ganarán pasta con mi legado cuando alguien lleve mis historias al cine; evidentemente exagero.

Mis autores preferidos y por qué: Mi autor preferido es J. J. Benítez. Trata temas muy interesantes, como la vida extraterrestre que a mí me apasionaban, sobre todo en la juventud. Cuando leí Caballo de Troya, aluciné. Me hubiera encantado crear esa historia. Para mí es una obra maestra que debería ser llevada a la gran pantalla.

Mi obra favorita de las que he escrito: Estoy terminando de escribir la segunda parte de La cara oscura del bien. Personalmente, creo que está mejor escrita, más trabajada a nivel lingüístico y en la que pasan cosas que el lector no puede imaginar.

En cuanto a mi ilusión, como soñador que soy, sería la de que algún director de cine pudiera estar interesado en mi obra y hacer una gran película de estas novelas. No es vanidad, pero creo que la unión de La cara oscura del bien con su continuación darían lugar a un largometraje muy taquillero. Siento no poder revelar el título de esta segunda parte.

Mi estilo literario: Mi estilo literario es, en primer lugar, intimista, porque escribo e intento transmitir los sentimientos de mis personajes. Por otra parte, me encanta el thriller, que haya alguna investigación, que las cosas deriven y sorprendan…. Y todo ello escrito en primera persona, para que sean los personajes los que nos cuenten qué les sucede.

Una cita de un autor que me gusta: No sé quién la escribió, pero la cita es esta: «No mires a nadie por encima del hombro a no ser que sea para ayudar a que se ponga en pie».

Hay muchas que me apasionan, de hecho tengo un pequeño libro con citas de todo tipo.

Obra en la que me encuentro trabajando en la actualidad: Corrigiendo la segunda parte de La cara oscura del bien.

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