José Manuel Casado, autor del libro Los días del Alción. Editorial Adarve, publicar un libroTengo setenta y dos años, estoy casado, tengo un hijo y una hija y dos nietas, y resido en Sevilla desde el año 1969, cuando me vine a estudiar la carrera.

Nací en Algeciras, cuando mi padre, que era militar, estaba destinado en el Marruecos español, pero un par de años más tarde lo destinaron a Granada (él era granadino) y pasé toda mi niñez y adolescencia en esa ciudad. Por eso, me siento granadino. Cuando aprobé el examen de acceso a la universidad en 1969 (entonces se llamaba el Curso Preuniversitario o PREU), me vine a Sevilla, porque en la universidad de Granada no se podía estudiar Ciencias Físicas. Al terminar la licenciatura en 1974 me quedé como ayudante de cátedra en el Departamento de Física Teórica y allí trabajé durante toda mi vida laboral, salvo algunos meses que pasé en el Laboratorio Harwell, cerca de Oxford y otra temporada que estuve en la universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Primero oposité a Profesor Titular y más tarde a Catedrático. Como docente he dado clases de física a futuros farmacéuticos, a alumnos de matemáticas y, como es lógico, he impartido muchos cursos de Mecánica Estadística, dominio que ha sido mi especialidad como investigador.

Aficiones: Creo que a lo largo de mi vida he sido un multi­—aficionado: viajes, fotografía, cine, pintura… Con todo, lo que siempre me ha atraído más es la lectura. Ya de niño comencé a leer todo lo que caía en mis manos y luego, una enfermedad que me mantuvo en cama casi un año alimentó mi afición inicial a leer, no solamente libros de literatura, sino también otros sobre las más diferentes materias: arqueología, historia, exploración polar, exploración espacial y un largo et cetera.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Creo que soy una persona introvertida y un poco perezosa (salvo que tenga entre las manos algo que me apasione, como un buen libro) No me gusta discutir sobre cosas que no domino, por eso los amigos suelen decirme que soy muy buen conversador; por eso y porque dejo que los demás den su opinión sin interrumpirles. Ahora bien, si alguien se interesa sobre un tema al que soy aficionado, entonces me sale la vena de profesor y le suelto toda una conferencia (que probablemente acaba por aburrirle). Afortunadamente, mis buenos amigos ya conocen esa debilidad por dar clases magistrales en cuanto se presenta la ocasión.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Creo que toda persona que lea mucho, desea escribir en algún momento de su vida. Para mí, ese momento llegó bastante tarde, cuando ya había rebasado los cincuenta años. Empecé escribiendo una historia de la exploración del Paso del Noroeste, trabajo que tardé unos diez años en completar y que me llevó a fatigar (como diría el maestro Borges) las librerías de viejo de todo el mundo (¡gracias Internet!). Los manuscritos que resultaron de esa tarea de documentación fueron dos: un libro de historia titulado Sin noticias de Franklin, y otro ya más novelesco: Los náufragos del  Polaris.  Los dos los tengo aún en un cajón, porque no he encontrado editor para ninguno de ellos. Más tarde, a punto ya de jubilarme, algo me impulsó a escribir ficción (algo que seguramente tuvo que ver con la relectura de los cuentos de Cortázar) y me decidí a escribir una novela. Claro que una cosa es tener una idea y otra darle forma a una novela, de manera que cuando la terminé, no estaba muy contento con los resultados. Entonces me apunté a un taller de escritura y comencé a escribir cuentos cortos y microrrelatos. Gané un premio importante con mi relato Cetáceos y eso me animó a mejorar mi novela.  Para ello me inscribí en un taller de novela y ahí pude pulir y darle la forma final a Los días del Alción, mi primera y, hasta ahora, única obra.

Autores preferidos y por qué: Mis autores favoritos son Borges, Cortázar, Hemingway, Baroja, Aldecoa, Orwell, Flaubert, Lucia Berlin, Eloy Tizón, Dashiell Hammett y Arthur C. Clarke. Como se ve en esta corta selección, no hago distinción entre lo que lo que se llama “literatura de calidad” y la “literatura popular o de género” (ya sea novela negra, ciencia ficción, etc.) Para mí lo importante de los autores no es sobre qué escriben sino si me gustan sus libros (los que he leído). Probablemente, los autores que más han influido en mi estilo, son Baroja y Borges, aunque me gustaría escribir con la prosa de Aldecoa.

Tu obra favorita de otro autor: Mi obra favorita (la que me llevaría a una isla desierta) no es intencionadamente una obra de ficción, aunque todo historiador establece conjeturas que podrían encuadrarse en ese marco. De todas maneras, se trata de una obra literaria de una extraordinaria calidad: La Decadencia y Ruina del Imperio Romano de Edward Gibbon. Hace tiempo conjeturé (gracias de nuevo maestro) que, en el estilo tan característico de Borges, sobre todo en esa maravillosa cadencia de sus frases, se adivina la temprana influencia de sus lecturas de Gibbon (en su idioma original).

Tu obra favorita de las que has escrito: Claro, Los días del Alción.

Tu estilo literario: Mi única obra es pura ficción y no veo un género en el que encuadrarla. Por otra parte, mi estilo literario, de diálogos cortos y descripciones impresionistas, se encuentra aún en desarrollo. En estos momentos, yo me encuentro más a gusto cuando escribo “literatura negra”, a la que ese estilo le va bien. He escrito algunos relatos cortos con ese estilo y me parece que en ellos consigo decir lo que pretendo.

Una cita de un autor que te guste: No existe el amor, solo las pruebas del amor. Atribuido (por Elisabeth Badinter) a Roger Vaillant.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Una novela de “ambiente negro” titulada provisionalmente La soledad del verdugo

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Si algo me define es mi escepticismo. He vivido lo suficiente para saber que ahí afuera no hay verdades ni mentiras, que las cosas no son blancas o negras y que hemos de suspender el juicio que nos merece cualquier «información» que nos llega hasta no haber llegado al fondo del asunto. El periodismo actual me parece una gran fábrica de mentiras, interpretaciones torcidas y medias verdades, destinadas a influir en nuestras creencias y en nuestro estado de ánimo a fin de llevarnos al redil que les interesa a los que tienen el dinero y desean el poder absoluto. Afortunadamente son muchos los que libran esa guerra continua y en sus resquicios hemos podido vivir (me refiero a una parte muy pequeña de nuestra especie) razonablemente bien.

Tus proyectos inmediatos: Creo que mi único proyecto actual es vivir día a día. Alguien dijo que «la vida es ahora».

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