Resido desde hace unos años en el municipio de L´Hospitalet de LLobregat, en la provincia de Barcelona. Alcanzo los 58 años de edad y en estos momentos mantengo una relación sentimental.

Nací y me crié en Valencia, donde estudié Filología Hispánica. Luego, por esas cosas de la vida y del trabajo, recalé en Barcelona. Fue en Valencia donde despertó en mí el gusto por la literatura. Como suele ocurrir algunas veces el encargado de encender la bombilla fue un profesor de Literatura, en el instituto. Recuerdo su manera de comentar la “Noche oscura”, de Juan de la Cruz, tan alejada del manual de Lázaro Carreter que traíamos entre manos. Es bueno que aparezca alguien así y se conecté con un mundo que hasta entonces era más bien ajeno. La filología me llevó a la docencia, pero antes fue el recorrido por el mercado laboral del inframundo, y eso hizo que aprendiese a valorar mejor las cosas y a darme cuenta que sin formación tienes todas las de perder. Es lo que trato de inculcarles a mis alumnos.

Aficiones: Aparte de la escritura y la lectura, el cine es mi otra gran pasión. Soy un cinéfilo amante del cine clásico. Hay recuerdos imborrables de películas que me ayudan para la creación. Cómo no recordar a Ford, Huston o Kurosawa, entre otros. También me gusta la fotografía y sobre todo compartir unas cervezas con los amigos en la terraza de un bar.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Soy una persona sencilla, algo introvertida pero sin dejar de lado su polo opuesto. Como soy un acuario me considero a mí mismo volátil, con buen humor y optimista. La paciencia es una de mis grandes virtudes, es necesaria para mi trabajo con los adolescentes. De ellos aprendo mucho, más de lo que les enseño a ellos. Nunca falta la escucha. Me costó aprender a decir “no”, pero una vez aprendido eso, todo se lleva mejor. Hay que valorar siempre pensando en el término medio. La escritura ayuda y mucho a conocerse mejor, aunque sea la ficción.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Mi primera lectura fue “Cinco semanas en globo”, de Julio Verne. Tenía unos doce años. Antes no era como ahora y si querías leer te tenías que buscar la vida. Cayó por casualidad una edición vieja de esa novela y a por ella que fui. Y después vino el mejor regalo del mundo: una olivetti. Hay empezó todo. Soy un escritor tardío, aunque en la Facultad edité unos poemas en una antología y me dieron un accésit en un concurso de relatos, y recuerdo una ayuda para filmar un guión literario que escribí. Luego super parón. Más tardé, edité un libro de poesía ilustrado por la segunda esposa. El cajón fue mi editorial. Hasta que me dije, vamos a ver, por qué narices no te remangas, te pones al lado una copita de moscatel y te lanzas a la piscina literaria. Tardíamente nació Gala, que ahora ha visto la luz.

Autores preferidos y por qué: Mi gran referente es Pío Baroja. es mi autor de cabecera. Gracias a la lectura de sus memorias (aburridas y fascinantes al tiempo) descubrí el siglo XIX, que es mi gran siglo. Los rusos, los franceses, los ingleses y Galdós y la Bazán.

Otro referente es mi gran escritor peruano Alredo Bryce Echenique, que a su vez admiraba o admira a Baroja. Lo conocí en Valencia en una conferencia que dio. Oírlo hablar era como oír al mismo Martín Romaña. Mira qué pasé buenos ratos con Martín, con Inés, y también con Julius.

George Simenon y su Maigret y Qiu Xianlong y su inspector jefe Chen Cao son mis referentes en novela policiaca.

Tu obra favorita de otro autor: Suelo pensar que es la última que leo:

La última que leí, “24 horas en la vida de una mujer”, de Stefan Zweig, una obra magistral en toda la extensión de la palabra con un final memorable e inolvidable que resume las pocas páginas de esta historia.

Tu obra favorita de las que has escrito: Mi “Gala”, por supuesto. Ahora ya voló, es del lector, y poco sé de ella.

Tu estilo literario: Me muevo en el plano creativo en la novela de ficción, en ella se pueden mezclar desde la novela de personajes hasta lo que venga por sorpresa. De hecho, pienso que lo verosímil se funde con lo fantástico. No hay una línea que los separe claramente. En mi novela aparecen las señales, claras o confusas, tanto como los recuerdos. Aparecen las cosas que vemos y que tocamos y que en un momento dado pueden ser fantásticas. Me gusta ver la realidad y deformarla con el humor. De hecho, lectores que ya han leído mi Gala me comentan que se han reído mucho con sus andanzas, aunque obviamente está el sentimiento trágico, en el caso de ella el no… bueno, no haré spoiler.

Me gusta escribir de una manera sencilla y dinámica, sin complicaciones, con las palabras y los adjetivos precisos. No quiero decir que sea mi escritura sobria, no, al contrario intento en las palabras encontrar el sentido poético que envuelve a los personajes. Todos tienen un fondo de vida, como un fondo musical que nos acompaña largamente.

Una cita de un autor que te guste: “El amor es el andar solitario entre la gente”, de Quevedo, un verso de su poema “Definiendo el amor”

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Tengo avanzada la segunda parte de mi “Gala”. Espero acabarla en este primer semestre y luego publicarla. Gala necesita respuestas, como todos, y todavía no las ha encontrado.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Para mí es imposible entenderlo, y tampoco pretendo hacerlo. Somos millones de humanos, maravillosos y tortuosos al tiempo, capaces de lo mejor y de lo peor. ¿Cómo explicar esto?

Tus proyectos inmediatos: Ya dije que estoy enfrascado en la segunda novela, la continuación de mi “Gala”. Volcado en la docencia y en la idea de cada día vivir un poco mejor (este es el mejor proyecto de todos)