Aurora, una pequeña de nueve años, se encuentra prisionera en las celdas de la Santa Inquisición de México y es acusada de perpetrar por lo menos una veintena de asesinatos. Su aspecto rubio y angelical parece incompatible con las atrocidades que comete. La niña asegura ser hija del Diablo y matar en su nombre. Gregorio, un joven inquisidor con novedosas teorías de la mente, es enviado desde Sevilla para resolver el misterio. Está convencido que la inculpada está enferma y tiene salvación. A toda costa debe evitarse la hoguera, sería un final impío para una menor de edad y políticamente mal visto. Durante los interrogatorios ella les demuestra que detrás de ello hay una implacable y maligna fuerza sobrenatural; se desatan las peores tragedias, la ciudad entera le teme. Aurora no puede detenerse y colecciona parte de sus muertos para formar la familia que nunca tuvo. Ni la muerte, ni el tiempo son obstáculo para sus crueles «travesuras». Es capaz de volver del más allá, y tres siglos después, aparecer en una moderna vivienda ocupada por tres jóvenes y una niña (Lorena, Liz, Lola y Ana). En la época actual ha encontrado la familia que tanto buscaba y viene a quedarse con ella. Ha empezado el juego de los muertos y las cuatro van a formar parte de su colección.
José Antonio Fonseca (Ciudad de México, 1961) posee una narrativa que se distingue por fusionar lo sobrenatural con la ficción histórica, mezclar el presente con el pasado, para llevar a desenlaces tan inesperados como estremecedores. Ha publicado los relatos de terror La última sesión y Estamos muertos en la colección de cuentos La Pluma del Ganso (2005). La novela Y los no muertos vendrán del mar (2016), donde se entreteje una historia de piratas con las temidas prácticas del vudú y los zombis, así como la obra de teatro Detrás del muro (2018), una trama de suspense y engaño. En Ojos vacíos se entrelazan el temor a los asesinos seriales, la crueldad de la inquisición y el terror al más allá.