¿Quién eres en realidad?
Mi localidad natal es Quart, un pueblo pequeñito a escasos kilómetros de la capital, Girona. Zona tranquila que me ha dado toda mi infancia y mi etapa adulta. En mis 47 años, que cumplo en septiembre, sigo viviendo en el mismo lugar, aunque en distinta casa. Casado con una gran mujer, sin buscar más lejos de mi querido municipio, he conseguido formar una preciosa familia, en la que las aventuras, risas y luchas siempre juntos, nos han fortalecido haciéndonos crecer mentalmente como grandes amigos.
Siempre he sido un hombre muy activo, quizás por esa hiperactividad constante desde niño y diagnosticada por los médicos, no conseguí finalizar mis estudios universitarios. Aunque sí, al largo de estos años, he conseguido graduados para llegar a ser quien soy ahora. Trabajo como jefe de administración de obras y mantenimientos urbanos en una reconocida multinacional. Pero antes de tener la espalda cosida de hierros, he administrado mis propias empresas durante más de 20 años. Ahora se puede decir que la etapa en la que estoy viviendo es lo más parecido a una jubilación, disfruto de mi trabajo y tengo el tiempo necesario para hacer lo que más me gusta en esta vida, mi familia y escribir.
¿Aficiones?
Como afición más importante, siempre destacaré la que más me gusta, vivir la vida saboreando cada minuto. Siempre me he caracterizado por darle un gusto dulce a los momentos más amargos. A parte de todo esto, me gusta mucho la natación, las excursiones y los viajes.
En mi juventud he conseguido hacer todo aquello que me ha pasado por la cabeza, cualquier deporte de aventura ha sido poco para mí, así que hacer puenting, barranquismo, incluso saltar en paracaídas y un viaje de novios por la vida salvaje de Tanzania ha cumplimentado mi vida, de tal forma, que a día de hoy cualquier cosa me hace ser feliz.
La escritura siempre ha sido mi mejor aliada para distraerme del intenso movimiento de mi día a día. Cuando todo está relajado y el silencio se apodera de mi casa, para mí es el momento de sentir los golpes del teclado, reconociendo la fluidez de mi imaginación, plasmando cada frase que construyo.
Tu mejor obra, tu estilo literario, ¿en que estás trabajando?
Hasta el momento de mi única obra publicada, Las mentiras de Frank; solo conseguí deleitarme en la filosofía, siempre algo desordenada y sin una historia que seguir, son cientos de páginas que intentan formar tres obras que nunca salieron a la luz. He podido dar con mi estilo literario, novela con trama y rienda suelta a cualquier tema, en este caso, el sexo. El thriller hace mi verdadero carácter, el que verdaderamente soy.
En este momento sigo dando rienda suelta a más, de Las Mentiras de Frank, porque encuentro que tanto por mi parte como mis lectores hasta el momento, ambos pedimos más.
¿Qué lees y qué autores recomiendas?
En lo que se refiere a mis lecturas y mis escritores, que pueden haber marcado mi vida y me han hecho coleccionar todas sus obras, son dos partes muy distintas. Por un lado, soy un gran seguidor de Leopoldo Abadía, escritor basado en economía y familia, un verdadero genio de la transparencia y sencillez en cada palabra que escribe.
Por otro lado, David Safier. Un autor alemán en el que su imaginación traspasa fronteras, haciendo que disfrutes de la forma más sublime y divertida de la filosofía moderna. Sea por eso que Maldito karma me dejó marcado para siempre.
¿Cómo ves el mundo?
No voy a opinar sobre el mundo que nos enseñan desde la tele, porque necesitaría otro libro y aun así sería interminable.
Sí que me es más fácil explicaros cómo es mi mundo, supongo que como el de todos, siempre que lo quieran ver con los mismos ojos que lo veo yo. Intento que cada minuto sea divertido, que el día a día, no consiga arrebatarme mi temperamento risueño y divertido. Observo todo lo nuevo y analizo cómo llevarlo a mi terreno, lo disfruto aunque se muestre como negativo, porque para mí, todo lo que te pasa durante cada día, siempre es para sacar lo mejor de cada uno y dormir orgulloso de haber conseguido que cada cosa esté en el lugar dónde más o menos pretendías.
Ser amigo de mis amigos, huyendo de todo lo negativo, aportando y dejando que me aporten, comprendiendo y sabiendo que me comprenden, escuchando tanto como me escuchen.
Ayudar a quien necesite mi ayuda. Trabajar siempre feliz y dar tanto como sea posible, sin dejar mi esencia por el camino.
Sobre todo, ser sincero, pero con respeto. Nunca hacer nada que me pueda hacer sentir mal. Siempre evitando a los ladrones de tiempo, unos de los personajes más temidos por mí. Son aquellos que notas en menos de un minuto que te absorben lentamente con sus preocupaciones, aun sabiendo que hay gente mucho peor, y ese no es el momento ideal para ello. Es cuando saco lo más amargo de mí y me sincero, con mi estilo más sutil.
Por tanto, para mí el mundo simplemente es aquello que yo quiero que sea.