Renombre, dinero, poder… puede que todo ser humano sea tan distinto como los días que le acompañan, pero nuestros aristócratas lo tienen claro. Carla Ortiz de Perdigaliz, grande de España, no está dispuesta a ceder ni un ápice de poder, mientras se construye a sí misma como ejemplo de éxito sin importar la sangre derramada y las torres echadas a bajo. Lo cierto es que nuestra aristócrata favorita no siempre lo tuvo fácil: la familia te la da Dios (dicen) y hay quien asegura que naciendo en una pudiente la vida resulta más fácil. Sin embargo, Carla no solo deberá enfrentar decisiones que condicionen su futuro sino que, además, sufrirá la disputa por dos amores, a cual más distinto que el anterior. Un ambiente cargado de opulencia y riqueza donde la crueldad y el egoísmo están por debajo de un conjunto de Dior. Tan asfixiante que no cabe ni un atisbo de moral.
Jacques de Haan (Santander, 2000). Realizó estudios en Derecho y próximamente se desplazará a Londres para estudiar un B.C.S. en Relaciones Internacionales e Historia Global en la L.S.E. Siempre ha sentido una particular atracción por el saber y conocer humano. Criado entre algodones, según él mismo refiere, desde su infancia sintió curiosidad por aprender de campos sumamente dispares, mientras trataba de encontrarles su peculiar atractivo. Para él, «el arte ha de ser la proporción entre elegancia y sentimiento, como lo es una escultura renacentista».