Nace en la provincia de Toledo, aunque gran parte de su vida transcurre en Valencia, Cataluña y Aragón. Catedrático de Física y Química, ejerce la docencia en Barcelona y Huesca, donde reside. Más adelante inicia un peregrinaje por diferentes ramas del conocimiento: la evolución humana, la genética, la historia, las neurociencias, la informática, la filosofía, la literatura… Entre sus publicaciones: Animal moral, (Entrelíneas Editores, 2014) o Borges en su laberinto (Amazon, 2019).

La ciudad de Huesca es mi lugar de residencia actual. Una tranquila y bonita ciudad a la que me trasladé con mi esposa y mis dos hijas hace ya treinta y dos años, siendo poco probable que ahora, a mis setenta y cinco, me traslade a vivir a otro sitio.

Nací en un lugar de la Mancha toledana de chocante nombre, Villarrubia de Santiago. Lo abandoné a los doce años para comenzar un peregrinaje por la provincia de Castellón, Valencia, Bilbao, Mallorca, Madrid, Barcelona y otras ciudades, hasta venir a parar en tierras oscenses. Mientras tanto, ejercí de camarero, pinche de cocina, vendedor a domicilio, contable, me empleé en una fábrica de persianas, y puse suelos de sintasol. Hasta que, a los veinticinco, decidí que ya era hora de empezar a estudiar.

Hay gente que adquiere enseguida tan excelentes habilidades y capacidades que parecen innatas; yo adquirí pronto una manía, la de pensar; de ahí que decidiera que ‘lo mío’ era la filosofía, y por tal razón estudié Física en su rama teórica. Terminé, oposité y gané una plaza de Catedrático de Física y Química en un instituto de Badalona. Poco después estudié tres años de Económicas y, estando a punto de opositar para inspector de Hacienda, la manía de pensar me introdujo el gusanillo del interés por otras muchas ramas del Saber, y en esas sigo.

Pero un buen día, esta manía mía de pensar sintió la viva necesidad de emparejarse con la manía de escribir, y tal día comenzó mi calvario. Mi pensamiento no era un desfile de palabras y frases, sino de imágenes e impresiones embutidas en escenas borrosas, así que me llevó muchos años y esfuerzos el poder organizar tal desfile. Y el método para conseguirlo fue el escribir y escribir: relatos breves, artículos, análisis, ensayos…Lo cual, dicho sea de paso, sirvió como ejemplo para que mis hijas y mi esposa, que trabajan en el campo científico y en el tecnológico, adquiriesen una afición enorme por la lectura y la escritura.

Entre mis aficiones confesables, junto a mi afición por la escritura, destaca la afición por el conocimiento. Puede parecer extraño y pasado de moda, pero, dentro de mis capacidades, la fruición que siento al leer un relato científico, histórico o filosófico es equiparable al de una buena literatura. Por otra parte, he tenido afición por los naipes, por reunirme con amigos, por viajar, afición a beber, a correrme una juerga de cuando en cuando…como todo hijo de vecino. ¡Ah, desde hace muchos años cultivo un huerto!, con los mejores tomates de la zona… ¡y no solo lo digo yo!

¿El rasgo más sobresaliente de mi personalidad?… ¿el orgullo, el deseo de constante mejora, el uso de la lógica en cualquier asunto mundano, la introspección, la dispersión mental…?, ¿quién sabe?, ¿quién se conoce lo suficiente para dar una respuesta cierta? Por lo demás, algún resto de timideces pasadas cargo sobre mis hombros, aunque ya con peso ligero.

Escribir fue, más que decisión, una necesidad. Uno siente un torbellino de pensamientos agitando la conciencia y siente la necesidad de aquietarlos, de escupirlos y  sujetarlos mediante los lazos de la escritura. Solo así se apacigua el torbellino.

¿Mis primeros compases? Recuerdo tres escritos tempraneros: un sucinto análisis acerca de los avances de la Física en la historia; un artículo de contenido político que fue publicado en un diario de corta existencia; y un relato breve sobre un duelo a cuchillo, que tenía un tono humorístico porque el nombre de los personajes era el de compañeros y amigos míos.

Entre mis autores favoritosBorges, siempre Borges, por ese lenguaje extraordinario que aúna concisión y precisión para trasladarnos a un mundo de realidades fantásticas. Proust, por su lenguaje elegante y bello, porque nos provoca una inmersión en los detalles microscópicos de su vida. Mircea Eliade, por la claridad con que expone una increíble compilación de ideas religiosas de todo el orbe. Camus, por su enorme capacidad de síntesis, por la profundidad de sus análisis, y por su claro lenguaje. Unamuno, porque sus personajes no son seres extraordinarios con rasgos psicológicos raros, sino personas con pasiones y vicisitudes comunes que viven adaptados a sus condiciones de vida. Nietzsche, porque desvela los instintos humanos con una fuerza y con una sinceridad pocas veces vista antes; y porque su lenguaje es exquisito. Mircea Catarescu, por su increíble imaginación y su literatura en estado puro…

Naturalmente, todos los expuestos y otros muchos han influido en mi forma de escribir, descifrar en qué manera lo han hecho es otra cosa, ¡vaya usted a saber! De lo único que soy consciente es de que, por un tiempo, intenté imitar la escritura de Borges. Resultó un completo desastre.

Ideología y revolución. La eterna disputa entre Caín y Abel

De lo único que soy consciente es de que, por un tiempo, intenté imitar la escritura de Borges.

Me siento incapaz de señalar una obra como ‘la que más me ha gustado’. Los recuerdos son vaporosos y no disponemos de un mecanismo mental capaz de establecer una prelación precisa de gustos. Tengo bien presente que algunos relatos de Borges del libro Ficciones los consideré en su día maravillosos. Pero, en su día, también me deleitaron Cien años de soledad y La guerra del fin del mundo, sin que tenga a sus autores entre mis favoritos. Sí podría señalar, en cambio, el entusiasmo que me ha producido recientemente la obra Solenoide, de Mircea Catarescu. Su estilo de frases extensas, pero de pasmosa claridad, su manejo de un profuso lenguaje, tanto técnico como literario, su modo de construir dimensiones monstruosas y conjuntarlas con razones científicas y fantasías oníricas, y, sobre todo, esa desbordante imaginación suya para exponer un muestrario de seres y contextos fantásticos a modo de un antiguo circo de extraños y grotescos personajes.

«La filosofía es una rama de la literatura fantástica»


«Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de hombres a una sentencia»


Borges

Me encuentro en otro aprieto. ¿Cómo escoger entre varios hijos cuya gestación y crianza han requerido enormes esfuerzos? En fin, entre las obras que he escrito, como favorita escojo una de relatos breves aún no publicada. Tal vez es la que ha requerido más empeño por mi parte. No es que las otras obras, de ensayo, no sean arduas y no haya empleado en ellas determinación, estudio y anhelo, pero aquella ha necesitado de mí un gusto por la reelaboración y mejora que no han precisado en tan gran medida estas.

Dado que he escrito obras de ensayo en las que se trataban temas científicos, políticos, filosóficos e históricos, el vocabulario y el tipo de estructura que requería ser utilizado en cada uno de esos saberes ha constituido mi mayor esfuerzo y quebradero de cabeza. No obstante, creo haber logrado forjarme un cierto estilo con un uso no demasiado extenso de adjetivos y metáforas, con la combinación de frases cortas y largas según el contexto y según la tensión que esa parte del escrito requiera; también con la utilización de un lenguaje formal que en ocasiones pretende tener consonancia lógica y que en otras hace primar la elegancia; que a veces muestra ánimo pesimista y que siempre pretende resultar fluido.

Como ya creo haber mencionado, actualmente me encuentro trabajando en dar los últimos toques para concluir dos obras. Un libro de ensayo que versa sobre las creencias, las tendencias humanas, y nuestra naturaleza animal, que de forma preliminar titulo El individuo y la tribu.  Y el libro de cuentos o relatos cortos ya mencionado, donde se aposenta una variada fauna de temas y formas, desde la ficción histórica, al relato amoroso, pasando por un cuento-ensayo, dos narraciones de crímenes y misterios, un extenso escrito de ciencia ficción, y otros con tintes autobiográficos. Tengo pensado titularlo El otro.

Para mí, el mundo es un lugar enigmático en el que la lucha por el poder y la gloria preside una buena parte de los actos humanos. Pero también abunda el afecto, la confianza, la generosidad y la relación amorosa. Es también un lugar de venganzas, de odios, de resentimientos, de instintos y de bajas pasiones. Y dado que la razón y el entendimiento apenas tienen cabida en nuestros actos, el mundo es un paisaje en que cualquier locura es admitida y gana aplausos. De ahí que deba ser la libertad nuestro bien más apreciado, pues ella nos permite escoger unas posturas u otras, ser buena gente o ser un criminal, ser honrado o corrupto.

Entre mis proyectos inmediatos se encuentra el publicar los dos libros que han sido previamente mencionados. Por otro lado, quiero retomar una novela histórica que lleva años aparcada, así como el seguir publicando cuitas y sentires en mi blog. En lo personal, viajar y seguir afianzando el afecto familiar, aunque nos encontremos muy alejados debido al trabajo.

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies