Actualmente vivo en Cantabria, tengo 21 años y estoy estudiando Ingeniería en la UC. Desde que tengo uso de razón y por lo que me ha llegado a contar mi familia, siempre he sido bastante imaginativo, al punto de abstraerme tanto en los mundos dentro de mi cabeza que desconecto por completo de la realidad. Cuando era niño, me gustaba mucho imaginarme incontables posibilidades o meterme a mí mismo en los universos de las series que veía. Un juego que me gustaba hacer mucho cuando viajaba en coche con mis padres era imaginarme que estaba dentro de un vehículo chachi-fantástico super futurista y que todos los personajes, transformaciones o monstruitos (palabra acogida por mi madre para definir todo lo que me gustaba en la época) viajaban paralelos a nosotros con sus poderes, para acabar metiéndose en el automóvil de formas que, seguramente, ignorarían muchas leyes de la física.
Ya cuando tenía siete años, creo, nos mudamos a otro pueblo y encontré un grupo de amigos con los que podía hacer realidad estas fantasías dentro de juegos de aventura que ocupaban todo el patio de recreo y, más o menos al empezar el instituto, empecé a decantarme por la música. Creo que fue la primera vez que pude expresar todas las ideas que tenía de una forma tangible y reconocible para la gente de mi alrededor, además de la primera vez que me metí en el mundo escénico, algo que sigo haciendo hoy en día de vez en cuando.
La escritura llegó en Bachiller, cuando una amiga me dejó un libro que había escrito una chica en redes sociales y que luego publicó. Entonces me llegó una epifanía: «Los libros los han escrito personas. Yo también soy una persona, así que yo también puedo escribir libros».
Sé que suena un poco a falacia de confirmación, pero esa fue la razón de que intentase consolidar todas esas ideas que me embriagaban de niño en historias con un mínimo de orden y sentido. Ahora, en la universidad, estoy intentando organizar todos los aspectos fantasiosos de mi vida con mi futuro académico y laboral. Creo que me estoy viniendo un poco arriba, pero quiero intentar que mis proyectos salgan adelante y resolver mis inquietudes. Al fin y al cabo, soy un culo inquieto con mucha curiosidad, un yogurín a medio hacer al que todavía le queda mucho por delante. Intento recordarme eso siempre que puedo para no agobiarme demasiado con la inmediatez con la que tiendo a querer las cosas.
Aficiones: Me gusta mucho hacer anotaciones y llenar cuadernos de temas que me parecen interesantes, desde funciones psicológicas hasta mini bestiarios de universos de fantasía y alguna otra paranoia que se me pase por la cabeza. Suena extraño cuando lo digo en voz alta, pero transcribir datos de un lado a otro me entretiene y me relaja; es como un masaje cerebral.
También estoy bastante metido en la música. Hace tiempo estuve en un grupo en el que hacía de cantante y guitarra rítmica, aunque también he tocado por mi cuenta y en una agrupación de plectro. Incluso solía hacer mis propias letras y las mezclaba con micro monólogos cuando tenía algún bolo.
Por último, también me gustan los puzzles, rompecabezas, el diseño y el arte interactivo en general. Aunque ahora mismo la universidad me tiene bastante secuestrado, por lo que la única actividad lúdica que tengo tiempo y espacio para hacer es escribir. Según mi madre, necesito días de 36 horas para hacer todo lo que me gustaría y la verdad es que no la falta razón.
Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Soy un poco ambivertido. Cuando estoy en entornos que no son exactamente lo mío intento ser formal y suelo estar callado, pero cuando estoy con mi grupo de amigos y en ambientes en los que estoy mas cómodo, paso a ser efusivo y a soltar chascarrillos y bromas con la espontaneidad de un muñeco inflable bailongo de esos que ponen en las gasolineras. Mi animal interno es una dualidad entre un pingüino con esmoquin verde de nombre pedante y un chimpancé tocando la pandereta.
También me ocurre que estoy tanto en mis mundos de la piruleta que puedo pecar de repetitivo y minucioso con algunos temas y de despistado y torpe en muchos otros. Virtud que ha desembocado en que mi hermana diga que soy “como tener una seta al lado”.
Cuéntanos por qué decidiste ser escritor/a: Decidí ser escritor porque en el momento era la forma más accesible que tenía para poder contar historias. Además, ya tenía algo de contacto con el mundo de la escritura y exponerme de cara al público. Así que cuando empecé a escribir en redes sociales y vi que tenía buena acogida fui avanzando hasta llegar donde estoy ahora.
Autores preferidos y por qué: El primer autor del que tengo noción es Francisco Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón. Ese hombre tiene la mitad de mi infancia en sus TBOs. El otro pilar de mi infancia y parte de mi adolescencia es Eiichiro Oda, creador del manga de One Piece. Actualmente estoy tocando muchos palos para ver cual es el nicho con el que estoy más cómodo, pero por ahora me siento muy a gusto con Leigh Bardugo y Neil Gaiman, aunque aún me queda por mirar.
Tu obra favorita de otro autor: Por ahora, Seis de Cuervos de Leigh Bardugo. A pesar de haber sido una lectura reciente siento que he aprendido mucho con ella y quiero seguir descubriendo más del universo que pueda crear la autora. Aunque también voy a empezar a leer a Brandon Sanderson, así que nunca se sabe.
Tu obra favorita de las que has escrito: Mi obra favorita personal no está publicada. Fue la primera que empecé a escribir, pero era tan grande que quiero escribir otras cosas primero para crecer como autor y desarrollarme dentro del mundo editorial. Estoy tan apegado a ella a nivel emocional que prefiero tener parte del camino recorrido por si las cosas no salen del todo bien. Se llama Ánima.
Tu estilo literario: Lo cierto es que la única obra que tengo publicada es la que más se aleja de mi estilo real. Digamos que fue un experimento para explorar una faceta propia. Por lo general me gusta escribir thriller, interacciones entre personajes con toques de comedia y ensayos científico-mágicos. La idea es juntarlos todos así que vamos a definirlo como thriller de ficción general.
Una cita de un autor que te guste: “La diferencia entre la realidad y la ficción es que la ficción tiene que ser verosímil” (Mark Twain)
Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: El camino hacía Ánima, la obra que comentaba antes, le tengo más o menos planeado. Contando El Asesino, creo que el mínimo de libros necesarios serán cinco y con cada uno tengo intención de desarrollarme en algo nuevo. Dicho esto, a mi próximo proyecto lo llamo La Teoría de Logan Hazzlesk, y trata de un chico que encuentra una cuaderno que ha pasado por todas sus reencarnaciones y que tendrá que revivir momentos claves de estas para escapar de un ciclo en el que se encuentra atrapada su alma.
Algo sobre tu manera de entender este mundo: Creo que el mundo es simple, muy simple, pero está explicado fatal. Creo que todos los conceptos con los que trabajamos siguen el mismo patrón y que todo el mundo puede aprender cualquier cosa, aunque no necesitamos saberlo todo. Para mí, algo complejo no es más que la suma de muchos conceptos simples interrelacionados y, si somos capaces de entender cómo funcionan las piezas que forman el puzzle, construirlo no solo se hace intuitivo, sino divertido. Esa es la esencia de jugar, por lo menos bajo mi punto de vista.
Jugar con el mundo, desmontarlo, ponerlo boca abajo, darle un par de vueltas o pintarlo de otro color. Jugar es aprender y creo que a la gente se le está olvidando. Sobre todo nos estamos olvidando de equivocarnos. Equivocarnos es lo mejor que nos puede pasar en la vida. Si no puedo romper algo no sabré como de fuerte es lo que tengo entre manos. Si interactúo con el mundo y no soy capaz de confundirme o dejar una marca es como si nunca hubiese hecho nada, como si jamás hubiese existido.
Para acabar, creo que el ser humano únicamente es capaz de aprender de la experiencia, ya sea suya o de otros. Pero, ¡ojo!. Aprender no es lo mismo que conocer o entender. “Conocer” es saber que algo existe y “entender” es ser capaz de seguir los pasos lógicas del funcionamiento de algo. Sin embargo, “aprender” es interiorizar el conocimiento, hacerlo una parte intrínseca de ti y eso llega únicamente con la experiencia. Por ello creo que el mal alumno no existe. Puedes estudiar mal, sí (al fin y al cabo, el estudio es algo que se nos impone, pero no se nos enseña), no obstante, no eres un mal alumno. Porque puede que no haya muchos con la capacidad de enseñar y transmitir el conocimiento de forma efectiva, pero la capacidad de aprender la tiene todo el mundo.
Tus proyectos inmediatos: Ahora mismo mi vida se divide en cuatro ramas: académica, literaria, músico-escénica y social. En cuanto a la académica, acabar la universidad; para la literaria, crearme una rutina para avanzar con proyectos y concursos; la artística, retomarlo donde lo dejé y reconstruirme unas bases firmes sobre las que avanzar y en la social, disfrutar de mi juventud y hacer alguna tontería, que últimamente no me estoy dejando demasiado espacio para disfrutar de lo que hago.