Poeta y promotor cultural, ha pertenecido al Taller Literario Carlos Manuel de Céspedes y ha sido miembro fundador y coordinador del Grupo Ennegro para la investigación, promoción y protección de la expresión étnica. Ha recibido premios y menciones en diferentes convocatorias del Concurso 27 de diciembre, con poesía, narrativa y literatura para niños y jóvenes. También en los Encuentros Debates de Talleres Literarios a nivel municipal. Figura en el Diccionario de escritores santiagueros: apuntes primarios (Ed. Santiago, 2005). La obra que aquí se presenta es su primera publicación.

ISBN: 979-13-87612-88-7
ISBN digital: 979-13-87612-89-4
Depósito legal: M-7695-2025
Número de páginas: 314
Formato: 150×230
Autor: Carlos Enrique Isaac
Sinopsis:
Transcurre la última década del siglo XX y las primeras dos décadas del siglo XXI en la isla de Cuba, donde el desarrollo del pensamiento poético e intelectual se manifiesta acorde a los cánones establecidos por el orden legal, sesgando en gran medida la expresión y manifestación abierta de la palabra. En medio de la cotidianidad va naciendo esta antología poética personal que discursa, a través de temática libre, décima, soneto y prosa poética por la crónica social, lo humano, el amor, la espiritualidad, la cosmogonía o la metafísica, teniendo en su decir un carácter universal transmisible al lector. De principio a fin, afirmaciones e interrogantes llevan a sugerencias más allá de lo cognitivo:
—Se han mudado los astros.
—¿A qué otra parte de la noche fueron?
Expresa a su vez, el sentimiento intrínseco en el humano mensaje de:
Que la Fosforescencia del Cocuyo
Te permita ver la oscuridad
Que seas libre…
Y, sobre todas las cosas, aboga incesantemente en que:
Se puede hablar
En esta inmensa obra que es la vida
El derecho de venir y conocerla y quedar en ella para siempre…
Esta obra, en cuanto a su estructura y el tratamiento intenso del lenguaje, presenta una sutil diferencia respecto a otros comportamientos del decir poético; lo que hace de su lectura reflexiva un disfrute y distinción de la sensibilidad humana.
Género: poesía
Háblanos un poco de ti
Nací en esa rara isla con silueta de caimán llamada Cuba, en 1972. Los años de mi infancia y adolescencia, transcurrieron entre eventos familiares que forjaron parte de mi personalidad, siempre inquieto y con expectativas de querer saber el porqué de algunas cosas, como suele hacer la ingenua curiosidad temprana que despierta en uno y marca para siempre. Fui otro más, entre miles de niños ideologizados desde edades iniciales, a través de la enseñanza impartida en la escuela; otro que gritaba inocentemente: “pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. A pesar de ello, el disfrute de oportunidades en el deporte, el ocio y la docencia, era el punto normal de partida para una infancia feliz, campamentos de pioneros, competiciones deportivas a diferentes niveles, concursos académicos, círculos de interés donde se aprendía materias diversas, en fin, era incapaz de percibir la falta de libertad de todo un país, dado el coro familiar humilde donde crecía, recordemos que ese proyecto en Cuba, hoy total fracaso, perseguía forjar al hombre nuevo. Aún así viví sucesos sociales que han quedado en mi memoria desde entonces y con el tiempo fui comprendiéndolos.
Mi juventud fue de encanto, experimentaciones, trabajo y estudio combinados en una escuela interna, en un campo agrícola, son muchos los pasajes vividos en esa época de aprendizaje, distante de la familia, bajo la misma doctrina de siempre, aunque éramos muchos. Amores, peleas, rivalidades, hermandad, compañerismo, fraternidad; mucho vivido cuando se tiene una edad promisoria y ganas de comerse el mundo. Fue entonces que comencé a interesarme por la poesía, gracias a mi profesora Espinosa, quien amaba la literatura e impartía las mejores clases que he tenido, sin desmérito alguno a mis referentes posteriores. Así, a grandes rasgos, pasó esta etapa de mi vida y me trasladé a la capital de la isla posteriormente a cursar estudios de formación técnica en electrónica, otra equivocación en mi vida, pero sin arrepentimientos, dos años en la extraña urbe habanera, en que el movimiento sociocultural, incluso natural de sus habitantes entonces era constante, un ambiente que me hizo ver otra forma de vida. Luego de esos dos años, comencé a trabajar en una base aérea del ejército en el oriente de Cuba y estuve por siete años en ello, entre tanto seguía escribiendo las visiones y concepción que tenía del mundo.
Fue en ese período que opté por tomarme la literatura un poco más en serio, conocí hermanos de la vida, que hasta hoy compartimos en esencia, pensamientos y sentires que nos llevaron a realizar proyectos activos en la actualidad. Una vez terminada la fase militar, me sumergí en el trabajo de promoción cultural, fundamos el Grupo ENNEGRO para la Investigación, Promoción y Protección de la Expresión Étnica, presidí una organización que agrupa a la joven vanguardia artística y de pensamiento en Cuba, llamada Asociación Hermanos Saíz, en mi Palma Soriano natal, de ese modo estuve alternando actividades con investigaciones, participación en eventos, exposiciones, trabajos de desarrollo local, desde un enfoque cultural, hasta que decidí asentarme fuera de la isla en el año 2015.
Estos últimos años he estado radicando en el País Vasco, ejerciendo labores varias, hoy día trabajo en el sector del metal, nada que ver con mi desarrollo anterior, pero sigo escribiendo, al punto de decidirme a presentar este escrito que forma Fosforescencia del cocuyo, como una antología poética personal.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas de Fosforescencia del cocuyo?
La formación de un pensamiento, una visión de vida que pretende dar su aporte al mejoramiento humano, un tanto de claridad en aspectos propios de la convivencia colectiva, en cuanto a derecho y libertad, deberes y empatía para con el otro. Se pueden encontrar expresiones, maneras de mirar y mirarnos desde el amor, hay lucha y compromiso por ello, formas de tocar la sensibilidad, resaltar el gusto estético a la hora de afrontar, leer, ver y consumir arte y cultura como expresión genuina que nos nace, además de ir más allá del hecho estético, tratar de profundizar en las interioridades para permitir aclarar, mediante interpretaciones, formas de ver la vida y andarla sin esos temores que frenan y sepultan las intenciones de volar y ser.
Temas abordables desde lo social a lo metafísico, lo fabuloso y lo pragmático que, mediante la poesía, con subgéneros como la prosa poética, décima, soneto, y escritura libre, hacen un producto, que al interpretarse, educa, y al comprenderse y sentirse, sana.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
En lo humano, las virtudes, los defectos, esas imperfecciones que a veces ciega y no deja ver más allá lo que verdaderamente somos y el poder de armonizar las energías con la razón y sentimiento dirigidos al bien.
¿Qué quieres transmitir a través de este libro?
Una intención que haga abrir los ojos ante la manipulación de poderes que someten hasta el alma de los seres humanos, que tenemos armas dentro, suficientes para crecer con valores loables; que el mundo, con todo lo que encierra, no es prisión para quedarse, sino un paso de la vida donde dejar huellas dignas, y que las palabras, todas, en la poesía, cambian la oscuridad en luz.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Esta es mi primera publicación. He tenido una trayectoria muy intermitente a la hora de escribir, no he publicado antes, dado entre otras labores, a las condiciones editoriales propuestas a los autores en Cuba que, en aquel entonces, a mi entender, eran un tanto desfavorables y desincentivadoras, actualmente no sé si han existido cambios.
Hoy he vuelto a retomar un aire de estabilidad en la escritura, a pesar de mi lentitud habitual y el respeto a la poesía, porque no suelo hablar vacío, sólo escribo cuando ella llega mediante la inspiración divina, ahí la entrega se hace única y es cuando me vuelco en pleno combate a denunciar, alabar, explorar y elevar el pensamiento a lo universal de su presencia.
¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Estoy leyendo “Neo entes” de Miklós Luckács, porque es una referencia global en una temática muy importante como es el transhumanismo, ahora que la humanidad está siendo tan maltratada y dirigida a designios inseguros de transformación forzosa, con más celeridad que nunca, y este libro pone sobre la mesa la parte tecnológica de ese engranaje, en el estudio de estas aberraciones, que venden como avances en nuestra convivencia con y en el planeta, desde los círculos del poder mundial. Es una referencia académica que describe muy bien dichas intenciones maltusianas eugenésicas.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Sí, luego de terminar el segundo libro “Recuerdos y augurios”, y haber hecho entrega a la editorial, he recomenzado a escribir “TránsEra” un ensayo poético escrito en prosa, precisamente para tratar de tocar el hoy que vivimos y los propósitos del mañana, desde la óptica social, política y humana propia. Después de eso, saldaré la gran deuda que tengo con mi madre Cuba, para darle la palabra que le debo en “El país de mi ventana”. Así que hay cosas por decir, hacer y vivir tiempo tras tiempo.
Lejos lo mejor que he leído una prosa cargada de verdad y humanismo que nos hace reflexionar y abrir nuestros ojos y el alma.
Pocas veces he encontrado un autorretrato tan sincero y noble que por sí mismo invita a la lectura de esta poesía, íntima en lo personal pero navegando en la alta mar de un pensamiento con vocación universal. Sorprende ante todo la espontaneidad en la expresión que le permite profundizar con facilidad gracias a un amplísimo léxico. Permite a la vez al lector, especialmente si es español, disfrutar de la singularidad de un lenguaje cuajado de formas y términos de ultramar que a menudo le obligaran a consultar el diccionario.