
Angelines y su hijo comparten un balcón. Ella se asoma para ver a su amado. Él para ver pasar una vida a la que no consigue integrarse. La madre es un ejemplo de superación, un ser inocente, una niña enmadrada que ha crecido y que relaciona todo lo bueno con el catolicismo y con el socialismo; creencia e ideología de las que su padre hacía gala. Su azarosa vida va a determinar la de sus hijos, cautivos hasta la adolescencia. ¿Cómo es posible?… Su hijo es un contrapunto: patético, divertido y elocuente, siempre detecta algo espiritual en cada acontecimiento. También adulto y reflexivo, lleva una vida singular hasta que encuentra unos manuscritos con los relatos que su madre escribió antes de morir.
«Una ópera prima puede ser una obra tan grande como la historia que contiene; esta lo es porque cuenta cosas que usted no sabía que podían suceder de verdad».
Luis Folgado de Torres, escritor y editor
José María Cuéllar Céspedes. Navegando entre los mundos de la cultura y de la seguridad, de la escena y la teoría esférica, del canto y de la protección, escribe sus novelas en el área de autocaravanas de Kobetamendi, en Bilbao. Nos presenta aquí su ópera prima, en la que nos ofrece con generosidad un relato con dos personajes principalísimos, diferenciables tanto por sus registros idiomáticos como por el contexto; inspirado en los recuerdos de su familia en general y de su madre en particular.