Mallorca, patria de Colom
4.99€ – 19.00€
ISBN 978-84-18250-20-0
ISBN digital 978-84-18250-21-7
Depósito legal: M-9262-2020
Número de páginas: 394
Formato: 150×230
Autor: Pedro Cuesta Escudero
Biografía:
Natural de Albacete, cursó sus estudios de Magisterio en Madrid y los de Filosofía y Letras, sección Historia Moderna y Contemporánea y el doctorado en la Universidad de Barcelona. Jubilado de la docencia. Entre sus obras sobre historia y docencia destacan La escuela en la reestructuración de la sociedad española (1900-1923), donde se analiza la pugna entre la Iglesia y el Estado por el control de la educación; Trasllat de la Unversitat de Cervera a Barcelona (Ed. Dalmau colección Episodis de la Història, 1977), cubre un hueco en la historiografía catalana; Félix Martía Alpera (1875-1946) La seva contribució a l’escola pública, homenaje a tan insigne pedagogo valenciano; Atrapado bajo los escombros (Ed. Sunya, 2011), manual de supervivencia en situaciones extremas; …Y sin embargo es redonda. Magallanes y la primera vuelta al mundo (2012); Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra; Colón y sus enigmas, primera aproximación a esta figura tan trascendental para la Historia.
Sinopsis:
Tras un riguroso estudio, con documentación y argumentos convincentes, podemos demostrar que Cristóbal Colom no nació en Génova, como oficialmente se admite, sino en Felanitx (Mallorca) y es hijo del malogrado Príncipe de Viana. Al considerar que tenía sangre real, de la casa Trastámara, muchas piezas del puzle encajan. El origen humilde que se le atribuye hace difícil entender que, en una época en el que el analfabetismo entre las clases humildes era la regla, Colom tuviera unos conocimientos científicos, humanísticos y de idiomas que aún en nuestros días serían excepcionales. A poco que se conozca la organización social del siglo XV, el hijo de un cardador de lanas jamás se hubiera podido casar con la aristócrata Felipa Mónis de Perestrello, emparentada con la casa real de Braganza. Si a Colom se le concede en abril de 1492, antes de realizar el viaje descubridor, los títulos de Almirante de la Mar Océana, Virrey y Gobernador general de las tierras descubiertas y la dignidad de Don, solo usado por los miembros de la familia real y de alta nobleza, no podría ser un cualquiera y mucho menos un plebeyo genovés. Para Cristóbal Colom navegar hacia el sol poniente, primero fue una intuición, que se convirtió en idea, la idea en plan, el plan en obsesión y tras la muerte de su esposa en el único propósito de su vida.