Nací y vivo, desde siempre, en Palma de Mallorca y de eso hace 63 años. Felizmente casado, con mi compañera de toda la vida, desde el año 1979.

Mi padre, director de hotel, me encauzó hacia el mundo de la hostelería y me diplomé en turismo, pero cierto espíritu aventurero me impulsó a opositar al cuerpo de bomberos de Palma, aunque después me pasé a los bomberos del Consell de Mallorca, donde ocupé diversos cargos, como el de técnico de prevención y formación, así como jefe de Servicio durante 4 años. En la actualidad soy sargento de prefectura.

Entre una cosa y otra, me licencié en psicología y realicé algunos másteres que complementaron mi formación. Inmerso en el mundillo de las emergencias publiqué algunos artículos sobre el estrés de los bomberos, sobre su formación y entrenamiento, y sobre la atención humana a las víctimas. En ese contexto participé en la creación de la Sociedad Española de Psicología Aplicada a Desastres, Urgencias y Emergencias (SEPADEM), de la que soy socio fundador.

Aficiones: Como isleño, el mar siempre ha estado presente en mi vida y, junto con mi mujer, disfrutamos de viajar, bucear y navegar. En nuestra juventud visitamos diversos países donde practicamos inmersiones espectaculares: el caribe colombiano, océano Pacífico, islas Canarias, islas Azores y, como no, muchas inmersiones en uno de los lugares más bellos del Mediterráneo: el archipiélago de Cabrera, tan solo a once millas náuticas de donde pasamos la mayoría de los veranos: la Colonia de Sant Jordi.

Durante años disfrutamos de navegar en nuestro velero: el Isla, un Puma 27 con el que hicimos memorables singladuras por todo el archipiélago Balear. Hoy en día pertenece a unos buenos amigos y, de vez en cuando, seguimos navegando en él. También nos hemos alejado algo más alquilando un velero con el que surcamos las aguas de las preciosas islas Azores.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: No lo puedo evitar, soy tímido, y de los mallorquines se dice que somos cerrados, aunque nos abrimos completamente cuando conocemos a las personas. En cualquier caso, con los años he mejorado en ese aspecto. Me considero una persona sencilla y reflexiva, lo que me ha llevado a entrar en el mundo del ensayo filosófico; algo obsesivo, lo que me obliga a releer una y otra vez todo lo que escribo a la búsqueda de mejorar una frase, una idea o un pensamiento; por último, diría que necesito tener siempre un proyecto en el que trabajar e invertir mi tiempo, si no, estoy más perdido que un pingüino en el desierto.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Me metí en esto, siendo ya algo mayorcito y casi sin darme cuenta. Un compañero de trabajo, que había sufrido un accidente, estando convaleciente me comentó que estaba pensando escribir una novela y a mí, no se me ocurrió otra que soltarle una retahíla de consejos: que si antes de escribir hay que ser un gran lector, que si te conviene entrar en Internet y buscar páginas de escritores a ver qué se cuece, que igual deberías empezar por algo menos ambicioso como relatos cortos, etc. Cuando salía de su casa, me decía a mí mismo: pero bueno, ¡tú qué sabes de todo esto, como para dar consejos! Al llegar a casa tecleé «escritores» en Internet y apareció una página dedicada a recursos para escritores «escritores.org». Fue el inicio de todo. Descubrí que existían editoriales y otras entidades que organizaban certámenes en los que se podía concursar en cualquier modalidad (relato corto, ensayo, poesía…). Después de algunos relatos que escribí con mucha ilusión y con los que participé en varios certámenes, con más pena que gloria, finalmente conseguí algún resultado: quedé finalista en el VII certamen de relato corto del Canal Literatura, que significó una inyección de motivación; más tarde fui galardonado con el Premio Limaclara de ensayo; ganador del IV Certamen de Relatos Cortos sobre Derechos Humanos, de Amnistía Internacional Andalucía; segundo premio en el VIII Premio Intergeneracional de Ensayo, de la Fundación Unir; y alguno más. Entre y entre, me puse con una novela «Expoliadores» y la presenté a algún concurso, sin éxito, aunque conseguí que la agencia literaria Antonia Kerrigan se interesara y tuve, como agente literaria a Lola Gulias, hasta que abandonó la agencia por otro proyecto personal. Con mi segunda novela tuve más fortuna: «El enigma de isla Bouvet», con la que conseguí un premio «Premios Noveles de Literatura», que organizó la Fundación Orfeo y donde tuve la oportunidad de conocer a los miembros de jurado, los escritores: Javier Azpeitia, Jesús Ruiz Mantilla y Juan Marchán. En el año 2016, quedé primer finalista en el Premio Alféizar de novela, con el título: El secreto de la Candelaria. En el 2018, con la misma editorial publiqué: La isla inaccesible, una novela histórica sobre la conquista de las Azores (llamadas las Terceras en la época).

Autores preferidos y por qué: Para evadirme y pasar un buen rato, me gusta la novela de aventuras y, en ese contexto, me han entretenido mucho las de Fernando Gamboa: Capitán Riley, y la serie novelas que le siguen con el mismo personaje; también he leído bastantes de los autores Douglas Preston y Lincoln Child. Con Arturo Pérez Reverte he disfrutado de novelas como: La Carta esférica, La Reina del Sur, La piel del Tambor, etc., novelas en las que se adivina un gran trabajo de documentación. Me entusiasmé con Marcos Chicot y su serie de asesinatos de filósofos memorables: El asesinato de Pitágoras, El asesinato de Sócrates y El asesinato de Platón. También tuve el placer de descubrir a un autor argentino que llenó muchas tardes de lectura: Cristian Perfumo, con un estilo que me cautivó junto con su capacidad para mantener la intriga y con los giros que va dando a sus historias: Rescate Gris, El secreto sumergido, Dónde enterré a Fabiana Orquera, El coleccionista de flechas y otros. Como lector de novela histórica, hallé al, para mí, inigualable Santiago Posteguillo. Cuando lo descubrí con la novela Africanus, supe que no podría dejar pasar ni una sola de este escritor sin leer, pues además de mostrar algunos hechos históricos, sabe mantener la intriga, el misterio y la tensión durante el relato. También disfruté con El tiempo entre costuras, de María Dueñas, una novela con un lenguaje conciso y sencillo que se hace adictivo en el trascurso de la lectura. Y tantos otros que no puedo recordarlos a todos. Actualmente estoy con Últimos días en Berlín, de Paloma Sánchez-Garnica, que quedó segundo en el Premio Planeta del 2022, pero que me está gustando más que la novela ganadora.

Con toda seguridad, muchos de estos autores han influido en mi forma de escribir. En mi opinión, las novelas tienen, como objetivo prioritario, entretener. Con esa premisa, me impongo el reto de no aburrir a mis posibles lectores y mantenerlos intrigados, como hacen con maestría Posteguillo, Perfumo, Chicot, etc.

Tu obra favorita de otro autor: Qué pregunta más difícil de responder. Por mencionar alguna me quedaría con Africanus, de Santiago Posteguillo, quizás por haberla empezado sin demasiadas expectativas y la sorpresa y el entusiasmo que sentí a medida que avanzaba en la lectura, pero otras de las mencionadas también me han resultado muy placenteras y me cuesta establecer una jerarquía.

Tu obra favorita de las que has escrito: Por tenerle un cariño especial, diría que El enigma de isla Bouvet, pero como autor, me siento especialmente orgulloso de la última: «Ocurrió durante la Guerra de la Oreja de Jenkins»  que fue finalista del Premio Hispania de Novela Histórica. El proceso de documentación fue arduo y creo haber conseguido suficiente fidelidad con lo que pasó en esas batallas, además, los personajes, algunos reales y otros no, junto con la parte ficticia de la narración amenizan el relato y enganchan al lector. En la novela enlazo dos episodios épicos de la historia que, de haber sido protagonizados por Inglaterra o los EE. UU., no tengo la menor duda que Hollywood nos habría obsequiado con varias películas y algún remake.

Tu estilo literario: Hasta el momento he trabajado básicamente en la ficción de aventura y en la novela histórica. En ambos casos muy influido por lo que yo mismo leo, pero con alguna particularidad. En las de aventura: doy saltos al pasado para entrelazarlo con el presente. En expoliadores, por ejemplo, unos buceadores aficionados, tras el hallazgo de un pecio romano, se dedican a extraer ánforas y otros objetos del antiguo naufragio. Durante el proceso, hallarán una estatua con una misteriosa inscripción. Al investigar el origen de ésta encuentran una conexión con un legendario general romano. Además, la intromisión de otro grupo rival de expoliadores provocará situaciones extremas en las que se verán involucrados el protagonista y su amigo. En algunos capítulos se regresa al pasado donde, a través de la vida de un legionario y de las batallas en las que se verá inmerso, el lector va hilvanando los hechos históricos con el hallazgo en el presente.

Es un ejemplo de la forma en la que, hasta el momento y referido a la novela de aventura, suelo trabajar, lo que a la postre se podría decir que son novelas a caballo entre la aventura y la historia. Algo similar se da en El enigma de isla Bouvet y en El secreto de la candelaria.

Una cita de un autor que te guste: No recuerdo si la frase es textual porque hace tiempo que lo leí, pero en la reina del sur, de Pérez Reverte, un guardia civil relegado a un aburrido puesto por no dejarse involucrar en tejemanejes sucios de los narcos y de algunos mandos corruptos, desde la serenidad con la que acepta su situación, dice algo así como: «Ningún Pepito Grillo llegó nunca a nada».

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Desde hace un tiempo, retomo y aparco un borrador que se enmarcaría en la ciencia ficción. También dándole vueltas a un ensayo sobre ética política y social. Eso significa que probablemente volveré a pedirles a mi hijo Daniel: un gran lector que además tuvo su momento al ganar un premio con una novela titulada «Paraíso infectado», y a mi sobrino Sascha: otro gran lector y un pequeño genio informático (lo de pequeño entrecomillado porque es un tiarrón), que me echen una mano leyendo algún borrador. También suelo acorralar a algún buen amigo para lo mismo, como Ángels Estévez, que es una buenísima filóloga y que encuentra lo que yo no veo, aunque lo mire cien veces. Hasta el 2019, año en el que nos dejó, conté con la inestimable colaboración de mi antiguo profesor y amigo, Miguel Massot, con el que pasé magníficas tertulias de café. Una pérdida muy sentida en el mundo de la enseñanza.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Veo a mi especie como el resultado de una evolución que la ha llevado a ser la única capaz de destruir el planeta, pero al mismo tiempo con el potencial para llegar a crear dioses.

Dicen que estamos llegando a un punto crítico, con un mundo sobrepoblado y contaminado, que, de no encontrar la fórmula para convivir todos con las diferentes religiones, los distintos sistemas políticos, la sobreexplotación de los recursos, etc., nos conducirá al abismo, a nuestra propia extinción o a una hecatombe de la que sobrevivirán, si sobreviven, unos pocos.

Con estas premisas me vienen a la cabeza algunas frases: «Lo único que se necesita para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada» (atribuida a Edmund Burke); o esta otra «El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad (atribuida a Einstein). Quizás la mayoría no estamos en condiciones de aventurarnos en grandes gestas para intentar cambiar nada, pero, en una democracia, tu voto es algo serio y no deberías tomártelo a broma. Esta otra frase te lo expresa muy bien: «Curiosamente, los votantes no se sienten responsables del fracaso del gobierno que han votado» (Alberto Moravia. Escritor italiano). Tenemos un largo camino para que nuestra sociedad tenga, mayoritariamente, bien asimilados los valores democráticos; algo imprescindible para que una democracia sea eficaz. De momento estamos lejos de ese ideal y nuestra sociedad está muy polarizada. Tendemos a una división entre buenos y malos: «Si piensas como yo eres de los buenos, de lo contrario, eres de los malos».

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies