David Pascual Ballester autor del libro El efecto del roce de una mirada sobre la piel. Editorial Adarve, publicar un libroSobre mí… Madrileño de nacimiento, vigués de adopción y entre medias, media vida en la comarca de Compostela. Llevo un poquito de cada lugar y cada lugar ha dejado cosas en mí. Ahora disfruto del reencuentro con la ciudad olívica, urbe llena de “luces” pero también sombras. Estoy redescubriendo Vigo y reencontrándome con su maravilloso e inspirador mar todos los días.

Aficiones… Me encanta leer y por supuesto, escribir. Soy un enamorado del verano, la playa, las conversaciones con amigos bajo las sombrillas de los chiringuitos. Aprovecho en cuanto puedo para dar largos paseos en moto y disfrutar del paisaje y de esa sensación de libertad que produce. Me encanta hacer deporte todos los días, salgo a correr y cada día me esfuerzo en batir mis propias marcas, es un auténtico privilegio poder correr cerca del mar a diario. Mientras las fuerzas me acompañen seguiré corriendo, nadando o caminando y también disfrutando de todos los espectáculos deportivos como espectador.

Un hombre sensible y emocional… Soy una persona introvertida, con mucho mundo interior, algo inseguro. Aunque me gusta socializar, amigos los justos y algunos conocidos más. Me gusta el color  de la noche, pero disfruto con los largos paseos solo recorriendo las calles de la ciudad o bordeando la costa. Creo que consigo adaptarme con facilidad a las diferentes situaciones o ambientes que se cruzan en mi camino. Me conformo con cosas sencillas y no aspiro a grandes lujos. Muy emocional, eso sí. “Algo impaciente” dicen las malas lenguas aunque muy buena persona y un romántico caballero del siglo XXI.

Escribo por varias razones… De muy niño, aún no habíamos estrenado la democracia, mis padres me trajeron a vivir a Vigo, donde crecí, jugué, estudié, aprendí, me enamoré por primera vez. Empecé a escribir poemas durante la adolescencia tardía. Gonzalo, un profesor de Literatura del instituto Alexandre Bóveda, descubrió en mí un verdadero interés por la literatura y concretamente por la poesía. A medida que me enamoraba y desenamoraba, los versos fluían. Mis primeros escritos fueron motivados por la necesidad de expresar muchos sentimientos de la adolescencia. Considero que la poesía proporciona a los jóvenes una salida sana para dar cabida y recoger todas sus emociones, quizás por ello la poesía fue el género escogido de una manera natural.

Mis estudios tomaron un camino bien distinto y estudié la diplomatura de Graduado Social en la Universidad de Vigo, así mi afición se apagó y no volvería a sentir la necesidad de escribir hasta algunos años después, ya en Compostela. Ahora, en plena madurez y después de otra larga travesía por “el desierto de la falta de inspiración”, retomé la escritura y decidí a publicar mi primer poemario, La intensidad de vértigo, mezcla de antiguos poemas de juventud con otros nuevos, más maduros y contemporáneos. Luego vendría El efecto del roce de una mirada sobre la piel y pronto Viaje de espuma y sal. También he escrito algún blog con artículos de temática social y política que me interesa bastante pero donde me encuentro más a gusto es  expresando mis sentimientos de manera natural, emociones que son difíciles de comunicar con cierta lógica y requieren de imágenes y evocaciones que me ayudan a entenderme mejor, sentimientos que no me atrevo a expresar de otra manera. Para mi escribir es un verdadero desahogo para comunicar frustraciones, miedos, incertidumbres y la complejidad del amor.

Mis autores favoritos… Para mí han sido muy especiales García Lorca (Poeta en Nueva York) o Miguel Hernández porque fueron sus poemas los primeros que me abrieron los ojos, la mente y el corazón a un mundo de expresión que hasta ese momento desconocía. Gil de Biedma ha sido también un referente posterior y un escritor que considero de cabecera. También admiro a escritores como Bukowski, García Montero o Ángel González. Además, he bebido mucho de la inspiración de la música y han influido en mí cantantes como Sabina, Serrat, Aute o, incluso, Jim Morrison.

Pero no sólo de poesía vive el poeta y recuerdo especialmente una novela de Patrick Suskind, El perfume, fascinante y fantástica mezcla de novela histórica, thriller, drama social…y por supuesto el secreto mundo de los olores. Me impresionó, sobre todo, su capacidad descriptiva.

De este autor recuerdo también una, novela corta que siempre me ha perseguido en mi mente a lo largo de los años, La historia del señor Sommer. El señor Sommer todos los días del año salía de su casa a primera hora y no paraba de andar hasta que llegaba noche. Aunque nevara, granizara o quemara el sol caminaba kilómetros sin hablar con ninguna persona. Quizá me parezco en algo a este señor, ya que uno de los momentos del día que mas disfruto es cuando camino en solitario recorriendo la ciudad solo, inspirándome en lo que veo y a menudo  realizando un viaje nostálgico al país de mi niñez como el personaje de Suskind.

Mi estilo literario… No descarto intentar en algún momento lanzarme a la escritura de alguna novela, hay tramas en esta ciudad de luces y sombras que quizá estén esperando a ser contadas desde un punto de vista de la sátira social, temas sociales que son comunes a la época en la que vivimos, muy tecnológica y repleta de personajes sin alma, oscuros, sin escrúpulos, gente de sonrisa falsa y carentes de empatía, verdaderos diletantes que pululan por nuestras ciudades. Sería una mezcla de novela negra, contemporánea, cruda y realista.

Pero hasta ahora, con la poesía y mis pequeñas incursiones en el mundo de la crítica política y social he tenido suficiente, aunque sigo dándole vueltas a la trama, os iré informando.

Quédate con esta cita… Aunque no suelo recordar frases concretas ni soy amigo de aforismos pero, sí que hay un verso de una canción que canta Serrat que dice “amor no es literatura si no se puede escribir en la piel”.

Actualmente… A punto de publicar Viaje de espuma y sal, espero que pronto podáis disfrutar mi tercer libro.

Un futuro algo incierto… Me da la sensación de vivir en un mundo en el que todo va muy rápido, todo debe ser inmediato. Lo que compro por internet, lo que pido en un bar, la respuesta a un mensaje. Vivimos en un mundo de sobreinformación, tanta que nos insensibiliza. Vemos todo como si fuera una película de Netflix y creemos que no nos debe afectar. Existe una verdadera desrealización, no vivimos en la realidad sino en las redes sociales, envueltos en falsos sueños, padecemos una cierta extrañeza ante lo que nos rodea como espectadores externos y creo que es una bomba de relojería que hace que los individuos terminen por implosionar y que la sociedad en la que vivimos tenga un futuro incierto.

Mi mejor proyecto… ¡Qué mejor proyecto que vivir al día! Tratando de saborear intensamente cada trago. Intentando disfrutar de los momentos y las personas que me rodean. Momentos que nos den, al menos, la sensación de felicidad.

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