Carlos Reyero

 

Carlos Reyero autor de Por mano distinta. Editorial Adarve. Publicar un libroTengo 63 años. Vivo en Madrid. Pasó temporadas en Cantabria y, siempre que puedo, me escapo a ese territorio privilegiado por la naturaleza y por la historia entre Sevilla y la bahía de Cádiz, donde está una parte de mi memoria.

Nací en Cantabria, que siempre es un referente, aunque de forma continuada no vivo allí desde hace muchos años. Empecé la carrera de Filosofía y Letras en Salamanca y cursé la especialidad de historia del arte en Madrid, de donde también me siento y donde he desarrollado la mayor parte de mi vida profesional como profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. A decir verdad, casi siempre he hecho míos los sitios en los que he vivido, sobre todo Cádiz, a donde llegué como profesor de Enseñanza Media hace cuarenta años. Después he pasado por Santander, Barcelona y Valencia, con algunas estancias en Roma y París, para acabar, de nuevo, en Madrid. Por el momento.

Aficiones: La profesión y las aficiones han estado siempre muy unidas. Mi trabajo de profesor e investigador ha tenido un componente placentero. Me gusta leer, mirar, pensar, escribir, escuchar y hablar. De eso he vivido y con eso he disfrutado. También me ha gustado viajar, ir al cine y comer, aunque todo ello ha perdido la importancia que tenía.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Soy muy solitario, aunque tengo facilidad para el trato. Quizá sea una de mis muchas contradicciones. Siempre me muevo entre la complicidad y la prevención, la transparencia y el pudor. Los demás me encuentran irascible e impaciente. Soporto mal las contrariedades, sobre todo si vienen de la soberbia, el egoísmo o la necedad.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritor/a: La tarea de escribir ha estado ligada a mi actividad profesional como investigador: no hay descubrimiento sin comunicación. La escritura es una forma más de trasmitir. Siempre me ha preocupado llegar más allá del ámbito estrictamente académico. Por eso me gusta el formato libro. Nunca se sabe a quién ni donde ni cuando puede llegar. Los libros siempre tienen distintas lecturas. Aunque el registro narrativo de la ficción es peculiar, algunos géneros académicos, como el ensayo, por ejemplo, tienen un componente literario. La tentación de vincular la escritura a una invención personal ha estado siempre ahí. De hecho, la frontera entre ciencia e imaginación, en el ámbito de las humanidades, está más desdibujada de lo que parece.

 Autores preferidos y por qué: Admiro a los novelistas del siglo XIX por su capacidad para construir personajes con un par de pinceladas y sumergir al lector en historias creíbles, Galdós, sobre todo (pero muchos otros, Flaubert, Clarín, Tolstoi… y tantos): a la vez que se interrogan por el mundo en el que viven, extraen lecciones profundas que siguen vigentes; me emocionan los escritores que son capaces de enhebrar sensaciones subjetivas sobre los relatos que cuentan (pienso en Proust, pero también en Esther Tusquets o en Marguerite Yourcenar); y he leído mucha novela negra, de desigual calidad, donde la frontera entre lo terrible y lo banal se diluye (lo que personalmente me encanta; si hay un toque de ironía y sentido del humor, como en Eduardo Mendoza, todavía más; aunque, por otra parte, también me gustaría escribir tan fríamente como Patricia Highsmith). Reconozco que es un cóctel disparatado. De todos ellos desearía haber aprendido más de lo que he sido capaz de ejecutar.

Tu obra favorita de otro autor: Recuerdo cuanto me fascinó La piedad peligrosa de Stephen Zweig (reeditada después como La impaciencia del corazón). Reconozco que me atrapó su argumento. Pero todos los personajes femeninos de Zweig son arrebatadores: Cristine, la protagonista de La embriaguez de la metamorfosis es inolvidable.

Tu obra favorita de las que has escrito: Por mano distinta es, por el momento, mi única obra de ficción. Pero entre los trabajos académicos tengo especial predilección por Fortuny o el arte como distinción de clase (Cátedra, 2017)

Tu estilo literario: Por un lado, me atrae la novela histórica, por su capacidad nostálgica y evocadora; por otro, la novela negra, porque permite explorar aspectos oscuros y contradictorios de la personalidad humana.

Una cita de un autor que te guste: Lo más común, vulgar, próximo y simple, eso soy yo (Walt Whitmann)

 Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: He terminado una novela negra un tanto sui generis titulada Un crimen pretencioso. Pero no he abandonado el ámbito de la investigación académica: espero se edite pronto una biografía sobre Antonio Ramos Meneses, duque de Baños, compañero del rey Francisco de Asís, y preparo un libro sobre la utilización del arte en la caricatura y el humor gráfico.

 Algo sobre tu manera de entender este mundo: Una pasión inútil (eso ya lo dijo Sartre). ¿Pero hay alguna pasión útil?

Tus proyectos inmediatos: Espero seguir teniendo tiempo y ganas para seguir escribiendo.

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