En su Autobiografía no autorizada de un boludo disléxico, el protagonista relata y pone en duda el mandato familiar de ser y vivir toda una vida como un verdadero estúpido argentino. Ya el título nos deja dudas de su estupidez, astuta y contradictoriamente. Lucha en su interior con una personalidad un tanto rebelde contra el sistema desde su tribuna como periodista, pero su mayor lucha no es con políticos, sindicalistas y empresarios o con las fuerzas armadas. El protagonista pelea contra su infancia, cuando su familia le hizo creer que siempre fue un boludo argentino, un estúpido y que nunca dejará de serlo .Alejandro describe con presión, dolor y humor un tanto obscuro cómo es nacer en el seno de una familia de clase media argentina en la década de los 60, en la que absolutamente todos en aquel país son descendientes de los europeos menos instruidos, huidos del hambre tras la Segunda Gran Guerra. Historias, análisis que nunca lo abandonan, sobre la vida de su país y del mundo en general, y algunas alegrías acompañadas de mil penurias lo llevarán a buscar refugio. El tiempo dirá si fue o no una buena decisión.
Alejandro Domingues Martins. El problema de la dislexia ha marcado toda su vida. Por lo demás, ha hecho televisión, vasijas de barro y política. Su paso por el arte, la música, la literatura, la actuación, el canto lírico, los deportes más variados, las artes marciales, los idiomas, las matemáticas o el origami fue tan desastroso que mejor digamos que jamás hizo nada de aquello. Influido por la editora Andrea Fernández, a través de cortos textos de escasos mails, ha logrado cambios increíbles en su obra. Podríamos decir que él convirtió a la desdichada editora en responsable de que se viera impreso este su primer volumen.