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¿Qué tan breve o tan poco breve puede ser lo breve? Esta pregunta es, en esencia, la que ha motivado la colección que aquí se presenta. El autor se ha propuesto, en primera instancia, ejercitar la narrativa breve. No obstante, se le ha entrometido la agenda oculta: ¿por qué y para qué escribir?, ¿de qué escribir?, ¿para quién escribir?, pero, sobre todo, ¿cómo escribir?… Respuestas que ha buscado en el viaje del que resulta su obra. A través de esta colección, los lectores son llevados por las trampas de la memoria y los recovecos que son desentrañados por los sueños y a un andar guiado por extraños designios. Por otro lado, el combustible en el viaje es el afán de las labores mentales que se hacen para lograr historias. Se entrega una pieza con muchas otras que tienen en común lo breve, pero se mueven en variaciones temáticas para ofrecer el universo básico de alguien que se propone navegar por el océano de la brevedad en el mar de la escritura. El autor nos dice que «lo único que quiero dejar claro es mi compromiso con el lenguaje y mi amor por la literatura» y agrega: «lo que el lector obtenga será también un logro para mí, quizá nunca totalmente conocido, pero de todas formas satisfactorio».
Mario Miguel Ojeda. Miahuatlán, México, 1959. Ahora, con su tercer libro, regresa a la narrativa breve. Lo que podemos contar y Densidades deducidas, publicados también por Editorial Adarve, le permitieron a este profesor e investigador universitario radicado en Coatepec, Veracruz, México, hacerse con su identidad de relator; se dice para sí, que «ahora ya sí me siento todo un escritor». De esta manera, aquella aspiración, el llamado interno que con la edad adulta se le vino haciendo cada vez más insistente, ha tomado la forma de una decisión de vida. Consistente con su creencia de que su ejercicio en la escritura creativa se debe nutrir con la lectura, ahora se prepara para dedicar mucho más tiempo a leer y escribir. Con la entrega de la obra que aquí se presenta ratifica su compromiso: seguir por este camino, cuesta arriba, acompañado por un mayor número de lectores como usted.
«La prosa de Mario Miguel es sencilla, lo que no significa que sea simple; muy al contrario, este lenguaje directo y natural es capaz de hacernos llegar toda suerte de sentimientos, recuerdos, emociones e introspecciones de una forma llana, huyendo de los alardes y acercando, como pocos autores saben hacerlo, los protagonistas al lector».
Luis Folgado de Torres, escritor y editor