Soy autor de la novela, Gorka, sígueme.

Deseo hacer unas breves reseñas sobre quien soy, la razón de esta primera obra y tratar de identificarme con los lectores.

Nacido en Madrid. Resido desde hace cuatro años en Sanxenxo, localidad de la provincia de Pontevedra.

Gorka, sígueme, era un proyecto largamente madurado y deseando ver terminado, editarlo por amor propio y porque se lo prometí a una persona animadore de esta historia, que tuvo mucha influencia en mí.

Hasta hace unos cinco años, en mi vida pasada, no he tenido relación con la vocación de escribir. Me dedicaba profesionalmente desde el año 1980 al comercio relacionado con los zapatos y ropa confeccionada con cuero.

Siempre he sido una persona muy abierta en el trato, extrovertido, y considero que me beneficia.

Quizá por esa razón, en mi novela, he conseguido sin ninguna dificultad introducir abundantes personajes y manejarlos a mi antojo según los necesitaba en la historia.

Puedo estar confiado en que no me he sentido influenciado por otros autores. Gorka, sígueme es una narración plasmada como si fuera algo personal.

¿Autores que he leído? Seguramente menos de los que debería. Aunque parezca excusarme, mi mente ha estado desarrollando todo lo interesante para mis actividades comerciales. Apenas me distraían a otras cuestiones, y que además era lo que deseaba, no perder el curso de la moda y del negocio, pues debía afrontar cada seis meses inicios de nuevas temporadas.

Patria, de Fernando Aramburu, ha sido una lectura por mi parte muy entregada. Hay otros títulos cuya lectura ha sido más entretenida y distraída.

Recientemente, Largo pétalo de mar, de Isabel Allende, de la que he leído varias obras. Y de Dolores Redondo, La trilogía del Baztán, entre otras.

Hablando de mi obra, Gorka, sígueme la considero una novela narrativa de formato thriller, cuyo desarrollo se inicia con el secuestro de Gorka, un representante de empresas fabricantes de calzado en una operación enrevesada con todo lo que conlleva el tráfico de drogas en la que miembros corruptos de la Guardia Civil y la intervención de un agente de la DEA, venden la cocaína decomisada en una operación desarrollada en alta mar, a un tal Maurizio, capo de una organización criminal en Madrid.

Durante estos acontecimientos se crea una estrecha relación entre Idoia, oficial en la Guardia Civil, responsable de la operación, y Gorka que se prolonga más allá de estos sucesos. Ella es la dominante, lo que genera el título de esta novela.

Según van sucediendo los hechos relatados por el citado representante, su familia denuncia a la Policía esa desaparición. Desconociendo que puede haber sucedido con él y la ausencia de noticias, lo que provoca la actuación en la trama, de dos inspectores de una Comisaría de Policía de Madrid. Se descubre la oculta relación extramatrimonial de Gorka. Relación con una mujer llamada Marga, que tiene una hija adolescente. El relato relacionado con esa persona nos conduce casi involuntariamente a darnos cuenta del amor que se profesan Marga y Gorka. Relación madura de muchos años y que les presenta felices.

Sigo trabajando en la actualidad, en un proyecto básicamente escrito en poesía libre, conducido como una sucesión de experiencias y fantasías románticas.

Es mi deseo circunscribirlo a los tiempos que estamos viviendo, al presente actual.

Presente, a esta publicación en julio de 2022, que me hace filosofar de forma algo deprimente.

Las realidades hoy en día, contemplando lo que sucede a esta sociedad con sus a veces desbocados gustos por la filosofía de entender la vida, los afectos en ocasiones desorbitados en temas de carácter sexual. El egoísmo, con mayúsculas, la falta de solidaridad con el prójimo. Las circunstancias económicas, las influencias de sistemas políticos enfrentados, guerras innecesarias, políticos manipulables y manipuladores, y dictadores descerebrados, me hace necesario recogerme en mi estudio al frente del teclado y dejar que todo transcurra sin mi intervención. Total, como sucedió con sistemas económicos, imperios y culturas, habrá cambios trágicos que impondrán nuevas órdenes de vivir en este planeta que se hace cada vez más pequeño.

Analicemos y no nos equivocaremos. Meditemos sobre el pasado de nuestra historia conocida. Roma y los siglos de hegemonía en el mundo de aquella época. Otras dominaciones, siempre de carácter económico y militar que se mantuvieron durante siglos, como las de los fenicios, griegos, cartagineses, egipcios, aztecas, incas, españoles, sin ir más allá. Todas esas civilizaciones tuvieron un inicio triunfante, un progreso económico cada vez más beneficioso, apoyado con sus poderes militares, hasta un inevitable ocaso y derrumbamiento trágico.

¿Y quién lo padeció? Todos. Y todos, los de abajo y los de arriba. Nadie se salvó. Nadie se va a salvar.

No escarmentaremos. No. Nunca.

Si soy derrotista, lo soy en virtud de lo que he expuesto.

Vivo, sigo viviendo, deseando que no me afecte muy de cerca. Ni a los míos. Todos los míos que pueden ser ustedes mismos.