Alfonso Vallejo

 

Nací en León (España) en la segunda mitad del siglo pasado, en 1950. Estoy felizmente casado y tengo dos hijos y dos nietos. Desde hace diez años resido en Lima (Perú).

Durante mucho tiempo me he estado preguntando qué es lo que había venido a hacer a la vida. Hoy sigo haciéndome la pregunta, aunque con algo menos de insistencia. Tenía serias dudas de si lo que estaba buscando era la felicidad, la razón de la vida o eran ambas cosas a la vez, porque si la vida fuera lo que aprendí de mis mayores y lo que yo mismo he enseñado en una buena parte de mi vida, sería una triste ironía, por las desigualdades, por las injusticias, por la crueldad y por la sinrazón de la sociedad que nos hemos dado los seres humanos, ya que la vida, tal como se vive en la actualidad, no parece tener ningún sentido.

Hoy sé que buscaba ambas cosas, porque son lo mismo. Hoy sé que la razón de la vida es aprender a amar y que ese aprendizaje lleva implícito la felicidad. Todos buscamos lo mismo, pero en lugares equivocados. Buscamos en el exterior cuando nada del exterior puede satisfacer al auténtico ser, porque el ser es eterno y todo lo que se pueda conseguir en el exterior es finito, con fecha de caducidad, que es lo mismo que decir con fecha de sufrimiento para el ser humano que, en algún momento, pierde lo conseguido.

Por eso hace ya un tiempo que busco dentro de mí. Soy un ser humano que, como todos, está aprendiendo a amar. Y ese aprendizaje lo hago tratando de ayudar a otros a través de mi trabajo como sanador espiritual, pero como ese es un trabajo de persona a persona, para tratar de llegar a más empezó a crecer en mi interior la necesidad de escribir.

No me considero un escritor. Soy un sanador que escribe sobre las etapas del camino que todos hemos de recorrer.

Centro histórico de Lima (Perú)

He escrito cinco libros: Aprende a meditar, El camino de la felicidad, Alma peregrina, Como mariposa tocando el alma y Rasgar el velo de la soledad (los dos últimos con Editorial Adarve). El sexto, Diario íntimo de un soñador, está en preparación.

Aficiones: Me encanta cocinar y lo hago en casa cada día. Me gusta leer, me gusta pasear y quiero mencionar la meditación porque medito no menos de dos horas diarias, pero sé que no es una afición, es una manera de vivir.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Soy un soñador y, aunque pocas veces he visto cumplirse mis sueños, sigo creyendo en la magia y en los milagros. La misma vida ya es un milagro en sí misma.

Soy tímido, callado y, por lo tanto, un gran escuchador. Es importante saber escuchar porque no es una cualidad que esté muy de moda. En mi trabajo de sanador, solo con escuchar lo que la persona dice y, hasta lo que no dice, es un porcentaje importante en la sanación. Los seres humanos están necesitados de amor y de atención.

Siempre me han dicho que soy un poco loco porque suelo lanzarme al vacío sin comprobar antes si hay red. Si alguien me necesita me encuentra, seguro. Y creo que mi capacidad de trabajo es ilimitada.

 Cuéntanos por qué decidiste ser escritor: Sería muy arrogante por mi parte definirme como escritor. Solo soy, como decía con anterioridad, un sanador que escribe.

Los seres humanos no sabemos por qué ni para qué estamos en la vida. No sabemos de dónde venimos, ni cuál es nuestro destino. Nos pasamos la vida enfrentados los unos a los otros, temerosos por salvaguardar nuestra imagen, nuestra honra y nuestra cartera. Y lo más grave es que pasamos la vida mendigando amor, cuando el amor es nuestra propia esencia.

En cada terapia individual, en los talleres y en las meditaciones, trato de explicar que los objetivos de la vida solo son reconocer que somos una parte de Dios, que todos los seres humanos somos la misma cosa y que tenemos que aprender a amarnos a nosotros mismos para exportar, después, ese amor a los demás. Acercarnos a ese objetivo nos va a llevar a conseguir eso que todos buscamos casi con desesperación en cada esquina: la felicidad.

Y me pareció que para llegar a más personas lo mejor sería abrir el abanico y ¿qué mejor que los libros para hacerlo?

Paramahansa Yogananda (1893 – 1952) fue un yogui y gurú hinduista, precursor del yoga en Occidente, particularmente del método llamado kriya yoga. Introdujo a muchas personas en las enseñanzas de la meditación y muchos conocieron por vez primera la filosofía oriental en su famoso libro Autobiografía de un yogui.

Autores preferidos y por qué: Tendría que decir que mi autor preferido es Paramahansa Yogananda porque siempre hay un libro suyo en mi mesilla de noche y en mi portafolio, para releer en cualquier momento. Supongo que es normal, ya que mis escritos tratan sobre temas de espiritualidad.

Otros autores a los que vuelvo con frecuencia son: Gabriel García Márquez, por su narrativa; Pablo Neruda, por su poesía (tengo algunas páginas escritas de poemas, que puede ser que publique en alguna ocasión), y siguiendo con los poemas, me encanta Dámaso Alonso por la emoción de sus poemas. Y para no hacer más extensa la lista, teniendo en cuenta que vivo en Perú, no quiero dejar de nombrar a Mario Vargas Llosa, por la destreza magistral de su quehacer narrativo.

Tu obra favorita de otro autor: Son dos mis libros favoritos: La energía eres tú, de Erhard F. Fritag, porque fue el libro que me abrió la puerta a una nueva manera de entender la vida; y Autobiografía de un yogui, de Paramahansa Yogananda, por ser un relato apasionante sobre la búsqueda de la Verdad.

Tu obra favorita de las que has escrito: Las dos últimas: Cómo mariposa tocando el alma y Rasgar el velo de la soledad, porque cuando los releo tengo que tener al lado una caja de pañuelos.

Es cierto que soy de lágrima fácil, pero lo que consiguen ellos no lo ha conseguido ninguno de los anteriores. Me emocionaba al escribirlos y me siguen emocionando.

Tu estilo literario: El género literario para encuadrar mis libros es claro: Espiritualidad.

El viaje de la mente al corazón, el reencuentro con el alma y con Dios y la búsqueda interna del amor son cosas del espíritu.

Una cita de un autor que te guste: De Albert Einstein: «Existen dos formas de ver la vida: una es creyendo que nada es un milagro; la otra es creyendo que todo es un milagro». Y de Brian Weiss: «El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión. Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y, para volver a casa, tenemos que recordar el camino».

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: En la actualidad estoy trabajando en el Diario íntimo de un soñador. El título lo dice todo. Son las luchas internas entre mi ego y mi alma.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: En un párrafo de mi libro Como mariposa tocando el alma, explico cómo entiendo el mundo:

«Los nacionalismos, como todos los “ismos”, las religiones, las creencias, las opciones políticas, las tendencias, la sexualidad y, tantos pensamientos erróneos, solo sirven para separar a los seres humanos, todo eso es fuente de conflicto, es germen de guerras.

Pueden comenzar los hombres una guerra por un trocito de tierra o de mar, o porque un avión pasa por un cielo que se considera propio, lo pueden hacer en el nombre de Dios, (ya lo hicieron unos en las cruzadas y lo hacen otros ahora), por un trozo de tela que denominan bandera, por un pozo de petróleo o una mina de diamantes, como prevención de algo que ni ellos mismos saben qué es, por un idioma, o para tapar otros problemas internos.

Todo es producto de la separación entre los seres humanos, y cualquiera que sea la causa de la separación, solo es producto de la ignorancia en la que viven, agravada esa ignorancia por el egoísmo y por las ansias de poder.

Esa ignorancia no significa que sean analfabetos, no, son buenos maestros, abogados, ingenieros o médicos. No es un conocimiento intelectual el que les falta, ese conocimiento, aunque no sirve de mucho, lo tienen. Lo que les falta es saber quiénes son realmente.

Discutir por un trapo, por un trozo de tierra o por cualquier causa que los humanos crean justa, en su corto conocimiento, solo les separa de Dios. En lugar de discutir, en lugar de pelear, en lugar de separar, han de aunar esfuerzos, porque la vida que hay en uno es la vida que hay en todos, porque hoy pueden pelear por quitar una bandera de un lugar y en la próxima vida pueden pelear por volver a colocarla de donde la quitaron ellos mismos.

Todos sois Uno, en la materia todos sufrís lo mismo, todos sentís lo mismo, todos vais al mismo puerto, todos estáis embarcados en el mismo barco, se llama Tierra, ¡Qué bien os iría si todos remarais en la misma dirección!».

Tus proyectos inmediatos: El proyecto en el que estoy trabajando hace algunos años se mantiene intacto, es aprender a amar, de manera incondicional, a todo lo creado. Es una ardua tarea. Paso un examen diario en casa: amar a la familia, respetarles a todos, tratar de entender su momento, aceptar cada situación. Aun me falta para alcanzar el puntaje máximo, mientras tanto, sigo trabajando en proyectos algo menos importantes, como son la sanación y la escritura.

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