LUNA LLENA DE JULIO
Un día te separaste, pero no te llevaste vida continuadora,
y sin embargo,
cuando creces o menguas, parece como si las olas del
incandescente mar
que abandonaste,
habitaran en la luz prestada de un Julio César victorioso
e inerte a la vez.
¡Oh luna!, engendradora de misterios,
ya sé que no hay peces en tu estatua de diosa,
ni flechas cupidas que puedas reivindicar,
pues solo eres una visionaria de los tiempos del hombre,
y no obstante,
lates en la esbeltez, como un dorado pez prodigioso
que no posees en tu mar de siglas confusas.
Ebrio del misterio que arrojas desde tu mapa de ceniza,
yo te elevo en esta noche de julio a los altares sagrados
de la conciencia del hombre,
a la visión cercana y ardiente de aquella despedida,
mientras te siento fluir en el frío espumoso de playa
de una
loca herida…
que buscara su cordura mancillada.
nace en 1958 en un pueblecito de la Castilla profunda, en la provincia de Zamora, en el seno de una familia de agricultores. Tiene recuerdos imborrables de su maestro, don José María Bollo, quien lo inicia en la lectura, su importancia y su belleza. Cuando el ayuntamiento adecuó la antigua escuela de las niñas como biblioteca, resultó el paraíso para Alfonsito «el de Florencia». Concluida la escuela y tras la muerte de su padre, estudia Filología Románica en la U. de Salamanca. Allí adquiere habilidades para la narrativa y la lírica. En la actualidad es profesor de Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato, en la especialidad de Lengua Castellana y Literatura.