Nací en Toledo, hace 61 años, y aquí sigo viviendo, en esta preciosa ciudad. Estoy casado desde hace 36. Mi esposa se llama María del Carmen y, además de ser la mejor de las compañeras, es maestra.
A los 18 años (1976), después de cursar el C.O.U., aprobé la oposición para el Banco de Bilbao y, de esa forma, el que siempre había querido ser médico se convirtió en bancario. Y bien que me alegré con el tiempo pues, poco después y debido al fallecimiento de mi padre, hube de hacerme cargo de la familia, por ello siempre he pensado que las cosas, aún las más peregrinas, siempre suceden por algo. Con el tiempo ocupé diversos puestos dentro de la empresa (hoy BBVA): administrativo, gestor comercial, analista de riesgos, jefe de administración de recursos humanos, técnico de prevención de riesgos laborales y un largo etcétera. En la actualidad, y después de casi 43 años de servicio, estoy felizmente prejubilado; lo que me permite dedicarme a mis aficiones (cuando termino las tareas de la casa…). Han sido muchos años de duro trabajo y sacrificio (los últimos doce desplazándome diariamente de Toledo a Madrid), pero han merecido la pena y me siento muy orgulloso de haber pertenecido a la plantilla de una empresa que siempre me ha tratado muy bien y que ha permitido mi pleno desarrollo personal, profesional y, por supuesto, ha contribuido a la estabilidad de mi familia. Siempre le estaré muy agradecido.
Una vez incorporado al Banco de Bilbao, me matriculé en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, pero no llegué a culminar los estudios. Con el tiempo, y a través de la empresa, fui formándome en diversas materias relacionadas con el mundo de la banca. En 2002 obtuve la titulación de Técnico en Prevención de Riesgos Laborales, y a ello me he dedicado desde entonces dentro del Servicio de Prevención de BBVA.
En 2008 fui galardonado con el Premio Nacional de Prevención de Riesgos Laborales (PREVER 2007), y posteriormente colaboré en el desarrollo de un método de estudio de Riesgos Psicosociales para empresas del sector, por el que también obtuvimos el mismo galardón (2017).
Mi primer libro se tituló Canaán, el germen de la civilización y en él se relatan, de forma somera, los orígenes del pueblo de Israel. Este libro, que no nació con la vocación de ser publicado sino de servir de guía a los amigos y hermanos de la Parroquia de San Ildefonso de Toledo, fue producto del encargo, paciencia y tesón de su cura párroco (mi buen amigo José Vicente), para uno de los cursos de verano a los que asistíamos en Valladolid. Quién sabe, quizás algún día le dé una vuelta y me decida a publicarlo.
El segundo libro (primero que publico) fue David, sueños de un rey y está íntimamente ligado al primero pues, no en vano, conocí profundamente al personaje de la obra mientras preparaba la anterior. ¡Cuántas horas he pasado en el AVE, entre la ida y la vuelta al trabajo, conversando con el Rey David y redactando su vida!
En la actualidad, y aprovechando que ahora cuento con tiempo, estoy escribiendo otra novela histórica basada en hechos reales, esta vez, en la Granada nazarí inmediatamente anterior a su conquista. Mi intención con este nuevo libro es entretener, dar a conocer nuestra historia y a los hombres que la forjaron, revivir la vida cotidiana de aquellos días y tratar de desmitificar la maldita leyenda negra que tanto daño nos hizo y nos sigue haciendo.
Aficiones: Tengo multitud de aficiones y ese es el motivo principal por el que me siento en plenitud: la familia, los sobrinos, los amigos, la historia, la lectura, la escritura, la informática, el deporte (que practico en forma de largos paseos por la mañana), y la única de todas ellas que me da disgustos, mi afición por el Atlético de Madrid.
Soy hombre familiar y casero. Me gusta pasar horas delante de mi ordenador cacharreando, buscando información, con mis escritos y editando vídeo. Siempre me ha gustado el deporte, pero me han faltado tanto la aptitud como la actitud. Me gusta viajar pero, hasta la jubilación de mi esposa, he de esperar a los veranos; no obstante, me encanta desplazarme a Soria en cuanto tengo ocasión para encontrarme con mis amigos Marisa y Santiago, a quienes tanto echo de menos.
Me considero amigo de mis amigos y de todo aquel a quien le haga falta. Disfruto haciendo reír a mis sobrinos, sobre todo a la más pequeña. Me llena de satisfacción cuando mis compañeros de trabajo, de quienes no me olvido, hacen un grupo y vienen a que les enseñe Toledo. Creo que me encantaría hacer la competencia a mi amiga Inmaculada, que es una genial Guía de Turismo.
Rasgo más sobresaliente de mi personalidad: Todos los que me conocen dicen que soy alegre y simpático, pero lo que no ven es mi profunda timidez y el trabajo que me cuesta superarlo. No soy aventurero en absoluto, ni me considero con capacidad de liderazgo, procuro pasar desapercibido, aunque estoy siempre pendiente de cuanto ocurre a mi alrededor. Me considero muy empático y, para mi desgracia, muy perfeccionista. Despistado, reflexivo y con capacidad de trabajo (aunque sigo pensando que la pereza debería dejar de ser un pecado capital).
Me considero católico convencido y creo que a la sociedad en la que nos ha tocado vivir le sobra ideología y le falta corazón.
Por qué decidí ser escritor: Siempre he sido aficionado a la lectura, pero nunca me había atrevido a escribir, excepción hecha de mi juventud en la que emborroné alguna que otra cuartilla.
Mis inicios en el mundo de las letras fue casi por obligación y hace pocos años. A ello me ha ayudado mi afición por la historia y el hecho de pertenecer a la asociación de amigos de la historia: Tulaytula (el Toledo de la dominación árabe).
Precisamente, debido a esta afición, en varias ocasiones me han pedido dar alguna charla, sobre todo en el entorno de la parroquia a la que pertenezco y, fruto de ello, es el primero de mis libros. Lo que desconocen es el tremendo respeto que le tengo a hablar en público.
Mis autores preferidos y por qué: Tengo muchos autores favoritos, aunque no me considero un lector exigente ni entendido. Le tengo un especial aprecio a Alberto Vázquez-Figueroa, porque con alguna de sus novelas me inicié en la afición a la lectura y hasta llegué a pensar que un día yo sería capaz también de escribir.
Me entusiasma la facilidad de escritura de César Vidal; el orden, la sencillez y la información de Santiago Posteguillo; la habilidad para imaginar una historia de mil páginas de Ken Follett; la genial inventiva de Simon Scarrow; el magistral lenguaje de Arturo Pérez-Reverte; los concienzudos argumentos de Frederick Forsyth y John le Carré o la magistral prosa histórica de José Javier Esparza. Pero no son ellos los únicos que me atraen y me divierten pues, autores como Leon Uris, Michael Crichton, Julia Navarro, Javier Negrete, Carl Sagan, Sánchez Adalid y un largo etcétera tienen también su hueco en mi biblioteca particular
Mi obra favorita de otro autor: La obra que más veces he leído y de la que nunca me he cansado es La venganza de Don Mendo, de D. Pedro Muñoz Seca. Una genialidad de un hombre genial. Tal vez no sea lo mejor que he leído, pero ninguna otra me hace pasar tan buen rato y, a la vez, ninguna despierta en mí tanta envidia por el ingenio de los versos y la gracia del autor. Una delicia.
Mi obra favorita de las que has escrito: Por supuesto, David, sueños de un rey, la única que he publicado y que me ha permitido sentirme escritor, y porque durante las muchas horas de trabajo, a veces tuve la sensación de que no era yo quien escribía… es algo muy íntimo.
Mi estilo literario: Me gusta la novela de corte histórico. Creo que la mejor forma de que los lectores conozcan la historia en general es ayudándose de la novela. Muchas veces he comentado con amigos y compañeros de trabajo ciertos relatos históricos y, pese a que a algunos no les había interesado el tema, han llegado a la conclusión de que es un mundo emocionante cuando se entiende. Por ello, creo que el gran error de la enseñanza, en cuanto a la historia se refiere, es el hecho de que se reduzca a un largo listado de acontecimientos, nombres y fechas, y no se expliquen los motivos que condujeron a ellos.
Es indudable que para conocer y entender los hechos acontecidos en el pasado, hay que desprenderse de valores, ideas y ropajes de nuestra época para meterse en la piel de las personas que lo vivieron y, por supuesto, desprenderse de ideologías y prejuicios.
Una cita de un autor que me gusta: No soy persona a la que le gusten las frases bonitas, rotundas y definitivas pero, si he de elegir, hay una que precisamente nos puede ayudar a huir de lo inamovible e inalcanzable: «Alguien que no cree en los milagros no es realista» atribuida a David Ben-Gurión.
Obra en la que me encuentro trabajando en la actualidad: Como ya he comentado, estoy trabajando en una nueva novela histórica sobre un hecho real acontecido en la Granada nazarí antes de la conquista de los Reyes Católicos. La obra está muy avanzada y me gustaría terminarla en unos meses. No obstante, hay una o dos más en mi cabeza.
Algo sobre mi manera de entender este mundo: Creo que el mundo que nos ha tocado vivir está excesivamente politizado. La política ha sustituido a la persona por las ideas y concede más valor a la consecución de un supuesto objetivo que a sus beneficiarios y a la forma de conseguirlo.
Como católico que soy, también me gustaría cambiar el mundo, como a los jóvenes y a los políticos pero, como decía la Madre Teresa de Calcuta, «Para cambiar el mundo debemos empezar por cambiar cada uno de nosotros».
Mis proyectos inmediatos: Mis proyectos inmediatos se centran en disfrutar de la vida, mi familia y mis amigos; en seguir escribiendo y aportando cuanto pueda y en pedir a Dios que me conceda salud y tiempo para ello.