
Transcurre la última década del siglo XX y las primeras dos décadas del siglo XXI en la isla de Cuba, donde el desarrollo del pensamiento poético e intelectual se manifiesta acorde a los cánones establecidos por el orden legal, sesgando en gran medida la expresión y manifestación abierta de la palabra. En medio de la cotidianidad va naciendo esta antología poética personal que discursa, a través de temática libre, décima, soneto y prosa poética por la crónica social, lo humano, el amor, la espiritualidad, la cosmogonía o la metafísica, teniendo en su decir un carácter universal transmisible al lector. De principio a fin, afirmaciones e interrogantes llevan a sugerencias más allá de lo cognitivo:
—Se han mudado los astros.
—¿A qué otra parte de la noche fueron?
Expresa a su vez, el sentimiento intrínseco en el humano mensaje de:
Que la Fosforescencia del Cocuyo
Te permita ver la oscuridad
Que seas libre…
Y, sobre todas las cosas, aboga incesantemente en que:
Se puede hablar
En esta inmensa obra que es la vida
El derecho de venir y conocerla y quedar en ella para siempre…
Esta obra, en cuanto a su estructura y el tratamiento intenso del lenguaje, presenta una sutil diferencia respecto a otros comportamientos del decir poético; lo que hace de su lectura reflexiva un disfrute y distinción de la sensibilidad humana.
Carlos Enrique Isaac. Palma Soriano, 1972. Poeta y promotor cultural, ha pertenecido al Taller Literario Carlos Manuel de Céspedes y ha sido miembro fundador y coordinador del Grupo Ennegro para la investigación, promoción y protección de la expresión étnica. Ha recibido premios y menciones en diferentes convocatorias del Concurso 27 de diciembre, con poesía, narrativa y literatura para niños y jóvenes. También en los Encuentros Debates de Talleres Literarios a nivel municipal. Figura en el Diccionario de escritores santiagueros: apuntes primarios (Ed. Santiago, 2005). La obra que aquí se presenta es su primera publicación.