Madrid, 1995.  Su amor por la poesía empezó con una actividad en el colegio, recogiendo el deseo de su profesora por conocer «el poema de Rocío», y acabó convirtiéndose en la publicación de sus primeras obras: Erotízame (2021) y este poemario que estás sujetando. Estudió Filología Hispánica, grado en Español en Lengua y Literatura (U. Complutense de Madrid, 2017). Profesora de Español como Lengua Extranjera, culmina el máster de Formación de Profesorado de Secundaria y Bachillerato en la especialidad de Lengua y Literatura (U. Rey Juan Carlos, 2019). Su amor por las palabras siguió creciendo hasta el punto de convertirse, también, en correctora profesional de textos.

Vivo en Madrid, en el barrio de Villaverde; tengo 29 años y hasta que el amor vuelva a llamar a mi puerta, seguiré siendo soltera.

Reseña biográfica informal:

Aunque tengo ascendencia valenciana y gran parte de mi familia reside allí, mis padres y yo nacimos en Madrid. Siendo todavía un bebé, un médico les dijo a mis padres que probablemente sería contorsionista porque se me dislocaban mucho las articulaciones. Aquel médico no se equivocó: a los 8 añitos empecé mi aventura con la gimnasia rítmica y seguí enamorándome de ella hasta los 24 que me retiré de la competición. Diría que sigo enamorada de este deporte y, a día de hoy, es parte de mí. En su momento, me hice entrenadora (y lo sigo siendo) y de forma paralela estudié filología hispánica; más tarde, conseguí ser profesora de Lengua y literatura.

Actualmente trabajo en un instituto e intento, mediante todas las formas posibles, transmitir a mis alumnos la misma pasión que me mueve y me alienta a escribir. Porque fueron dos profesoras las que me inspiraron a mí a querer escribir y seguir las voces ocultas escondidas en la literatura, y concretamente en la poesía.

Aficiones:

Mis aficiones empiezan con una foto familiar: mis padres, mi hermana y yo posando con patines de cuatro ruedas.

Antes de que Madrid Río fuera lo que es ahora, mis padres nos llevaban a mi hermana y a mí al parque de la Arganzuela a patinar. En aquella época, mi madre se ponía sus patines y nos llevaba de la mano a la vez que dábamos vueltas alrededor de la fuente. Aprendimos a patinar con apenas 4 años y, aún hoy, aunque mi madre ya ha guardado los patines, mi hermana y yo seguimos yendo juntas a patinar cuando el clima y las responsabilidades nos dejan.

Patinar es una de las aficiones que más me han marcado durante la infancia: patinar sobre ruedas con mamá y patinar sobre hielo en Navidad. Creo que no podría pasar más de dos meses sin ponerme unos patines, ya sean de ruedas o de cuchillas. Son necesarios en mi vida.

Como ya he mencionado, la gimnasia rítmica forma parte de mí, siendo así más que una mera afición. Pero no puedo evitar mencionarla, ya que una de las cosas que más me gusta hacer es posar haciendo dificultades ritmiqueras para conservar en fotografía los lugares que más me han impactado. No pude evitar hacer una cogida de pierna con la torre Eiffel de fondo, como tampoco pude evitar hacer una carpa a las orillas del mar Báltico.

La fotografía también es una afición que ocupa parte de mi tiempo cada día. Los momentos que me inspiran siempre acaban siendo fotografiados para el recuerdo. Me gusta editar las fotografías y los vídeos que hago, dedico mucho tiempo y cariño para que éstos queden bien.

Leer es una de las actividades que más me gustan y, sobre todo, leer poesía. Siempre llevo un poemario en el bolso por si tengo que esperar cuando llego a algún sitio y puedo ponerme a leer, o por si voy en transporte público… Me pongo los auriculares, reproduzco mi playlist de música instrumental (sobre todo de cello y gayageum) y me pongo a leer. Disfruto de mis viajes en transporte público gracias a ello.   

Cuando era adolescente, tocar la guitarra me gustaba y era algo que hacía casi todos los días, pero cuando me di cuenta de que no tengo oído musical, dejé de tocar. Sin embargo, ver tocar a mi hermana —que sí tiene oído musical y vuelca su pasión y sus emociones en las cuerdas de su guitarra— se ha convertido en algo que necesito cuando estoy en casa. De alguna manera, escuchar sus interpretaciones, calma mis nervios y olvido las preocupaciones.

Desde hace mucho tiempo, también soy una aficionada de los dramas coreanos y la música K-pop. Sigo las trayectorias profesionales de muchos artistas coreanos y diría que, en mis momentos emocionalmente malos, me motivan a seguir adelante y a seguir intentándolo. Es curioso, pero estos artistas me sacan una sonrisa y no solo porque la trama esté bien hecha, sino porque sus capacidades interpretativas me dejan sin palabras de lo bien que transmiten las emociones.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad:

No sabría decir qué rasgo de mi personalidad hace que sobresalga. Sin embargo, sé que mi lucha contra la timidez y mi capacidad de reflexión han sido dos aspectos fundamentales en mi crecimiento como persona. Creo que ha habido un punto de inflexión, una evolución, tanto en mi manera de escribir como en mi comportamiento gracias a esos dos aspectos. Tengo que admitir que esa evolución no es algo que haya conseguido sola: las personas que están involucradas en mi día a día han sido fundamentales para lograr ese cambio en mí.

portada del libro ensueño eterno, de rocío g. soldevila

Cuéntanos por qué decidiste ser escritora:

Anteriormente he comentado que fueron dos profesoras las que me inspiraron a seguir mi camino en el mundo de las letras.

Mi profesora Flor, en 2º de primaria, nos pidió que escribiéramos un poema. Yo le dije a papá que tenía que escribir un poema y él me dijo que escribiera uno de Antonio Machado. Era pequeña, y eso hice. Al día siguiente leí el poema de Machado en clase y mi profesora dijo: «el poema de Antonio es precioso, pero quiero saber cómo es el poema de Rocío». Esa frase me marcó. Desde entonces quise escribir, y escribía todos los días.

En 4.º de la ESO, mi profesora Teresa se implicaba muchísimo a la hora de explicarnos los movimientos literarios y, aunque ella es una persona más objetiva y no tan literaria, volcaba toda su pasión en hacernos entender la poesía y nos traía a clase lo que ella llama «la crème de la crème», es decir, todos los poetas que un adolescente debe conocer para poder entender un poco la vida, y la historia. Ella me inculcó esa pasión, consiguió que se filtrara en los poros de la piel e hizo que mi yo adolescente deseara que llegase la clase de Lengua para poder escribir comentarios de texto de poemas.

Gracias a estas dos mujeres quise adentrarme cada vez más en la aventura de dejarme llevar por las palabras: la sensación de estar sujetando un bolígrafo, deslizarlo sobre la superficie del papel y dibujar cada letra me lleva a un estado de ensoñación único que no querría dejar de experimentar nunca.

Desde que empecé a escribir mis diarios en primaria hasta el día de hoy, poco a poco, he ido descubriendo cuáles son mis motivaciones y, tal vez, mi objetivo a la hora de hacerlo: al principio escribir era un medio para desahogar mis emociones (debido a mi timidez no era capaz de expresarme hablando), y más adelante supuso un método para expresar mis interpretaciones del mundo y cómo veo y siento lo que me rodea. Sigo desahogando mis emociones, pero ahora lo hago con un propósito: ojalá el lector pueda sentir la emoción que inspiró los versos, ojalá pueda palparse la vida en la poesía que escribo.

Autores preferidos y por qué:

Creo que todos los autores que he leído, sean preferidos o no, han influido en mi escritura e incluso sin darme cuenta; es más, me dicen que en mis versos se ven reminiscencias de ciertos autores y me parece curioso porque cuando escribo, lo hago sin la intención de que se vea que me he visto influenciada por ellos…

Por mencionar a algunos de mis muchos favoritos… Manuel Machado, Rubén Darío, los poetas del 27 (todos ellos), las «Sin sombrero», Bécquer, María Zambrano, los poetas del Siglo de Oro… y hay muchísimos más. ¿Por qué? Porque todos ellos me han hecho sentir. Independientemente de que me gusten tanto algunos movimientos literarios como el Modernismo o el Romanticismo, mis poetas favoritos han llegado a serlo por el simple hecho de emocionarme al leerlos. No por lo bonito que escriban o lo bien que empleen los recursos estilísticos, sino porque han despertado una emoción dormida en mi interior y cada vez que ha ocurrido he sido consciente de que estoy viva y lo estoy porque he sido capaz de sentir.

Tu obra favorita de otro autor:

Hay muchas obras en mi biblioteca que me han impactado, pero si tuviera que mencionar una sería Rabia, de Jordi Sierra i Fabra. Es una novela que leí cuando tenía 17 años durante un vuelo de 12 horas a Los Ángeles, California. En ese avión, durante mi lectura, me di cuenta de mis propias emociones y el haber podido leer ese libro supuso un reconocimiento de mí misma o, en otras palabras, un reencuentro conmigo. Fue el primer paso hacia un nuevo capítulo en mi comprensión del mundo y de mi propia vida.

Tu obra favorita de las que has escrito:

Si tengo que decir cuál de las dos obras publicadas es mi favorita, diría que Ensueño eterno debido a la evolución que he ido observando en su escritura y al trabajo emocional que ha supuesto todo su proceso; sin embargo, Erotízame fue un salto de fe que no puedo dejar de mencionar: en un momento en el que me sentía vacía y necesitaba algo que me hiciera ilusión, el impulso de convertir los poemas que había estado escribiendo en algo palpable para mis manos fue necesario para «vivir» aquella etapa. Por ello, ambas obras son realmente valiosas para mí.

Tu estilo literario:

El género que escribo es fundamentalmente poesía, aunque también he escrito relatos y reflexiones con el ánimo de convertirse en algún ensayo (publicados en mi página web).

Los dos libros publicados son poemarios, ya que es el género de la poesía lo que a mí me permite expresar las emociones, sensaciones y sentimientos que me abordan y desbordan. La escritura del verso ofrece la libertad que mi «yo» más profundo necesita para gritar en silencio lo que le hace estar vivo, o no.

Una cita de un autor que te guste:

«¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta
».
– Rubén Darío.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad:

Ahora mismo tengo muchos frentes abiertos: estoy finalizando la escritura del que puede ser mi tercer poemario y estoy a la expectativa de ver si se puede materializar un proyecto en el que mi intención es fusionar las dos partes de mi vida que me hacen ser cómo soy.

Algo sobre tu manera de entender este mundo:

Soy partidaria de pensar que todos los momentos que llaman a nuestra puerta, llegan porque es necesario que los experimentemos y sobre todo para crecer como personas.

«Vivir» es algo que hacemos cada día: sentimos, experimentamos, actuamos. Todo ello contribuye al desarrollo personal de uno mismo.

¿Cómo entiendo el mundo? «Viviendo», es decir: sintiendo, experimentando y actuando en consecuencia. Formamos parte de la historia, y cada uno puede ser una palabra en las grandes crónicas. Sin embargo, es una pena que mucha gente no se da cuenta de ello y se queda sin actuar. Sentir y experimentar está muy bien, pero considero que es vivir a medias: es necesario actuar y responder a los momentos que llegan de manera consecuente.

Siempre digo que voy con efecto retardado a todo y es totalmente cierto, vivo a medias hasta que me decido a vivir en plenitud; pero, más vale tarde que nunca, ¿verdad?

Tus proyectos inmediatos:

Mi proyecto inmediato es seguir opositando en Secundaria y seguir trabajando como profesora. Seguiré con mi faceta deportiva entrenando a mis niñas y, por supuesto, también seguiré escribiendo.

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