Joaquín Ruibal de Flores Calero. Natural de El Puerto de Santa María, Cádiz, es capitán de la marina mercante. Además del ejercicio profesional en el mar, ocupó la dirección general de varias empresas de logística. Ejerce vocacionalmente la escritura desde su juventud, habiendo realizado incursiones en diferentes géneros literarios: novela (histórica, romántica, policiaca, de aventuras, de intriga y de suspense), así como relatos y cuentos infantiles. Conócelo mejor a través de esta entrevista.
ISBN: 978-84-10400-24-5
ISBN digital: 978-84-10400-25-2
Depósito legal: M-18498-2024
Número de páginas: 422
Formato: 150×230
Autor: Joaquín Ruibal de Flores Calero
Sinopsis: Eran los tiempos de la Reconquista y de la fusión de los reinos de Castilla y León. Corría el año 1231 cuando el joven Ruy, oblato que fuera ofrecido a Dios por su padre momentos antes de morir y confiado al abad del monasterio de Nuestra Señora de Valparaíso para que lo educara piadosamente, se encontraba en la edad de tener que decidir entre dedicar su vida a Dios, ingresando en el noviciado, o salir temporalmente del monasterio para probarse a sí mismo en su verdadera vocación. Provisto de un tozudo borriquillo, unas resmas de papel, algunas plumas de ganso y una botella de tinta por todo equipaje, Ruy, con la venia del abad, se unió a una de las partidas de caballeros y vasallos que pernoctaban en el monasterio, dispuesto a conocer la vida extramuros. Aquellos guerreros marchaban en auxilio del rey Fernando III, que se encontraba combatiendo en plena reconquista de al-Ándalus.
Háblanos un poco de ti
Soy un gaditano, de los de a pie, que tuvo la ocurrencia de venir al mundo en El Puerto de Santa María, en ese día crítico del mes de febrero, que solo aparece en el calendario cada cuatro años, allá por casi la mitad del siglo veinte.
Fui un poco tardío en empezar a leer. Tanto, que con picardía intentaba engañar a quienes vigilaban mis progresos, simulando que leía las frases que figuraban debajo de los dibujos que por entonces aparecían en aquellas vetustas cartillas de las primeras lecturas.
Parece ser que desde muy pequeño mostré cierta inclinación por las manualidades y el gusto por determinadas formas del arte, como fue la pintura, pero sin llegar a desarrollar potencial alguno en esas disciplinas.
Cursé estudios de náutica, llegando a obtener el título de Capitán de la Marina Mercante, y empleé más de doce años de mi juventud dedicándome al ejercicio profesional en la mar (los marinos la consideramos femenina, quizás sea por el enamoramiento que nos lleva a ella).
Durante aquel periodo devoré cuantos libros cayeron en mis manos, además de los que yo incluía en mi equipaje cada vez que iba a embarcar. Me absorbía tanto la lectura de las novelas de todos los géneros, en los momentos de soledad durante la navegación, que por temporadas llegué a leer al mismo tiempo dos y tres novelas.
Fue en aquellos años, cuando sentí el reto de intentar plasmar sobre el papel, alguna de las fantasías que venían plagando mi mente, como si fuera una invasión incontrolable. De aquella época provienen mis primeras novelas, cuentos y relatos, que han dormido en el fondo de un cajón, escritas a mano con estilográfica, y que hasta la actualidad aún esperan para ver la luz, aunque ya se encuentren digitalizadas.
Después, el ejercicio profesional me llevó a ejercer cargos directivos en empresas de transporte, distribución y logística, tiempos que no dejaron de alimentar mi ilusión por conocer la opinión profesional que merecían todos aquellos escritos que colmaban mi dedicación vocacional a la escritura.
¿Qué podremos encontrar entre las páginas de El escribano del rey?
Esta obra, El escribano del rey fue concebida inicialmente, como el camino que justificara los orígenes de mi apellido paterno. Allá por el año 2006, descubrí repentinamente que de mis ancestros no conocía gran cosa más allá de mis abuelos y algunos flashes de los bisabuelos de los que habían quedado recuerdos en las memorias de sus descendientes. La curiosidad por documentarme me llevó a sumergirme en el apasionante estudio de la genealogía enriqueciéndola de paso, con todos aquellos hechos relevantes que pudieran haber influido en las vidas de aquellos que me precedieron
Ni con mucho fui capaz de alcanzar el siglo XIII, en el que se desarrolla la acción de la novela, pero al menos llegué bien documentado hasta 1700, radicados en Sevilla, pero eso me hizo elucubrar con los orígenes del apellido mucho más allá. ¿De dónde vendrían los Ruibal de Flores cuando tras la Reconquista todos los territorios recuperados de los musulmanes fueron repoblados con gentes que vinieron de otras partes del territorio patrio?
Entre las páginas podréis encontrar por retazos, como era la vida en nuestro país, en al menos, tres ambientes diferentes; los monasterios donde los monjes se dedicaban a la copia e ilustración de códices y libros sacros, los caballeros y vasallos unas veces luchando en apoyo del monarca de turno en su cruzada contra el invasor musulmán, y las más de las veces, luchando con otros caballeros defendiendo las lindes de sus propiedades, los monarcas y sus vasallos más allegados, y en especial los escribanos del rey y de la corte.
Encontraréis una bonita historia de amor entre el joven Ruy y María, primer amor y único que los unió a ambos de por vida.
¿En qué ingrediente reside la fuerza de este libro?
Son varios los ingredientes que le dan fuerza a este libro. Un buen cocido, o una buena paella, no alcanzan su buen sabor con un solo ingrediente, por mucha cantidad de ese que se le ponga. Todos aportan algo, y es, en su conjunto, lo que nos proporciona el placer al degustarlos.
Puesto a distinguir uno, sin duda, resaltaría la LEALTAD. Lealtad en mayúsculas, y no solo la del vasallo para con su señor, por una parte, obligada, sino también la del monarca para con su fiel vasallo, que hasta la muerte, sin más interés que el de corresponder a quien le mostró su sincero aprecio, le honró sirviéndole con HONRADEZ, SINCERIDAD y HONESTIDAD.
Estos últimos serían los otros ingredientes del cocido o la paella que mencionaba antes, culminados con la AMISTAD sincera y sin reservas, que se fraguó y perduró entre los protagonistas de esta historia.
No me puedo olvidar de la gran historia de sincero, fiel y profundo AMOR que vivieron el escribano Ruy y María, que unió sus destinos para toda la vida.
¿Qué quieres transmitir a través de este libro?
Humildemente y sin pretensiones de ser abanderado de nada, quisiera poner en valor algunos principios que, en nuestro tiempo, caen a tumba abierta en el olvido por la falta de interés en fomentarlos y ponderarlos en su justa medida.
Vengo a referirme a valores como la LEALTAD, la HONRADEZ, la SINCERIDAD, la HONESTIDAD y la AMISTAD que han de acompañar al cumplimiento de la palabra dada como si de un contrato firmado con sangre se tratara.
¿Cómo describirías tu trayectoria de escritor desde la primera publicación hasta esta última?
Hasta el momento ha sido un afán continuo de superación, afrontando un reto literario tras otro, sin prisas, pero sin pausas, porque la vida es demasiado corta para tomarse demasiados descansos.
También la describiría como un camino ascendente y de constante y continuo aprendizaje.
Mi motivación al escribir ha sido siempre la misma. El ejercicio vocacional de una inquietud mental, que ha venido constituyendo un reto permanente por poner a prueba mis cualidades para alcanzar una meta.
Mi primer reto fue una novela de mi género preferido, la novela negra, de crímenes aderezados con misterio e intriga. La titulé La tapia y aún está pendiente de ver la luz. Fue valorada por una editorial española muy positivamente para coedición, pero con condiciones no muy aceptables. Aquel primer reto consistió en lograr, partiendo de la nada, alcanzar un desenlace con personajes ficticios, pero que muy bien podrían ser reales.
Mi trayectoria como escritor ha sido un ir y venir entre editoriales y autopublicación, sin haber abandonado el proceloso mundo de los certámenes literarios, y con ello he podido palpar, al menos, dos universos bien diferentes; el de las editoriales y el de la autopublicación, cada cual con sus diferentes luces y sombras.
Como muchas de mis obras fueron escritas hace ya algún tiempo y conservadas entre bolas de naftalina desde entonces, el revisarlas para presentarlas o para autopublicarlas, me ha permitido valorar como ha ido evolucionando mi estilo, poder corregir errores de principiante, y tratar de depurarlos al máximo, una labor que creo no se termina nunca.
Al margen del medio con el que he publicado, creo que mi trayectoria ha sido de exploración, que quizás para algunos pueda parecerles errática, al haber navegado entre diferentes géneros, pero muy provechosa para mi, a nivel de satisfacción personal.
He tocado géneros tan dispares como; la novela negra Extrañas desapariciones, la primera en ver la luz, la novela romántica El legado de una gran fortuna, de nuevo a la novela negra con, Asesinato con aroma de vainilla, de misterio, intriga y terror en el seno de la religión católica con Es asedio de las tinieblas. De regreso nuevamente al crimen, con otras dos novelas, Perdidos en la noche y Asesinato con un fuerte olor a quemado, una incursión en el género de la novela de aventura y misterio con El enigma de Yahweh, una novela de investigación policial con Condenado por una traición, y finalmente, tres cuentos, dos de ellos para ser contados a pequeños del entorno de los cinco años, que se titulan El jilguero travieso y Pipo el valiente, y el tercero es para niños de alrededor de nueve años Buscando la luz radiante.
Ahora, y de la mano de Editorial Adarve, someto al veredicto del público mi última obra titulada, “El escribano del rey”, como un nuevo reto personal al pertenecer al género histórico
Cada una de estas obras han sido un desafío para mí como autor de las mismas, al tener que medirme con géneros muy dispares, y no debo pecar de vanidoso, ni ahora ni nunca, por no disponer de manera fehaciente, con demasiados datos que me ilustren sobre el refrendo que el público le ha otorgado a mis obras, pero mi motivación principal la he ido desarrollando a satisfacción al mezclar vivencias personales con las tramas ficticias que rodean a los personajes, tratando de darles vida propia y comportamientos creíbles, siempre con una vigilancia permanente por ir perfilando un producto con mayor calidad.
¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Por qué lo elegiste?
Escogí de, entre otros libros que tengo pendientes de lectura desde hace tiempo, la novela “El asedio”, del escritor Arturo Pérez Reverte. Reconozco que con la lectura tengo una deuda pendiente desde hace algún tiempo, porque para leer y escribir no me dan las horas en el día a día, sobre todo, si para autopublicar has de corregir, maquetar, crear cubiertas, etc.
Ya hacía tiempo que quería leerla, porque es del tipo de obras que, si me cautivan en las primeras páginas, me mantiene enganchado hasta el final.
En ella conviven varias historias de suspense, intriga, pasión, y crimen, envueltas en un entorno bélico e histórico, y además, en un escenario, que me es muy familiar, por transcurrir la trama en Cádiz, durante la Guerra de la Independencia.
He de decir que me gustó.
Y ahora qué, ¿algún nuevo proyecto?
Tengo más proyectos por culminar que, posiblemente, años de vida me puedan quedar.
En novelas históricas tengo dos obras terminadas a falta de un repaso de corrección ortotipográfica para maquetarlas y poderlas publicar. Ambas, vinculadas de alguna manera con la mar, (para los marinos siempre es la mar), en épocas bien diferentes.
Una, en los momentos en los que las potencias europeas pasaban de ser enemigas acérrimas, e irreconciliables, a firmar tratados de mutua defensa de un día para otro.
Los capitanes de los buques armados en corso, desinformados, pasaban de ser patriotas al dedicarse a expoliar y hundir a los navíos españoles, que desde los territorios de América trasladaban riquezas hasta España, a considerarlos piratas y ser buscados para ser ahorcados.
La otra, está ubicada en época más reciente, en los tiempos del comercio de esclavos de raza negra, desde las costas africanas hacia las americanas en los años en los que ya sonaban las trompetas de la abolición. Se trata de una historia en dos tiempos, de un gran amor imposible para el momento entre un capitán negrero y una cautiva, que por circunstancias imprevisibles se trunca, viviendo esa historia y sus consecuencias desde perspectivas diferentes.
Tengo también una tercera obra, que está aún en fase muy incipiente, que me llevará de nuevo al género de novela negra, y por último, algunos proyectos de novelas juveniles, a medio terminar, que no quisiera que se quedaran en el cajón por mucho tiempo. Si cuando las concluya alguna editorial muestra interés por ellas, verán la luz por esa vía, y en caso contrario, me quedará la vía de la autoedición.
