Paula Rodríguez Estrada (Madrid, 1992).

 

Amante de la lectura, la escritura y el teatro, sobre todo el de improvisación, en el que lleva años formándose. Como la protagonista de esta novela, Paula es enfermera, especializada en Salud Mental. 

 

La Enfermería ha estado muy ligada a su familia y esta tradición en torno a los cuidados es uno de los guiños que la autora hace a su vida personal a lo largo de la obra. 

 

Ahora ha decidido publicar su primera novela en la que reflexiona sobre el amor, la amistad y, por encima de todo, la libertad.

Portada del libro Al margen de la historia. Editorial Adarve, publicar un libro

Soy madrileña y tengo la suerte de poder seguir viviendo en mi ciudad. Tengo 31 años y tengo pareja, aunque no estoy casada.

Nací en un barrio popular madrileño, en octubre del 92, ese año marcado por las Olimpiadas de Barcelona y la Expo en Sevilla.

Aunque me encanta leer y escribir, estudié algo que no tenía mucho que ver con la creación literaria. Soy enfermera desde hace diez años y al poco tiempo de comenzar mi andadura profesional decidí especializarme en Salud Mental, un área algo estigmatizada de la Enfermería que a mí me ha traído muchas cosas buenas tanto profesional como personalmente, pues desde que termine la residencia no he dejado de trabajar en esta especialidad. Sin embargo, y aunque soy afortunada por trabajar en algo que me gusta, lo que verdaderamente me gustaría sería poder dedicarme a escribir de forma profesional.

Más allá de esas aficiones, que se pueden dar por sentado en alguien que ha escrito una novela, me encanta el teatro. Desde 2019 me formo en teatro de improvisación, una rama del arte dramático en el que el actor debe crear y contar historias valiéndose de los estímulos del público. También disfruto de otras actividades como ir al cine, salir a caminar a la montaña o viajar.

Creo que los rasgos que más destacan de mí son el sentido de la justicia tan marcado que tengo que se refleja en mi novela y quizá lo cariñosa que soy y cómo pongo mis relaciones personales de familia, amistad y pareja en el centro, quizá por eso me gustan tanto las novelas que cuidan estos aspectos.

Aún me resulta extraño decir que soy escritora, quizá es el síndrome de la impostora del que tanto se habla o quizá que nunca planeé esto, simplemente surgió. Para mí fue muy fácil escribir mi primera novela. Bueno, escribirla no, el proceso fue arduo, pero gratificante. Lo que me resultó fácil fue saber qué quería contar, lo tenía muy claro y en cuanto tuve un primer borrador, por primera vez, supe que quería que más gente me leyese, pues hasta entonces sólo había escrito cosas para mí y me avergonzaba que alguien pudiese leerlas.

Mi escritora favorita es Almudena Grandes, porque me encanta la pasión que transmite en cada una de sus novelas y como sus personajes nunca son el malo o el bueno y siempre todos tienen claroscuros que enriquecen profundamente sus historias.

Además de Almudena Grandes me gustan muchos otros escritores como Gabriel García Márquez, Ángeles Mastreta o Isabel Allende, porque la belleza del realismo mágico hispanoamericano me ha hecho disfrutar desde que descubrí este género primera vez.

Como agua para chocolate de Laura Esquivel es mi obra favorita.

Habiendo escrito sólo una novela es difícil encasillarme en algo tan rígido como es un género. Cuando escribí Al margen de la historia me preguntaban cuál era su género y bromeaba diciendo que era novela histórica inventada, por todas aquellas licencias que me tomé con personajes que sí existieron en la vida real y que necesitaba en mi historia para poder contar la de Manuela, la protagonista.

Una de mis citas favoritas es de Almudena Grandes en Los besos en el pan que dice “no hace tanto tiempo, la felicidad era también una manera de resistir”.

Actualmente escribo una novela que transcurre en la España de los años 60 en la que la protagonista es una mujer.

No entiendo la vida sin el humor y sin la risa y aunque nunca haya escrito nada de comedia, es probable que sean los motores de mi vida. Cuando ríes junto a alguien se crea algo, una especie de conexión muy particular y efímera, pero maravillosa. Es eso que decía Almudena Grandes de la alegría como forma de resistencia, porque, aunque nos despojasen de todo, seguiríamos siendo dueños de nuestra alegría.

Mi proyecto literario a corto plazo es poder publicar una segunda novela con una trama diferente a la de Al margen de la historia. Pero también me gustaría seguir formándome en escritura creativa e incluso en guion o dramaturgia, para explorar nuevas formas de expresión literaria.

Opinión que te merece el trabajo del equipo de Editorial Adarve: Lo mejor de trabajar con Adarve ha sido el trato cercano.


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