La ficción puede devenir realidad o, al menos, asemejarse a ella. De hecho, en una época como la nuestra, ¿qué no es concebible? Un robot femenino habla en el Parlamento británico, dos astrónomos de Harvard nos advierten que cierto asteroide podría ser tecnología extraterrestre, y los xenobots microscópicos ya están aquí. El futuro echa sus raíces en el presente y, por lo tanto, es posible —y legítimo— intentar vislumbrarlo. Pero, sin importar aquello que el tiempo nos depare, la violencia, el amor o la muerte siempre estarán presentes. La ciencia ficción, pues, busca sopesar las posibilidades de nuestro porvenir. Representa la libertad de imaginar y de compartir lo imaginado. Las dieciséis narraciones de este libro intentan tal cosa.
Noé Baryn nació en un bello país hispanoamericano hace mucho tiempo. Ha vivido casi toda su vida en el extranjero, sobre todo en países europeos. Escribe desde muy joven y ha publicado varios libros bajo diferentes pseudónimos.