Ángeles Díaz, autora del libro Mi queridísima Marta. Editorial Adarve, publicar un libroResido en El Vendrell (Tarragona), tengo 56 años y vuelvo a estar «felizmente casada» desde hace poco. Lo remarco porque este es el estado civil que siempre he querido tener.

Nací en Jerez de la Frontera (Cádiz) y, en mi adolescencia, escribía canciones y poemas en cualquier sitio (literalmente: paredes, servilletas, mesas, suelos…). Aprendí el proceso de creación de un periódico con 19 y salí de allí, ocho años después, con una profesión bien definida en el sector editorial.

Sin embargo, la vida me distrajo con la fundación de una familia y me entretuvo con nuevos sentimientos de madre. Cuando aquel matrimonio se rompió, me agarré a los años de adolescente y a mi obsesión por escribir, como forma terapéutica de encontrarme a mí misma. De esa forma, compuse mi primer libro, «Palabrería». Luego, acudieron a mis dedos otras historias: «Las flores azules de mi vestido» y «Tres días de junio». Ahora, con «Mi queridísima Marta», comienzo a llamarme escritora.

Aficiones: Leer, por supuesto. Todo lo cultural me gusta: exposiciones, conciertos, charlas, viajes… Ahora he encontrado una afición nueva que me apasiona: investigar y estudiar documentos históricos para contextualizar mis libros.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Pues creo que es la honestidad. Y creo también que lo he heredado de mi padre, lo que me hace sentir muy orgullosa. Ojalá esa virtud (que parece ser un defecto en la sociedad actual) la haya sabido transmitir a mi hijo.

 Cuéntanos por qué decidiste ser escritora: Yo no decidí ser escritora. La literatura me atrapó desde pequeña, los poemas me salían solos en la adolescencia y, en la madurez, comprobé que tenía la cabeza llena de palabras que necesitaban escapar. Escribir para mí es como comer o dormir. Si no lo hiciera, enfermaría.

 Autores preferidos y por qué: Recuerdo una vez que tiré un libro contra la pared. Sentía rabia, una enorme envidia y, a la vez, una admiración infinita. Era «El corazón helado», de Almudena Grandes.

Si me voy más atrás, en mi juventud, una portada negra abrió para mí la posibilidad de expresarme de otra forma, más sencilla, más loca… Aquel libro se llamaba «Obras incompletas», de Gloria Fuertes.

Pero no puedo dejar a un lado un montón de autoras (en femenino, porque casi todas son mujeres), de las que he bebido desde niña. Ellas me han alimentado y me han hecho crecer: Laforet, Redondo, Matute, Montero, Torres, Soler, Asensi, Martín Gaite… ¿Sigo?

 Tu obra favorita de otro autor: Puede parecer tópico, pero no puedo escoger solo una porque lo que me llama la atención no es la historia en sí (aunque también), sino, sobre todo, la forma en la que está escrita. Tengo párrafos, frases, mensajes y giros favoritos; me gustaría tener una obra que reuniera todos ellos y, sin lugar a dudas, ese sería mi libro preferido.

 Tu obra favorita de las que has escrito: Esto sí lo tengo claro: «Mi queridísima Marta». Creo que he alcanzado la plena madurez con esta historia que me ha donado muchas lágrimas, muchas risas, mucha información y mucho orgullo.

 Tu estilo literario: Etiquetan mis obras como «narrativa contemporánea». Supongo que ese es mi estilo literario. También dicen de mí que expreso muy bien los sentimientos. Espero que también sea cierto. La verdad es que me gustan las mezclas, porque la vida no es un thriller, un monólogo de humor, un romance, una aventura o una ficción, pero puede tener un poco de todo y a mí me encanta escribir sobre ella.

Una cita de un autor que te guste: «A nadie has conocido todavía si, de los que conociste, ninguno te puso en libertad». Obras incompletas, Gloria Fuertes.

 Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: «Gotas de color», que está casi terminada. Una obra ilustrada de relatos cortos muy diferentes entre sí, pero con un factor unificador. «La demandadera», en proceso de documentación.

 Algo sobre tu manera de entender este mundo: Existe el blanco y el negro, pero yo prefiero moverme por los grises o, mejor aún, por los colores de la vida.

Para entender el mundo, hay primero que escuchar y me empeño en hacerlo, aunque, a veces, dan ganas de taparse los oídos. Mis opiniones nunca son tajantes, porque creo en la palabra, aunque soy consciente de que puede ser engañosa y doliente.Cuando llegue mi hora, espero no querer arrepentirme de nada de lo que he hecho y que prevalezca en mi historia la honestidad de mis actos.

 Tus proyectos inmediatos: Me trasladaré pronto a una casa rodeada de bosque. Allí me veo escribiendo, paseando con mis perros y mi pareja, cuidando de la familia y soñando con seguir volando.

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