Carolina Alcalá, autora del libro Luz perversa. Editorial Adarve, publicar un  libroMi nombre es Carolina Alcalá Núñez. Nací en Retamal de Llerena (Badajoz), a los seis años me trasladé con mi familia a Guareña (Badajoz), dieciséis años después nos fuimos a Torrejoncillo (Cáceres). Desde 1968 resido en Madrid. Con temprana edad fui tocando diversos géneros literarios -cuentos, relatos, poesía, ensayo, teatro-, además de colaborar en varias revistas literarias.

De mi obra publicada destacan las novelas Algunos seres inhóspitos (2005), Transparente (2008) reeditada en (2020), Encrucijada en Verdeguea (2010), El silbador de Grazminia (2014), La turista de los cementerios (2017), El poemario Premio Tiflos especial Poesía 2018, publicado en 2019, y Luz perversa en 2022.

Como antes decía, resido en Madrid, cumplí 81 años recientemente, estoy casada, tengo tres hijos, habiendo celebrado Las bodas de oro felizmente hace cuatro años.

En cuanto a mis estudios, se quebraron prontamente, mi discapacidad visual, y viviendo por entonces en un pueblo, me resultó imposible continuar con mis aspiraciones. Pero ello no me impidió romper definitivamente con mis pretensiones literarias ni en otros órdenes. Ya viviendo en Madrid me afilié a la O.N.C.E. aprovechando la oportunidad de asistir a clubes de lectura y taller de Escritura creativa, tan así, que tiempo después me propusieron, y acepté, coordinar un taller de lectura y escritura en una Asociación de mujeres denominada Despertar.

En relación con mis aficiones, a parte de las literarias, la naturaleza me atrae fuertemente sintiéndome parte de ella con total convicción. Hasta el punto que, durante once años consecutivos en unión de un numeroso grupo aficionado a las Artes como yo, celebramos anualmente unas Jornadas denominadas JAYN. Jornadas de arte y naturaleza en el entorno de Gredos, donde la literatura, conciertos musicales, recitales poéticos musicales, representaciones teatrales escritas por mí, tales como: Demasiado real para ser creíble, Laberintos de la genética, Cinco razones poderosas…  monólogos, Mesas redondas donde la palabra halla protagonismo, y un larguísimo etcétera que sería pesado resaltar.

En cuanto a los rasgos característicos de mi personalidad, pondría de manifiesto mi endémica timidez, aunque a día de hoy superada…  en mi infancia y primera juventud, no podía serlo más. Mucha gente me atribuye capacidad de liderazgo, algo que yo niego rotundamente sin que llegue a convencerles.

En referencia a mi propensión, o no, a la aventura… la dualidad me acompaña sin ninguna duda, puesto que a veces tengo rasgos de lanzada, y otras los temores se hacen presentes sin previo aviso.

Sería arriesgado atribuirme confianza en mí misma y en lo que hago, así, con rotundidad, pero normalmente consigo llegar a un cierto equilibrio compensatorio.

Y sí, la reflexión es una buena compañera, aunque a veces… demasiado pesada.

La decisión de ser escritora no es algo que surja así, sin más. Antes tienen que haber motivaciones que en mi caso corresponden a mis primeros años de vida. No más de seis años contaba cuando escribí, o mejor dicho, memoricé mi primer poema, teniendo en cuenta que aún no dominaba la escritura. Pues bien, se lo dediqué a un rosal, al que acabé poniendo música que yo misma cantaba mientras jugaba en el patio de casa. Años más tarde ya estaba escribiendo cuentos, relatos… todo lo que se me ocurría y con gran esfuerzo porque mi vista empezó a decaer ostensiblemente. Aun así, en mi adolescencia me dio por el género epistolar, cartas que escribía sin ningún destinatario concreto, pero en ellas plasmaba mis sensaciones, mis frustraciones y todo lo que pasaba por mi cabeza a la par que colaboraba con mis padres en la tienda de tejidos. En tanto, llegó el amor, me casé y los hijos ocuparon su espacio mientras yo inventaba cantos de cuna, cuentos infantiles orales…

Los años pasaron y… ¿cómo no?, la naturaleza me dio el empujón definitivo. Nos compramos una casita con terreno por los alrededores de Gredos y todo fluyó como si estuviese esperándome: Alas del pensamiento, Canto sin voz, Y… el manantial brotó, tres poemarios inéditos. Después llegarían: El perfume misterioso, Por fidelidad a Yolanda… dos novelas inéditas, y desde entonces no he parado.

Mis autores favoritos son muchos, pero por mencionar algunos, diré: García Márquez, Dulce Chacón, Javier Cercas… Antonio Machado, García Lorca, Pablo Neruda, Javier Lostalé…

De las obras que más me han gustado sería arriesgado destacar, pero por mencionar algunas, diré: Cien años de soledad, Cielos de barro…

Respecto a mi obra favorita de cuantas he escrito, sinceramente, me resultaría difícil destacar alguna en especial.

Refiriéndome a los géneros literarios tratados en mi obra, si repaso uno por uno, creo haberlos tocado todos con mayor o menor acierto, con ello no pretendo parecer fantasiosa.

Mi frase favorita es: Seas quien seas, hagas lo que hagas, cuando deseas con firmeza alguna cosa es porque este deseo nació en el alma del universo. Es tu misión en la tierra (El Alquimista, Paulo Coelho)

En la actualidad tengo entre manos mis memorias y algún otro proyecto por determinar.

Mi manera de entender este mundo, apoyándome en la utopía, sería bastante distinto a como se nos muestra: Comenzando por la erradicación de las guerras, por la justicia social a nivel global, por una transición eficaz y radical contra el Cambio climático…

Sé, soy consciente de que suena a tópico, que son palabras muy manoseadas y poco eficientes, pero solo con esto, y nada menos que con esto, la vida en la Tierra alcanzaría su equilibrio y bienestar. ¡Déjenme al menos que lo sueñe!

 

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