María Jinich, autora del libro Breve historia de cuatro mil millones de años. Editorial Adarve, publicar un libroSoy mexicana, de la Ciudad de México, felizmente casada desde hace más de 40 años, con dos hijos y cuatro nietos pequeños.

Estudié matemáticas en la Universidad Nacional Autónoma de México y tengo un doctorado en Ciencias e Ingeniería de la Computación. De 1975 al año 2000 me dediqué a algo que nada tiene que ver con evolución. Hacía yo investigación en visión computacional utilizando análisis estadístico. Se trataba de encontrar técnicas que permitieran que una computadora entendiera qué hay en una imagen visual. En el año 2001 dejé la academia y trabajé durante 10 años como consultora en evaluación educativa, aprovechando la experiencia que tenía yo en estadística.

En todos esos años nunca dejé de preguntarme: “¿de dónde venimos?”, “¿cómo llegamos aquí?”. Había yo estudiado biología en la escuela preparatoria, pero según recuerdo, al tema de evolución se le dedicó máximo una semana. A mi edad adulta, yo no acababa de entender bien cómo funcionaba la evolución. Más aun, no había yo encontrado un libro accesible que me lo explicara.

Recuerdo que en 2006 uno de mis hijos me regaló un libro que cambió mi vida. Fue Las Siete Hijas de Eva, de Bryan Sykes.  Ese libro trata sobre el origen genético de la mujer europea. Resulta que el 95% de las mujeres vivas en Europa actualmente pertenecen a uno de siete, y solo siete grupos genéticos diferentes. Su DNA mitocondrial lo heredaron de siete mujeres que vivieron hace entre 45 mil y 10 mil años.

Ese libro me impactó tanto que empecé a leer sobre el mismo tema. Lo fantástico es que un libro lo lleva a uno a muchos otros. Bastaba con que consultara yo la bibliografía para que mi lista de libros a comprar creciera rapidamente.

Comencé por leer a Richard Dawkins, Dan Dennet, Neil Shubin, Spencer Wells, Ernst Mayr, E. O. Wilson, Richard Southwood, Donald Prothero, Gary Marcus, Richard Leakey, Lynn Margulis, Matt Ridley, Richard Fortey, Donald Johanson, Jared Daimond, etc, etc, etc. Un muy largo etcétera.

Cuando ya había yo leído del orden de 100 libros, mi esposo me preguntó un día qué tenía planeado hacer con todo lo que había yo aprendido. Me sentí culpable de irme a la tumba sin compartir con el mundo mi afición por la evolución.

Entonces fue que decidí en 2012 construir un sitio educativo en internet con contenido tomado de los libros que leía yo. Fue así como mantuve un sitio que ya no existe, pero que fue muy exitoso en América Latina durante 10 años.

El sitio me llevó de manera natural a organizar el contenido en forma de libro. En 2016 decidí que ya tenía yo material suficiente para armar y escribir un libro de divulgacion de la evolución biológica.  Cursé un diplomado en divulgación de la ciencia que me ayudó a aterrizar mis ideas.  Invité a mis colaboradores estrella, Jorge Picasso y Ricardo Figueroa, a que diseñaran e ilustraran el libro. En 2019 lo mandé a Editorial Adarve, cruzando los dedos que les entusiasmara. Había yo escrito el libro que me habría gustado leer de joven para entender a fondo cómo funciona la evolución.

Aficiones: Me gusta tejer, ver buenas películas junto con mi esposo y salir a caminar entre la naturaleza. Pero sin duda lo que más me apasiona es leer sobre ciencia, no solo acerca de evolución, sino muchos otros temas. Me encanta la geología, aprender acerca de cómo se ha formado nuestro planeta. Me gusta leer sobre comportamiento animal y en particular, comportamiento humano. Disfruto de libros sobre la prehistoria, sobre el origen del hombre. Y un tema muy controvertido que me divierte mucho es la crítica a la religión. Ojalá viviera uno muchos más años para poder leer todo lo que se ha escrito acerca de estos temas.

Rasgo más sobresaliente de tu personalidad: Soy un extraño personaje que disfruta mucho estar sola. Me llevo bien conmigo misma, no me aburro. Siempre encuentro algo que hacer. Soy organizada, sumamente práctica y algo nuerótica.

Cuéntanos por qué decidiste ser escritora: No me considero escritora. Yo creo que soy divulgadora de la ciencia. Pienso que por ser matemática, adquirí la habilidad de sintetizar. Por ello, me es fácil comunicar una idea de manera que sea entendible. Resumir, condensar, explicar claramente es algo que se me facilita.

Autores preferidos y por qué: Debo confesar que únicamente leo no-ficción. Son muy escasas las novelas que he leído. En cambio me atraen muchísimo los buenos divulgadores de la ciencia. Me encanta Richard Dawkins, Steven Pinker, Robert Sapolsky, Adam Rutherford, Carl Zimmer, Ed Yong, Colin Tudge, Frans de Waal, Leonard Mlodinow. Hay muchos, todos muy buenos, con la prodigiosa cualidad de saber explicar claramente las maravillas a las que el ser humano ha llegado tratando de entender la realidad.

Tu obra favorita de otro autor: Si alguien me preguntara cuál es el mejor libro que he leído en mi vida, sin lugar a dudas es  Armas, Gérmenes y Acero de Jared Diamond. Este libro es la respuesta a preguntas que todos nos hemos hecho. ¿Por qué unos grupos étnicos son más exitosos que otros? ¿Será que los europeos de verdad son superiores a los latinoamericanos? ¿Por qué los aborígenes de Papúa Nueva Guinea siguen viviendo como nuestros antepasados de hace 15 mil años? ¿Por qué surgieron las primeras civilizaciones en la zona del Éufrates y Tigris y no en el Amazonas? Diamond tuvo un éxito enorme con este libro, pues además de que es una visión global muy científica de la historia de la humanidad, con una perspectiva novedosa y genial, es también una obra maestra de literatura: ganó el premio Pulitzer cuando salió publicado. Un anécdota simpático es que nunca llegó a ser el primer lugar en ventas de Amazon pues cada mes ese privilegio lo tenían los libros de Harry Potter. Sin embargo, fue el segundo libro más vendido en Amazon durante mucho tiempo.

Tu obra favorita de las que has escrito: La única que he escrito: Breve Historia de 4 Mil Millones de Años: Entendiendo a Darwin.

Una cita de un autor que te guste: “Los misterios acerca de cómo evolucionamos no deben distraernos del hecho indiscutible que efectivamente evolucionamos”. Jerry Coyne, Why Evolution is True, 2010.

Obra en la que te encuentras trabajando en la actualidad: Estoy trabajando en la traducción al inglés de mi libro, se va a llamar A Brief History of Four Billion Years of Evolution: Understanding Darwin. Estoy buscando un agente en los Estados Unidos o en Inglaterra que se interese en conseguir una casa editorial que lo publique.

Algo sobre tu manera de entender este mundo: Mucho se habla de la superioridad del ser humanoo respecto a las demás especies. Yo no digo que somos superiores, yo insisto en que somos diferentes. Todas las especies son unas diferentes de las otras en algún aspecto. ¿Qué nos diferencía de otras? No el ser bípedos pues los dinosaurios eran también bìpedos. No el tener conciencia pues se ha visto que otras especies tienen algo de conciencia. Parece ser que lo único que verdaderamente nos diferencía de las demás especies es que somos los únicos que nos preguntamos acerca de nuestro mundo, somos los únicos que tratamos de entender cómo funciona la realidad.

Pero, ¿cómo diferenciamos entre realidad e irrealidad? Esta pregunta parecería absurda. La respuesta directa es: la realidad es todo aquello que existe o existió. Bien, ¿pero cómo sabemos si algo existe o existió? Es fácil saber que los perros, los pinos, el mar y la luna existen. Pero, ¿existen los átomos? Nunca hemos visto uno a simple vista. ¿Es cierto que existieron los dinosaurios? Tampoco nos hemos tropezado con uno en el campo.

Nuestros sentidos –vista, olfato, oído, tacto y gusto– hacen un buen trabajo para convencernos de que ciertas cosas son reales, como el café recién hecho, el terciopelo y el timbre de la puerta. Pero si solo nos guiáramos por nuestros sentidos, no sabríamos de la existencia de los átomos, ni de los dinosaurios, ni de otras galaxias ni de las ondas de radio. El ser humano ha logrado extender sus sentidos utilizando tecnología y con esto confirmar la existencia de una realidad más amplia y menos obvia que la de todos los días. Con el microscopio hemos descubierto organismos que no se ven a simple vista, como las bacterias. Inclusive existen microscopios llamados de efecto túnel, que permiten tomar imágenes de átomos. Con el telescopio hemos podido confirmar que hay objetos muy lejanos, como otras galaxias. Hemos convertido ondas electromagnéticas en imágenes y sonidos, por lo tanto sabemos que esas ondas existen.

Pero, ¿qué hay con los dinosaurios? No podemos con tecnología construir una máquina del tiempo y viajar hacia el pasado para confirmar que en realidad vivieron. Con ellos tenemos que utilizar otros métodos, tenemos que buscar evidencias y esas evidencias existen: son los fósiles. Dado que hemos logrado entender cómo estos se forman, podemos confiar que ellos nos ofrecen una imagen fidedigna del mundo pasado.

Hasta aquí vamos bien. Pero para explicar o entender aquello en lo que nuestros sentidos ni las extensiones de nuestros sentidos nos son útiles, ¿cómo sabemos que algo es real? Por ejemplo, cómo saber que la Tierra gira alrededor del Sol, si para nuestros sentidos parece que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra. Para contestar estas preguntas, es necesario recurrir a otra metodología. Necesitamos construir un modelo de nuestra realidad. El ser humano se ha apoyado en el razonamiento lógico para hacer estos modelos que simulan lo que sucede a nuestro alrededor. En la actualidad, inclusive se apoya construyéndolos con ecuaciones y/o computadoras y alimentándolos con datos empíricos, para confirmar si la realidad se comporta como el modelo. De ser así, los resultados que ofrezca el modelo son equivalentes a lo que sucede en el mundo real.

La ciencia, que se basa en razonamiento lógico y evidencias, junto con su derivado, la tecnología, es la única herramienta que nos permite conocer cómo funciona esa realidad. Quien no entiende esto y se deja engañar por disciplinas que no están basadas en razonamiento lógico y evidencias, tiene una visión equivocada del mundo. En particular, quien cuestiona una teoría que es irrefutable, como es el caso de la evolución, con la multitud de evidencias que hay acerca de ella, también tiene una visión equivocada acerca del origen de la biodiversidad. La ciencia es el mejor enfoque hasta ahora ideado, aunque imperfecto, para ir encontrando paso a paso mejores explicaciones acerca de cómo funciona el mundo a nuestro alrededor. Tiene dos características que la hacen única.

La primera es que es posible construir sobre sus resultados. Una vez que se sabe que un hecho es cierto, éste se puede utilizar para obtener otro resultado. Por ejemplo, podemos construir edificios pues muchos individuos han derivado conclusiones científicas acerca de triángulos, áreas, volúmenes, materiales, electricidad, hidráulica, estática, ingeniería, suelos, sismos, etc. Hoy en día, podemos hacer uso de los sistemas de posicionamiento global, solo gracias a que en el pasado, científicos y técnicos han desarrollado la geometría cartesiana, han descubierto la teoría de la gravitación y la teoría de la relatividad, han desarrollado la tecnología para construir satélites y han inventado las computadoras, por mencionar solo algunos ejemplos.

La segunda característica es que la ciencia es refutable. Esto significa que es posible demostrar que es falsa. Por ejemplo, durante muchos años se trabajó bajo la hipótesis en física de que la radiación electromagnética se podía describir como un fenómeno ondulatorio. Esa hipótesis permitió explicar el color de la luz visible, las ondas de radio, los rayos X, etc. Cuando los físicos se dieron cuenta que ciertos otros fenómenos no se podían explicar con la teoría ondulatoria, la idea de que la luz solo se comportaba como ondas tuvo que ser abandonada y enriquecida con la hipótesis de que la luz también se transmite en forma de partículas. Eso permitió explicar la radiación del cuerpo negro, el efecto fotoeléctrico y dio origen a la mecánica cuántica, la teoría que más ha logrado explicar en la química y la física.

Regresando a la pregunta original, qué enfoque seguir para entender el mundo, pues no hay otro más que el enfoque científico. La mejor prueba de ello es el adelanto científico y tecnológico en el que vivimos: si nuestros antepasados revivieran y nos visitaran, se asombrarìan y pensarían que todo lo que nos sucede a diario es mágico. Comunicación, salud, transporte, alimentación, diversión, conocimiento. Vivimos en un mundo aparentemente mágico, gracias a la ciencia.

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